Crisol Internacional: “Vivir flotando y mudando… en el Lago Titicaca”
Cuántos de nosotros no hemos soñado con estar flotando en el aire, sobre las nubes, sobre el agua o la misma tierra, aunque sea por un rato…? De hecho los sueños relacionados con esta condición se interpretan como “la probabilidad de tener un buen manejo de las emociones, la capacidad de poder regular los sentimientos y no permitir que nos dominen, además de poder entenderlas…”; dicho de otra forma, tener un equilibrio emocional que nos puede brindar tranquilidad y armonía en la vida. Pero qué tan real y duradero puede ser este sueño…?
La respuesta a esta interrogante puede ser afirmativa si nos dirigimos al subcontinente sudamericano, mirando hacia el bello y aún enigmático Perú, tierra de grandes civilizaciones prehispánicas como lo fue la de los Incas hace ya casi seis siglos. Vaya, el Perú como un país verdaderamente sorprendente y maravilloso, incluso tras el paso del tiempo y la modernidad con todos sus avances e inventos tecnológicos sigue sin embargo las tradiciones de muchos de sus habitantes que aún conservan su lengua nativa, originalmente el aimara y desde luego el quechua, que predominó y se impuso hace miles de años y que hoy se mantiene viva como la lengua oficial entre su la población nativa. La mayoría de nosotros también sabemos que el Perú abarca una parte del Bosque del Amazonas y de Machu Picchu, ya que la antigua ciudad inca construida en las alturas de los Andes, incluyendo al Valle Sagrado, el Camino Inca y la Ciudad colonial de Cuzco, encierran varios sitios arqueológicos. Más hacia el Sur del país se ubica el Lago Titicaca, que significa en la lengua nativa “el lugar dónde anduvo el gato andino”, siendo el lago navegable más alto del mundo, situado en los Andes Centrales, dentro de la Meseta del Collao, a una altitud media de más de 3800 mts sobre N.M, y que esta dividido entre Perú y Bolivia y que cubre un área de 8300 kms² de extensión , dividiéndose entre Perú con un ( 56%) y Bolivia con (44%) y su teniendo una profundidad máxima de 281 metros y y una profundidad media de 107 metros. De hecho este enorme largo, en el en que más de 25 ríos vacían sus aguas, se ubica entre las dos cordilleras andinas en una cuenca de 58 000kms² de extensión siendo designado a finales de los años noventas como Sitio Ramsar y desde entonces un área de humedal natural protegida internacionalmente.
El Lago Titicaca sorprendentemente también cuenta con playas muy reconocidas como son por ejemplo Capachica, Chifrón, Ccotos, Charcas, Chatumay Juli en el Departamento de Puno, del lado peruano y la famosa Playa de Copacabana, en el lado boliviano, además de 18 islas, entre ellas las Islas flotantes de los uros (Perú - Bolivia) que son “un conjunto de islas artificiales hechas de una especie de junco llamado totora y habitadas por descendientes de la etnia Uru, cuya actividad principal es la pesca y la caza.” A pesar de que las islas flotantes se han ubicado en el lado peruano del lago, desde el 2007 también se han construido con fines turísticos islas flotantes en el lado boliviano. Sorprendentemente para muchos, algunas de las islas artificiales se han mantenido en su lugar por siglos y para llegar hacia ellas, hay que navegar hasta al fondo final del
Lago Titicaca, donde “los Uros clavan varillas de eucalipto en el fondo del lago como anclas y se atan a los bloques de raíces con una cuerda.” Siendo esta es la única y ya milenaria forma para que los pedazos de tierra no se dispersen o se deshagan entre las aguas, siendo una técnica ancestral explicada a través de los testimonios de los pobladores originarios. A la vez, cuando las cañas se pudren, se reemplazan con nuevas, a través de un ciclo descrito como “laborioso” y netamente artesanal, pero necesario para que los islotes mantengan su vigor; cabe señalar que dadas las condiciones constantemente húmedas, este proceso se tiene que volver a llevar a cabo aproximadamente cada 15 o 20 días ya que sin esta renovación de casa fuera poco, los mismos habitantes nativos narran que: “incluso las casas, los colchones y las balsas que los Uros usan para desplazarse están en un constante estado de cambio, de creación y decadencia”, dando un testimonio real de la resistencia humana ante las adversidades del tiempo y de la modernidad…y a la vez resaltando un valor muy significativo a las tradiciones ancestrales.
Ahora bien, el origen de estas construcciones tan artesanales e increíbles a la vez mueve nuestra imaginación a un límite, entre la fantasía y la realidad, así como también entre el ayer y el hoy, preguntándonos innumerables veces sobre el futuro de las viviendas, las poblaciones y el impacto del creciente urbanismo, de las construcciones y actividades que se han desprendido del desarrollo turístico desmesurado en algunas regiones. Así por ello cabe recordar que según los archivos históricos correspondientes que “las poblaciones artificiales fueron sobre el lacustre panorama del Lago Titicaca, tejidas, erigidas y reconstruidas por sus habitantes desde hace miles de años para evitar conflictos bélicos con los incas”; de esta manera las casas flotantes combinan perfectamente el arte y una modalidad tradicional de la construcción para darles a los habitantes del lago un hogar. Además, para crear la plataforma, donde los nativos utilizan raíces y tallos de las totoras, una planta que crece en los alrededores de su territorio. No nos debe caber ninguna duda que los Uros fueron capaces de convertir el sueño de “Vivir flotando y mudando” , siendo una notable realidad que flota sobre el legendario Lago Titicaca el que aún encierra mucha historia, aventuras y leyendas, además de una increíble naturaleza siendo un baluarte para la ecología internacional, conservando la tradición y respetando las raíces y costumbres ancestrales, o bien como afirmaba el biólogo Edward O. Wilson: “La naturaleza no necesita a los humanos, pero los humanos necesitan a la naturaleza.
