Cultura sudcalifornia: POLTRONAS, PATIOS Y PORCHES
Todo buen choyero tiene una costumbre arraigada que cumple casi religiosamente. En Sudcalifornia es muy común ver las puertas de las casas abiertas durante el verano para mejorar la ventilación y que disminuya el calor en los espacios, y por la tarde, una vez que empieza a bajar el sol, por ahí de las 5:30 de la tarde, comenzar a ver a las familias salir a sus patios, porches, cocheras, o de plano a la banqueta, para disfrutar de “el fresco”…café de talega en mano.
Esta relajante actividad, que ha servido para socializar con vecinos, convivir con la familia y para actualizarse sobre lo que pasa en las calles, dentro del radio de la visión, y por su puesto, echar el chisme, no puede concebirse sin la clásica poltrona de Sudcalifornia, caracterizada por ser generalmente de color blanco con detalles rojos.
¿Qué es una poltrona? Según el diccionario de la Real Academia Española, podemos leer que se trata de:
nombre femenino
Butaca mullida y bastante grande, generalmente cómoda y algo más baja de lo normal."en el porche tenía varias poltronas de mimbre"
Las poltronas son un tipo de sillas mecedoras muy particulares que datan desde antes del siglo XVII. En Baja California Sur podemos observarlas en espacios abiertos en BCS. Tienen un respaldo amplio, descansa brazos y usualmente son de metal, con un diseño como de red en la espalda y el asiento. Su nombre proviene de la palabra “poltrón” que significa vago u holgazán, así que, son el mueble perfecto para echarse a descansar y platicar con el comadre o la comadre, en lo que se disfruta de un cachito de día sin el abrasador rayo de sol que caracteriza nuestra media península.
Otra cosa que no hay que olvidar de la cultura sudcalifornia, es que el patio es el punto de encuentro por excelencia. En los patios es donde se hablan los temas más importantes, se realizan confesiones y salen a la luz los recuerdos más memorables de las familias. Si alguna vez un sudcalifornio te invita a su casa, no dudes en que te abrirá las puertas de su corazón, cuya entrada principal es el patio y cuyo afecto se traduce en una tacita de café recién hecho.
Foto deportada: Alonso Castorena Barajas