Elisa Salas
Todo artista sufre. Más que las personas “normales” como usted y yo, y digo que sufren, no sólo porque una cosa es pensar y sentir la obra de arte y otra es convertirla en realidad, sea una pintura, una escultura, una sinfonía, una actuación o cualquier manifestación estética intensa.
Sí, además, porque una cosa es el momento de la elevación o sublimación para crear la obra de arte, el estar “poseído” en ese momento por los grandes demonios de la creación o los grandes dioses de la visión interna y entregarse con entusiasmo a plasmarla o convertirla en un ente maravilloso y otra cosa es que te salga como quieres, allí es, perdóneseme la expresión, donde la puerca torció el rabo y conste que no se alude a nadie de la política o de la delincuencia desorganizada.
No me desvío, para que no me acusen de desviado, estoy seguro que Elisa Salas la genial artista sudcaliforniana, sufre mucho para cada exposición, igual que todas las grandes creadoras, porque no puede estar presentando las mismas obras en cada muestra, sino que quieren transmitir nuevos mensajes, diferentes motivaciones, provocaciones o propuestas, decir distintas cosas que cultiven lo mejor del ser humano. Por eso son obras de cultura y no de culto.
Ya sé que Elisa Salas Ventura no nació en BCS, ni usted y yo tampoco, como el 80 % de los que viven en Mulegé, Comondú, Loreto, La Paz o Los Cabos, pero ella acá tiene casa y familia, paga impuestos y nos ha brindado exposiciones extraordinarias en galerías, hoteles y centros de cultura, al igual que lo ha hecho en U.S.A., en San Miguel de Allende, en Oaxaca, Monterrey, y desde luego en la capital de la República en donde abrió su fantástica exposición en el mero corazón de Polanco cerca de la gran escultura de Abraham Lincoln.
El hecho es que BCS tiene extraordinarias mujeres, destacadísimas, aunque a veces la mezquindad, la mediocridad, la envidia, o la miopía o los machismos y feminismos perversos, no dejen que florezcan los reconocimientos para que nuestra sociedad y cultura se engrandezcan.
Elisa Salas bella intelectual, no sólo es una gran pintora, escultora, cantante, poeta, actriz, diseñadora, filósofa, psicoterapeuta y promotora cultural, sino es por sí misma una de las grandes mujeres sudcalifornianas de la cultura, en contemporaneidad con nuestra Faustina Wilkes Ritchie la universal, con la talentosa educadora Tamara Montalvo Arce, única sudcaliforniana que ha obtenido mención honorífica en la maestría de Ingeniería en la UNAM o que la maestra Gaby Amao Búrquez la insuperable recreante de las pinturas rupestres que es el máximo patrimonio cultural de nuestro estado de BCS, o de la ingeniera Milena Quiroga nuestra mayor experta en temas del agua o Juanita Gavarain la extraordinaria gastronómica polifacética de la Arteza.
Y qué me dice de Vicky Güereña la literata, activista, poeta, novelista y cuentista entre muchas otras producciones o la magistral Magistrada Claudia Méndez nuestra máxima estrella femenina del derecho y la judicatura, Rosita Palos Rouyer la reconocida maestra de La Ribera o la increíble pianista y concertista, creadora y maestra Jesús Leonor Isais, la Quichu, nuestra discreta pero genial pintora Conchita Curi de Rojo y ya hablando de Conchitas no puedo omitir a la incansable poeta y promotora Conchita Cabrera o a la actriz, escritora y promotora formidable Alegría Gómez Ihuitz del Corcho o de la poeta Calafia Pozo a quien no le lanzo loas para que no me llamen…
No nos alcanzarían todas las páginas virtuales de este sudcalifornios.com para enumerar y decir, aunque sea dos palabras, de la enorme cantidad de súper sudcalifornianas, como la bella y dinámica escritora costumbrista Chuyita Ceseña o la educadora y activista cultural y social Josefina Lam, forjadora de generaciones infantiles y juveniles y ahora recuerdo a la multigalardonada Elizabeth Acosta Mendía a quien le debemos gigantescos logros en los ámbitos culturales, históricos, literarios, fotográficos y museográficos, Elizabeth Acosta Mendía, a la gran periodista, escritora, política y comentarista veracruzana Leticia Hernández.
¿Quiere más referencias, es usted insaciable? Qué me dice de la jurista y preceptora de la Universidad Mundial la Dra. Elizabeth Álvarez, o de la amazona y maestra de equitación y de terapias equinas o de impresionantes y riesgosas al extremo escaramuzas charra Vale Covarrubias, y qué pero le pone a la inigualable y bella Elea Casiano en la danza contemporánea, en la creación de espacios culturales, y la promoción internacional de la modernidad en los reinos de la musa Terpsícore. No olvidemos que Terpsícore era nada menos que hija de Zeus y de Mnemosine en la mitología griega.
En fin, no me pierdo para que no me llamen perdido, María Elisa Regina Salas Ventura, es ya una gran artista e intelectual de México, no sé por qué me recuerda a Gabriele Münter allá en su casa de Murnau con Kandinsky. Busque a Elisa Salas en Google y se llevará un sofocón de esos, es impresionante. No hay ninguna artista sudcaliforniana que tenga esos tamaños estéticos y trascendentales y es obvio que va, sin proponérselo, a la conquista de México y de espacios del mundo entero. Qué gusto.
La lucha de Elisa, la monalisa, es la lucha de todas las mujeres del mundo y por ello cuando hablamos bien de una mujer alentamos a todas las mujeres de nuestra tierra, cada una en su trinchera, cada una con su carga a veces pesadísima y cruel, cada una con su grandeza interior, con su humildad o su fortuna, pero todas y cada una de las mujeres tienen aún muchos espacios por conquistar, nadie se los regala, por el contrario, se los obstruyen y, dolorosamente, a veces entre ellas mismas.
Ayer, en su discurso brillantísimo para inaugurar esa exposición abarrotada de cedemexinos y extranjeros en el corazón de la alcaldía de Miguel Hidalgo de la capital, Elisa Salas mencionó, como punto de partida del arte humano (creo que hay arte animal en las aves cantoras o en las ballenas y delfines y en los insectos, de los que escribiera Maurice Polydore Marie Bernard Maeterlinck, el conde Maeterlinck) chéquenlo, por favor, bellas y feos, discretos y gritoncillos baratos, merolicas y reinas del mutis, please.
Les dejo, aquí, colegas amantes del lápiz, de la pluma y de las teclas, algunas imágenes para que se animen a exigir más arte y menos corrupción en Los Cabos y en México, más cultura y menos miseria para nuestros compatriotas en las laderas sórdidas de Cabo San Lucas o de San José del Cabo y de La Paz. Si estamos hechos para la grandeza y la justicia, tengamos la osadía y disciplina de alcanzarlas. Gracias por leer estas parrafadas y reciban todos un pavo virtual este diciembre refrigerante.
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