Mujeres en acción: ¿EN SERIO, quieres tener un negocio? Piénsatelo bien y luego actúa
Hace algún tiempo, durante una exposición de talento emprendedor, un gerente de una conocida cadena de tiendas departamentales hacía este cuestionamiento a una de mis alumnas quienes presentaban un producto de higiene personal con materiales orgánicos. Ante esta pregunta aparentemente simple, mis potenciales inventoras se quedaron desconcertadas, pues en verdad nadie -incluyendo el alumnado egresado de universidades-se toma muy en serio esto de desarrollarse en el mundo empresarial, les suena lejano el hecho de que algo que surgió de su imaginación dentro de la escuela, pueda en verdad resultar algo viable como producto o como servicio, es por eso que decidí escribir algo al respecto.
¿En serio quieres tener un negocio? Hola, estoy encantada de iniciar esta columna, ya que soy una entusiasta de los temas emprendedores y desarrollo de nuevos caminos para el crecimiento personal y profesional, en especial, si se relacionan con el género femenino. Volviendo a la historia de mis alumnas, creo que esa fue la última vez que decidí participar en este tipo de eventos cuyo objetivo es exhibir creaciones de empresas, me llenaba de tristeza, me desilusionaba ver cómo se desperdiciaban ideas y esfuerzo que nadie orienta, que nadie canaliza. ¿EN SERIO, quieres tener un negocio? Esa pregunta lanzada a mis alumnas, todos deberíamos poder responder cuando queremos hacer rentable un gusto, un hobbie, una idea o alguna profesión. Sucede que la mayoría de las personas tienen la idea errónea respecto del comerciante que le fue bien en los negocios, es un individuo que “le pegó al gordo”, que “le atinó”, que tuvo suerte, que de pura coincidencia dio con el negocio perfecto que le llevó al éxito económico y social, se olvidan de revisar los antecedentes, ignoran que hubo fracasos y emprendimientos fallidos.
Algo que he tratado de explicar a mis alumnos de la materia de marketing de empresas, es que, tener un negocio no es una cuestión de tino o de suerte, no son cosas del azar, es fundamentalmente un estilo de vida; de tomarse las cosas muy en serio, comprometerse a lograr metas, tener una disposición especial para el trabajo. He tratado de enfocarlo desde la mirada del que crea algo nuevo y no de quien copia el producto o servicio de otro, tan solo porque con eso le fue bien. Tener un negocio propio se trata sobre todo de no desfallecer, de no abandonar al primer revés, por lo tanto, los principales atributos para llevarlo a cabo son el tesón, la perseverancia; otro requerimiento básico será que te guste, que la idea te apasione; además deberá estar adentro del círculo de las habilidades que dominas, que conoces mejor. Estas disposiciones, estas características especiales están –creo yo- mucho más presentes en nosotras las mujeres, no es una regla, pero sí sé, que las mujeres tenemos una mayor tendencia a probar suerte, por ejemplo, con las ventas. Esta destreza se encuentra, con mayor frecuencia, en quienes ya son madres, que adquieren otras responsabilidades y la necesidad de aportar a la economía familiar.
Esta condición es una tendencia cada vez más fuerte a nivel mundial, también la veo crecer en el ámbito local. Por ello al inaugurar esta columna me dirijo a ti mujer emprendedora porque deseo ayudarte a enfocar tu mente y tus logros.
Yo comencé como tú cansada de sentirme explotada por jefes y directivos que lejos de apreciar mi talento y disposición para el trabajo, solo me veían como “la miss de arte” una empleada más a quien explotar con salarios de risa y jornadas y horarios de trabajo extenuantes, donde te pierdes lo más importante: el tiempo valioso junto a tu familia. Ahora que disfruto de tener un negocio propio, adaptado a mis personales horarios, a mi condición de madre y esposa, he decidido que quiero ayudar a otras mujeres a tomarse en serio y a aterrizar sus ideas.
Sé que hay muchas como tú estimada lectora, que tienen un proyecto en mente, que les gustaría llevarlo a la práctica, sé también que hay otras que aún no tienen claro su objetivo, pero desean tener un emprendimiento propio; trabajar por su cuenta, alcanzar cierta libertad financiera y autonomía personal, pero que no saben por dónde empezar, espero que mediante estos artículos donde te cuento otras experiencias y la mía propia , te facilite un camino más directo hacia las metas que deseas alcanzar, pero antes de dar ese paso, te comentaré, en un próximo artículo, de algunas de las actitudes más valiosas en las mujeres emprendedoras.