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“El San Lucas que yo conocí” de Mª Faustina Wilkes Ritchie

Escrito por Héctor Alejandro Narro Flores en Martes, 11 Febrero 2014. Publicado en Literatura, Opinión

Damiana Pagana; La damiana es una rama,/La damiana es una dama,/La damiana es una gana,/La damiana es una crema,/O es un té:/Un te quiero y un te amé. (Armando Transviña Taylor)

 

Condenarro

 

Ahora sí, ya bien explicadito, tengo conciencia de la inconciencia que me trajo a vivir a éste paraíso, ello al leer el libro que María Faustina Wilkes Ritchie, “Profe Fanta” para los cuates, “El San Lucas que yo conocí”, y yo no lo conocía, ahora, sin conocerlo lo he vivido en anécdotas, lugares, personas, personalidades, barcos, pescado, olores, travesuras, aventuras, un sinfín de información, que sin denominarse histórica, en el estricto apego a una materia académica, es una historia que atrapa, convence y te vence ante lo bello de este jirón peninsular.

El evento de la presentación pública del libro, si bien fue impactante por su trascendencia, el libro es, inobjetable, una obra digna de leerse, releerse y transmitirse a las futuras generaciones. Un acervo histórico de los calisureños, de la personalidad de una comunidad honesta, original, directa, bien plantada, con una calidad y calidez humana sin igual.

Con un prólogo del profesor Armando Transviña Taylor y muchos años de trabajo, el sueño de Mª Faustina, llega a su pueblo natal en formato de libro. Una obra que permite, a propios y extraños, adentrarnos en el tesoro qué, poco a poco se está enterrando en aras “del progreso”.

Nos sumerge toda esa vorágine de historias, anécdotas, nombres. El proceso de evolución y/o crecimiento de este tesoro sudcaliforniano, en una situación que tan sólo se puede explicar, tras leer, asimilar y digerir todo ese bagaje de vida que no tuvimos oportunidad de presenciar, quienes llegamos de otros lares y quienes llegaron apenas tres décadas atrás.

“El San Lucas que yo conocí” no es sólo un libro que reúne la historia de un pueblo vista desde los ojos de una persona, sino de las historias que sus contemporáneos y aquellos que fueron adultos antes de ella le transmitieron, las historias que sus padres, tíos, amigos le contaban y le contaron; las dudas que sus tías, madre, y algunas personalidades que aún están habitando su pueblo natal, aunque de repente ya no lo ven así, disiparon. Es una obra en la que encuentras los nombres de todos los que dieron vida a Cabo San Lucas, al Cabo de San Lucas, primer nombre oficial que se le dio.

Nos explica los nombres de las deidades pericues, los nombres de los principales centros de estancia de estos, pues eran una etnia semi-nómada, se movían por temporadas. Nos habla de la llegada de los españoles, los corsarios, los misioneros, los inicios de la Nao de Manila. Nos lleva de la mano, de forma resumida pero explícita al través de la historia de Los Cabos, de la Baja California Sur, nos explica porque no debemos ser Baja California Sur, en todo caso debiésemos nominar al estado como Sudcalifornia. California era la península pero por falta de originalidad, los norteños se quedaron con el nombre y el territorio.

Un libro que en nueve capítulos y muchos subtítulos nos explica, nos traduce el idioma local, el slam, el sentimiento, los valores, los costos de vida sin malicia, muy barata en realidad, el proceso de evolución de una pequeña villa de pescadores y después empacadores de pescado, a un destino turístico de primer orden que ha perdido parte de la identidad, de pertenencia que era el principal valor de la comunidad en las décadas 30 y 40, cuando El Cabo de San Lucas se convirtió en Cabo San Lucas, cuando El Faro de Cabo Falso, “Faro Viejo” cambió de sede su luz, más no su edificio emblemático, hoy en manos particulares sin pedirle permiso a sus dueños, los cabeños.

Cierra María Faustina Wilkes Rittchie su historia, porque es suya en su totalidad, y nuestra ahora que la comparte, con un capítulo titulado “La nostalgia”, en el cual hace un análisis de la transformación de este poblado a esta ciudad, de una comunidad fraternal, a un destino en el que el destino de cada quien es un paradigma.

Sin ir más lejos, el libro de “La Profe Fanta” es sin duda un texto que debiera estar en cada hogar, en todas las escuelas, incluso en los círculos y asociaciones que ni son de aquí ni son de allá. Es un claro manual perfecto del sentimiento, del por qué escogimos vivir aquí o, porque eligieron no irse o ir a superarse y regresar para así, en lo personal para darle algo al hogar. Todo lo anterior y el texto y fotos del libro, me obligan a explicar que Fanta es miembro honoraria y exclusiva del club de pobres locos peligrosos irreverentes, irrelevantes, irremediables pero irresistibles y reales prófugos de la injusticia que es el no saber dónde pisas.

“La diferencia estriba en que el amor a la tierra es una y el amor de la tierra es otro; yo amo esta tierra porque me amó desde que llegué” (Condenarro)

Venta del libro en: supermercados 20/80 y Vicermex, en Boulevard Lázaro Cárdenas y esquina Cabo San Lucas y Marina respectivamente; Museo de Historia Natural de CSL, Boutique Trópica en Pto Paraíso, Café Cabo en Plaza Cota y Café Casasola en CSL.

Acerca del Autor

Héctor Alejandro Narro Flores

Comentarios (1)

  • María José

    María José

    11 Febrero 2014 a las 17:11 |
    ¡Bien, Condenarro!

    Excelente relatoría y hasta bueno para ser comercial!!!
    Este tipo de presentaciones de nuestros valores calisureños nos hacía mucha falta y qué bueno que lo compartes.

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