Enero. Proyecto Epistolar
¿Para qué decirme tu nombre?
Podrías haberme dado otra cosa, por ejemplo, un mapa para llegar a tu casa.
Pero ¿tu nombre?
Ahora es demasiado tarde, como loca que soy, quiero agotarte toda.
Lo peor es que existes, podría haberte inventado, pero hoy estás detrás del nombre.
¿Vamos a darnos la oportunidad de sentir “eso” nuevamente?
¿Incluyendo las ganas (por fin) de dormir)?
No supe si escribirte o buscarte, no supe y aun no sé.