EL BUHO, COMO REPRESENTACION DE LOS ABOGADOS
Al profesionista abogado se le asocia habitualmente con la figura del búho. Existen dos vertientes: la primera, las más poco probable, del búho depredador, que por las noches con certidumbre y argucia despierta sus hábitos carroñeros. La segunda, la del búho de la Diosa Minerva, figura asociada a los abogados, dada la capacidad ojilúcida, que permitió ver en la oscuridad. El búho representa la figura del intelectual, capaz de ver en la oscuridad y en tiempos de crisis, y el abogado es precisamente un letrero capaz de ver la luz en la oscuridad. Pero resulta que dicen los especialistas de las aves, que el búho de Minerva no era búho, sino que se trata de una lechuza. La diferencia radica en el tamaño, peso y forma. El búho pesa tres kilos y mide aproximadamente 70 centímetros, mientras que la lechuza pesa más de 200 gramos y mide 30 centímetros. Además, los búhos tienen penachos o cuernos de pluma y las lechuzas tienen cabeza redonda. En ese orden de ideas, la lechuza de Minerva, no era cualquier ave, sino una de acuerdo con las exigencias de la famosa divinidad. La confusión, paradójicamente la inició el gran filósofo idealista alemán, Guillermo Federico Hegel, al final del prefacio de su obra FILOSOFIA DEL DERECHO, quien rescató la mitológica lechuza de Minerva. En alemán EULE es una forma genérica para describir a este tipo de aves muy parecido al inglés OWL. Los traductores de Hegel, ignorantes de las aves y de la lechuza de Minerva, convirtieron al pequeño mochuelo de Minerva, distinguido por ser compañero de la diosa de la sabiduría, en un despiadado y ambicioso depredador. De personalidad feroz sin saber que equivocadamente lo que en realidad evocan es una personalidad feroz, impía y de incredulidad.
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Francisco
CRISTY ALVEZ
Martha