El monje en el laboratorio
“Duda de todo, encuentra tu propia luz.” Últimas palabras de Siddhartha Gautamá, Buda, según la tradición Theravada.
“El monje en el laboratorio”. Este fue el título de un artículo escrito por Tenzin Gyatso, el XIV Dalai Lama, publicado en The New York Times el 26 de abril del 2003. En ese artículo, Dalai Lama hablaba acerca de los resultados de una significativa colaboración entre budismo y las neurociencias, la cual se trató de un estudio llevado a cabo en el laboratorio de neurociencia del Dr. Richard Davidson en la Universidad de Wisconsin, cuyo objetivo era estudiar en los monjes budistas los efectos de las prácticas de meditación para cultivar la compasión, la ecuanimidad y el estado de alerta a partir del análisis de ondas cerebrales y del funcionamiento de algunas estructuras cerebrales. En este estudio, se revelaron algunos mecanismos que explicarían los beneficios de esta técnica milenaria y Davidson se volvió líder de un campo científico relativamente nuevo, llamado neurociencia contemplativa, la ciencia que estudia los efectos de la meditación en el cerebro.
Esta investigación es una muestra de la relación peculiar que ha surgido entre el budismo y diversas áreas científicas y que cada vez va profundizándose más; desde hace algunas décadas el budismo y la ciencia han colaborado y se han relacionado estrechamente en diversos estudios e investigaciones que exploran las posibles conexiones entre ambas disciplinas. Una de estas conexiones y quizás la más importante, es que el budismo reconoce en la enseñanza del propio Buda, más un método que una doctrina a la cual no se le pueda cuestionar: "Es correcto que ustedes duden. No acepten lo que ha sido adquirido a fuerza de oírlo repetidamente; ni lo que la tradición dice, ni el rumor, ni lo que está en las escrituras, ni lo que se supone que es cierto, ni lo que dicen los axiomas, ni los razonamientos engañosamente brillantes, ni porque tengan propensión hacia una idea que provenga del pasado, ni lo que depende de la aparente capacidad de otros, ni porque piensen: El monje es nuestro maestro.”
De esta manera hablaba Buda a sus discípulos cuando hace 2500 años éstos le cuestionaban preguntando “¿Quién dice la verdad?” “¿Quién dice la falsedad?” Un método similar al método científico, ya que indaga para descubrir la verdad, se basa en observaciones meticulosas y pone en duda teorías del pasado. Y está sea quizás la razón por la que entre budismo y ciencia no hay un abismo, sino visiones paralelas.
En 1997 Dalai Lama mantuvo una conversación con el prestigiado físico experimental Anton Zeilinger, el cual le explicaba al Dalai Lama que cuando en la física cuántica investigas la naturaleza de una partícula elemental, como un electrón, no la encuentras, está vacía. Es decir, que el electrón sólo existe en relación con el sistema de medición y el observador, no es posible observar un sistema sin perturbarlo.
A su vez, el Dalai Lama le explicaba a Zeilinger el concepto de vacuidad en el budismo, el cual se refiere a la carencia de existencia inherente, a lo que Zeilinger respondió: ¡Esto es sorprendente! ¿Cómo pueden los budistas saber eso sin conocer la física cuántica? E invitó a Dalai Lama a su laboratorio en Austria.
Es por esto que unas de las principales formas en las que budismo y ciencia se han involucrado teóricamente, ha sido la relación de la cosmovisión budista de la realidad y el concepto de la vacuidad con la física y la teoría cuántica; otros ejemplos de la fructuosa relación del budismo con la comunidad científica han sido: la creación en los años ochenta del Mind and Life Institute por el prestigiado biólogo chileno Francisco Varela para estudiar los vínculos entre budismo y neurociencia, la participación del Dalai Lama en numerosos congresos y seminarios científicos así como en publicaciones como la revista Nature. Otra de las aportaciones más importantes del budismo a la ciencia ha sido con relación a los diversos enfoques en la psicología, desde el psicoanálisis de Carl Gustav Jung hasta la terapia centrada en el cliente de Carl Rogers, el manejo de las emociones según Paul Ekman, nuevas formas de psicoterapia como la terapia cognitiva con meditación para el tratamiento de la depresión, la hiperactividad, y cualquier problema psicológico o que sea causa de sufrimiento para la persona.
Actualmente las neurociencias siguen investigando acerca de los efectos que tiene en las personas la práctica constante de la meditación, desde el cambio en el sistema nervioso como la plasticidad cerebral hasta los efectos en la vida laboral, en la educación, en el manejo emocional y en la saludad física y mental.
Algunos científicos creen que las tradiciones budistas tienen mucho que aportar, como Alan Wallace, físico y doctor en filosofía de la ciencia que fue ordenado monje por el Dalai Lama: “Ciencia y budismo están dándose la mano, no para convertirse ni para conquistarse, sino para aprender uno de otro, y eso no tiene precedentes.”