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Crisol Internacional: “Tras la Tierra de las Mil Colinas, Ruanda…”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 10 Julio 2020. Publicado en Artículos de opinión en BCS, Andrea König Fleischer, Columnistas, Columnistas BCS , Crisol Internacional, Cultura, Opinión, Sociedad

Los últimos gorilas de Ruanda

Cuando revisamos y reflexionamos sobre el pasado de las diversas regiones del mundo siempre podemos encontrar aspectos significativos y también aprender lecciones muy valiosas, aunque a veces las realidades históricas sobre la evolución de países, regiones y civilizaciones sean muy crudas. Hay quienes afirman por ello que “la historia universal puede ser un gran resumen de la evolución del hombre en cuando a tecnología, ciencia, política y economía.” De esta forma  los datos y hechos ocurridos en el pasado pueden servir como información valiosa para identificar y tal vez evitar posibles conflictos o crisis en el futuro, ya que está históricamente comprobado que existen diversos ciclos tanto en la política, la economía, la sociedad y también en la misma naturaleza a través de los fenómenos climáticos. Así, con base en la memoria histórica el hombre ha sido capaz de, generar estadísticas, gráficas, y modelos para describir, analizar e interpretar los distintos  fenómenos y con esto poder pronosticar situaciones a futuro. También cabe resaltar que gracias a la historia podemos aprender acerca del origen de las tradiciones y costumbres arraigadas en diversas culturas. El continente africano indudablemente sigue encerrando muchos secretos y misterios que se remontan a épocas antiguas y los mismos historiadores, arqueólogos y antropólogos  tienen distintas opiniones e hipótesis de cómo realmente podían haber ocurrido los diferentes  procesos evolutivos de ese gran continente…

Ruanda es uno de los países más enigmáticos de este continente, situado en África Oriental, sin tener acceso al mar, limitando con Uganda, Burundi, la República Democrática del Congo y Tanzania,  ubicado también en la región de los “Grandes Lagos de  y la Niebla de África”, icónica por sus asombrosos gorilas de montaña y reconocida internacionalmente también por sus parques nacionales y parajes naturales. Es una  tierra verde y fértil, montañosa como pocas que la convirtió según el recuerdo de sus exploradores y viajeros en  la “Tierra de las mil colinas”, donde muchos episodios relevantes de la historia de África han ocurrido. Justo en este rincón de África habitaban los hombres pigmeos de origen twa, descendientes los pueblos más antiguos del continente que se dedicaban predominantemente a la caza hasta el siglo XI, período  cuando se unieron con las tribus hutus para asentarse y convivir en relativa paz hasta que, más tarde durante el siglo XIV, llegaron los clanes tutsis para labrar la tierra y a la vez establecer un sistema feudal, encabezado por un rey, mwami.

En su evolución histórica y social fueron las fuerzas coloniales de Alemania quienes arribaron primero a Ruanda a  finales del siglo XIX  después de la Conferencia Internacional sobre África, celebrada en Berlín, estableciendo entre 1885 y 1918 la llamada  colonia  alemana del Este de África, que a su vez fue cedida por el Imperio Británico y que comprendía  entonces territorios de  los  países que hoy conocemos como Tanzania, Burundi y Ruanda. El propósito inicial de fundar la colonia alemana fue terminar con el tráfico y comercio de esclavos que entonces estaba desmesuradamente dominado por los árabes, así como también ayudar a los pueblos a “civilizarse”.  En ese entonces y enviado por el Canciller Bismarck, el historiador alemán Carl Peters fue el operador y negociador decisivo para establecer la fundación de la Sociedad Alemana del Este de África en 1885, que principalmente promovió y se dedicaba al cultivo del algodón, café, sisal y sésamo. Sin embargo, los recuerdos de su dominio colonial son hasta la fecha controvertidos  y casi siempre un trago amargo en la memoria histórica de la humanidad, ya que significaban someter a los nativos a un nuevo orden con reglas y sistemas de explotación, trabajo forzado, impuestos y castigos pero por el otro lado también fue el  inicio  de la modernización de la región, incluyendo la construcción de infraestructuras importantes como puertos, el ferrocarril y otras vías de comunicación, además de centros de salud, escuelas y oficinas administrativas. Fuentes históricas revelan que: “El África Oriental Alemana era la colonia más poblada del Imperio alemán, había más de 7,5 millones de habitantes locales en comparación con unos 10.000 europeos, que residían principalmente en lugares costeros y residencias oficiales. En 1913, solo 882 agricultores y sembradores alemanes vivían en la colonia y cerca de 70.000 africanos trabajaron en las plantaciones de la colonia.”  

Una vez más los datos de los archivos históricos hablan por sí solos mostrando en este caso el impulso económico que recibió la región durante aquellos años de bonanza que indudablemente y a pesar del dominio extranjero logró crecer y prosperar de una forma ejemplar, sin ignorar en paralelo los grandes beneficios de las propias compañías extranjeras. Tras la Primera Guerra Mundial, el territorio que hoy comprende Ruanda y sus mil colinas  fue cedido por la Sociedad de la Naciones a Bélgica quien mantuvo su dominio hasta principios de la década de los años sesentas, cuando el país finalmente logró su independencia. Tristemente durante la primera mitad del siglo XX Ruando retrocedió en su desarrollo como nación, especialmente hacia una nueva separación o división de clases sociales entre las tribus hutus y tutsis basada en tradiciones y propiedades como cabezas de vacas sentenciando al trabajo forzado  a todo aquel que no tenía al menos diez cabezas de ganado, privándolo además del derecho a la educación hasta  el año de 1950.

Tal vez algunos recuerden con tristeza  e indignación aquella historia narrada en la película de “Hotel Ruanda”, basada en hechos reales, el drama imborrable del genocidio más sanguinario en solo 100 días ocurrido en 1994 con más de 800 mil asesinatos de los tutsis  a manos de grupos hutu e incluso la muerte de hutus moderados que se oponían a la violencia desbordada y discriminación étnica. Aquel brutal escenario ocurrido en la “Tierra de las Mil Colinas” hace más de 25 años nos muestra una vez más  hasta dónde puede llegar la opresión de los derechos humanos, la intolerancia y discriminación racial, el fanatismo y la  misma crueldad humana.

Tras estas  lecciones  tan dolorosas Ruanda al parecer aprendió a vivir con esta memoria histórica cruda y violenta. Hoy, gracias a sus reformas políticas y económicas  es llamada el “Singapur de África” que se ha reorientado hacia los servicios, especialmente el turismo de aventura  con una infraestructura y tecnología renovada, una mayor participación política de las mujeres que representan el 63% de su Parlamento, siendo una de las cifras más altas del mundo. En la actualidad Ruanda es apoyada con programas específicos del desarrollo agrícola sostenible y las buenas prácticas respaldadas por la FAO (Food and Agriculture Organization) y también otras organizaciones y agencias para que “Tras la Tierra de las Mil Colinas” cada mañana salga el sol  y su pueblo tenga  un mejor porvenir mañana…

P.S.: https://www.importancia.org/historia-universal.php

https://www.welt.de/geschichte/gallery128383711/Deutsch-Ostafrika-eine-deutsche-Kolonie.html

 Längin, Bernd G. (2005). Die deutschen Kolonien. Mittler. p. 217. ISBN 3-8132-0854-0.

http://www.fao.org/in-action/sustaining-future-agriculture-in-rwanda/es/

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