¿Día de la hispanidad?
Hace tiempo se llamaba simplemente "Día de la Raza" pero en esos afanes de modernidad mal entendida a mi gusto, alguna Institución oficial se puso exótica y decidió llamarlo “Día de la Hispanidad".
Cuando las cosas eran más sencillitas en las escuelas se ponía en relevancia la figura del descubridor de América y sus carabelas, se surtían las papelerías de "estampitas" para los trabajos manuales y periódicos murales y hoy día los plebes no saben ni quién es Cristóbal Colón y a duras penas le atinarán al nombre de La Niña por más fácil de recordar que el de sus compañeras La Pinta y La Santa María.
La llegada de Colón, ahora tan desvirtuada como "descubrimiento de América" ante sus competidores los vikingos, los atlantes o grupos no europeos que parecen haber llegado primero al nuevo continente, está perdiendo el brillo de antaño. Pero en estos días se vale y hasta se justifica recordar el histórico hecho sin importar que no haya sido el primero en llegar.
El contacto con América fue de seguro de gran impacto para los europeos. Las mutuas influencias se dieron para quedarse y España nos heredó sin duda la aportación mayor: El Castellano.
El riquísimo idioma recién llegado en aquel entonces no se quedó invicto... Así como dicen los tahúres: "como veo, doy". El melodioso idioma se vio enriquecido con nuevas voces, giros y expresiones americanas que poco a poco se incorporaron al español y se permearon como lengua común. Maíz, tabaco, chocolate, puma, batea, bohío, caníbal, canoa, ceiba, hamaca, jaguar, cacique y una infinidad más, son palabras muy nuestras que se agregaron al idioma madre.
Si a usted le dicen: un baquiano entre choclos, zapallos y batatas, cruzando una puna avista la sabana llena de vicuñas y de cabuya. Se trepó a su pingo y partió hacia el bohío con la buena nueva. Un buen hallazgo, dijo el cacique, ¡a trabajar!.. Y las mujeres dejaron la sombra de las ceibas para tejer.
Aunque parece chiste, es perfecto castellano americanizado y dice simplemente: Un hombre conocedor de rutas y atajos, caminando entre maíz, calabazas y papas, al cruzar una loma encontró un campo abierto lleno de vicuñas y pita. A lomos de su caballo fue a darle la nueva al jefe mismo que mandó a sus mujeres a ponerse a trabajar.
(Aunque no estás obligado a saberlo, la vicuña es un animalito rumiante y la pita es una planta que da fibras para tejer canastos)Pero así de diversificado es nuestro idioma.
Ciertamente el "Nuevo Mundo” no era ni tan nuevo, porque hemos de decir que ya nos habían visitado otros aventureros, que no dejaron huella porque se consideraron visitas esporádicas y por lo mismo obraron muy escasa influencia entre los locales, además de que se supone estos contactos transpacíficos se llevaron a cabo entre grupos muy pequeños. Sin embargo, de pronto pareciera que América fue "la niña pobre" o la "inculta" que renació gracias a que fue "descubierta" pero, en América a la llegada de los conquistadores europeos, ya los indígenas de México, Centroamérica y Perú habían desarrollado su propia civilización que en más de un sentido sobrepasaba a la europea. Por mencionar algunas "pequeñeces": teníamos desarrollado el concepto aritmético del cero, notables avances en astronomía y un calendario más exacto, capitales más opulentas como la propia Tenochtitlan, Chichén Itza, Palenque, Mitla o Machu Pichu, mayores que cualquiera en Europa occidental, éramos mejores agricultores y los productos americanos en la actualidad son los de mayor consumo mundial, comíamos chocolate y fumábamos nuestros churrotes de tabaco. Aparte nuestros indígenas mantenían la sana costumbre de bañarse si no a diario, por lo menos muy seguido, cosa que a los españoles nomás no se les daba, al menos en la época de la conquista, es en Francia donde se inventó el perfume obedeciendo a los usos y costumbres de no bañarse y aquí no me pierdo la ocasión para aportar un chascarrillo: ¿conoces el origen del color "verde isabelino"? si lo conoces que bien.. pero si no lo sabes, el verde isabelino debe su nombre al color verde mohoso que se formaba en la silla de montar de Isabel primera de Inglarterra, producto del sudor, calor y falta de baño, nada para escandalizar en su época... te imaginas lo que olía un caballero europeo al bajarse de su caballo y quitarse la armadura de metal luego de meses sin bañarse? o peor aún, en tiempos de las cruzadas los caballeros iban a la guerra por años y dejaban a sus mujeres con el famoso cinturón de castidad bien puesto, que es un cincho tipo calzón bastante gordo de fierro para "cuidar" que las damas no les pusieran el cuerno y por ende se llevaban las llaves, nomás pregunto... y para bañarse ¿cómo? Los nuestros en cambio, hacían del baño un lujo y un placer y de ello dejaron recuerdos los tlatoanis aztecas que echaron la casa por la ventana en la construcción de los baños reales en el cerro del Chapulín, un complejo de albercas a todo lujo mostrando en sus esplendores la veneración que mostraban por el bosque y el agua de Chapultepec.
El indio americano andaba bañado y perfumado y aún persiste en algunos lugares del SE de México la tradición de vestirse preferentemente de blanco como muestra de elegancia y tradición.
El Nuevo Mundo se dejó comer en muchos aspectos por el embate de los españoles, nuestros ancestros fueron grandes en muchos aspectos, pero tuvieron una falla que marcó el destino final de las civilizaciones americanas: les ganaron los chinos en descubrir la pólvora, conociendo lo entrones que fueron nuestros aztecas ¿te imaginas mazas de piedra con cuetes? o ¿flechazos con pólvora? ¿Pedradas con explosivos o cosas así? a lo mejor no nos hubieran conquistado y los hubiéramos mandado de puntitas de regreso a la... Madre Patria.
No ocurrió... pero me hubiera gustado ganarle a los chinos.