De buena fe: NOTARIO
Todos en un momento de nuestra vida hemos de visitar una notaría pública, y a veces no sabemos exactamente a lo que vamos o a quién buscamos, ya que, o nos mandaron de alguna dependencia gubernamental por copias certificadas, o de algún banco a firmar nuestro crédito hipotecario, o de la Secretaría de Relaciones Exteriores para poder sacar el pasaporte de nuestro hijo menor de edad cuando alguno de los padres se encuentra ausente en el lugar, o cuando sabemos que de alguna forma u otra queremos dejar arreglado en vida lo que no queremos que se desarregle en muerte. Pero ¿por qué en una notaría?, ¿por qué con el notario?, ¿quién es esa figura que de solo nombrarla nos imaginamos a un ser inalcanzable?, ¿de dónde proviene su poder? ¿Por qué debemos de creer en todo lo que el plasme en un documento, por el que nos cobran solo por firmar? ¿Por qué sólo así es de público conocimiento? … Seguro que alguna vez han escuchado a alguien decir “¿Por qué el notario cobra tan caro, si solo fue una firma?” Cuánto desconocemos de este personaje que en las películas y las novelas siempre sale interpretado por un anciano con lentes redondos de fondo de botella, enfundado en un traje que de solo verlo huele a antiguo, pues así es, este personaje de tan noble oficio data desde años remotos, que si bien es cierto se tiene como certero que ya existía en la civilización egipcia ( 2850- 2052 a.c.) yo pienso que ya pudo haber existido desde la edad de piedra , ya que como dice uno de los estudiosos del derecho notarial “….todo lo que tenga que ver con la escritura o el grabado en piedra, está relacionado con él….”. En la civilización Egipicia beneficiada por el gran del río Nilo, su principal actividad económica era la agricultura, y ahí estaba ya la figura del notario a quien se le conocía como EL ESCRIBA, quien era el encargado de dar FE tomando nota de las cantidad de trigo que se cosechaban y de quien era el dueño, cuanto se le pagaba y cuanto se le quedaba a deber, éstos también estaban al servicio del Faraón, así como al servicio de la tesorería, puestos que se le daban al ESCRIBA por ser una persona con conocimientos universales, culta, y apta. De aquí es que nace y proviene los antecedentes de el Notario Público, pero esta columna y su servidora amiga tendrá que continuar porque hay mucho que decir de tan noble oficio, y poco espacio para escribir, por lo que los espero la próxima semana y contar un poco más de esta mi gran pasión que es el ser notario.
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