Crisol Internacional: “Zancadillas emocionales: ¡Espero todo… o no espero nada!”
La naturaleza humana es tan compleja como multifacética, ya que se puede manifestar robusta y o frágil y también moldeable y tenaz ya que entre más convivamos con nosotros mismos y con los demás, mayor conocimiento y aprendizaje se puede dar sobre nuestro estado físico y mental, lo que indudablemente influye directamente sobre nuestro comportamiento y nuestras emociones. Definitivamente no hay ser que siempre esté “de buenas” ni tampoco “de malas”, ya que nuestra existencia se pinta por más colores y matices más que el blanco y negro, y en pocas palabras podríamos afirmar que se adapta generalmente a las condiciones y circunstancias, tratando de “hacer o dar lo mejor”…
Asimismo cada uno de nosotros procura vivir lo más contento, plena y felizmente que se pueda y durante este proceso nos acompañan las llamadas EXPECTATIVAS…. Nacemos y morimos con ellas y vale mucho la pena reflexionar y conocer un poco más sobre su significado, sus manifestaciones y sus impactos. Para salir de dudas, conviene primeramente emprender la búsqueda etimológica y aclarar el término que proviene del latín exspectare, que a su vez está compuesto por el prefijo “ex”, que indica “fuera” y el vocablo “spectare” que significa “ver” o “contemplar”. A la vez la Real Academia Española (RAE) guarda los siguientes significados: “la esperanza de realizar o conseguir algo, la posibilidad razonable de que algo suceda o la posibilidad de conseguir un derecho, una herencia, un empleo u otra cosa, al ocurrir un suceso que se prevé”; expresado de otra forma las expectativas encierran deseos y anhelos silenciosos sobre eventos y personas subjetivas que son totalmente hipotéticos y simplemente existen en nuestra mente, pero que NO son reales, ni tenemos garantía alguna de que se cumplan…y son justo estas presunciones o supuestos que nos pueden causar desilusiones, decepciones, frustraciones y uno u otro dolor de cabeza o incluso dolor emocional. Es más, también existe una curiosa relación entre las palabras “especular” y “especulación”, las cuales también provienen del latín specularis, que denota a aquello que se refleja como un espejo, tal como si fuera una proyección de nuestros deseos, anhelos, ilusiones o incluso valores existentes en el mundo o en los demás.
En este contexto a menudo hemos escuchado la expresión de “poner la barra muy alta” que se origino en el mundo de los deportes, refiriéndose a las competencias, los récords y marcas las que NO siempre se pueden alcanzar o cumplir y nosotros hemos sido testigos de ello cuando vemos las Olimpiadas u otras competencias deportivas, musicales y artísticas. Ante todo tenemos que dejar muy claro que SOMOS HUMANOS, no máquinas o robots que con un simple apretón o un click pueden funcionar, alcanzar y superar metas y llevar a records impensables. A la vez hay que señalar y resaltar que las expectativas nos acompañan en nuestro día a día y no son ni malas, ni buenas…
Sin embargo, las expectativas nos pueden poner literalmente “zancadillas” en el camino, ya que cuando NO se cumplen pueden detonar diversas emociones y algunas de ellas pueden ser muy ambivalentes. Bien afirman los psicólogos que: “por una parte, condenan al que las alimenta a un rol pasivo ya que debe esperar que se produzca aquello que desea, pero al mismo tiempo esa persona ata a los demás a sus expectativas al comunicarlas implícitamente a través de sus actitudes, con lo cual intenta arrebatarles la posibilidad de elegir.” Tomar conciencia de ellas e identificarlas como parte de nuestros deseos e ilusiones que a la vez se basan en nuestras propias experiencias y circunstancias puede ayudar a desactivarlas o llevarlas a un nivel más realista. En vez de reclamar en voz alta que “la vida debería ser más justa…”, porque la vida misma y las personas nos pueden desilusionar una y otra vez. Más bien vale entonces recodar la sabía frase de la antropóloga norteamericana Margaret Mitchell: “La vida no está obligada a darnos lo que esperamos…”
Ahora bien, la función de las expectativas se relaciona directamente con nuestro futuro; estamos esperando que algo –mejor-ocurra, lo que puede ser desde un humilde deseo de que salga el sol o deje de llover, hasta una expectativa mayor de que alguien haga algo por nosotros y siempre puede existir la posibilidad que esto ocurra y así sea. Sin embargo, simplemente esperar a que suceda, NO se da automáticamente o por un acto de magia, aunque hay opiniones y teorías que afirman que existe una “Ley de la atracción”, en pocas palabras desear algo tan fuertemente para que se cumpla y pueda existir, pero eso es y será otro tema a investigar más a fondo.
Como sea esta breve la reflexión en torno a las expectativas y poder considerarlas más conscientemente nos brinda la oportunidad de tomar las riendas de nuestra vida, elegir nuestras decisiones más libre y proactivamente, así como el poder cumplir con nuestros deberes como ciudadanos de un país y del mundo, sin pedir NADA a cambio, disfrutando el momento al “carburar” nuestras expectativas a un nivel manejable y realista, abriendo nuestra mente y nuestro corazón; y porque no retomar un poco de la cita del escritor norteamericano Denis Waitley:“Espera lo mejor, planea para lo peor y prepárate para sorprenderte”. Así, para concluir y no enredarnos o caer con estas “Zancadillas emocionales…”sobre lo que pueden ser nuestras expectativas…tampoco NO debemos dejar que las expectativas ajenas nos dañen, lastimen y mucho menos agobien y torturen….al dejar clara nuestra perspectiva y nuestros sentimientos…
P.S.: https://economipedia.com/definiciones/expectativa.html https://rinconpsicologia.com/expectativas-significado-ejemplos/ https://www.sanarai.com/blog/expectativas-por-que-nos-afectan-y-como-manejarlas-mejo