Familias sudcalifornas: CONFLICTOS COMUNES EN FAMILIA Y CÓMO ABORDARLOS
Cuando hablamos de “familia” nos referimos a un grupo de personas unidas por relaciones filiales o afectivas, es decir, padres, hijos, hermanos, abuelos, pareja, etc. Es un sistema comprendido como una totalidad abierta en la que todos los miembros están estrechamente relacionados. Recuerden que existen diversos tipos de familias, por lo tanto, también existen muy diversos tipos de conflictos y de soluciones.
Es debido a la íntima relación que se tiene entre la familia, que la conducta de cualquiera de ellos puede afectar a la dinámica del grupo. Como es natural, las disputas y conflictos familiares forman parte de estas dinámicas. Sin embargo, existen diferentes tipos de conflicto familiar; según el tipo de vínculo entre las personas o según la causa que lo origine. A continuación, les hablaré de tres, y de cómo podríamos resolverlo.
Discusiones en la familia
Los pleitos o discusiones representan un elemento inseparable del hecho de vivir en sociedad, dado que está compuesta por muchos y diferentes individuos con diversas opiniones y formas de pensar. Además, un conflicto bien gestionado se establece como un medio para el desarrollo y avance, por lo que es necesario afrontarlo para poder aprender de ello.
Evidentemente, el conflicto familiar es algo natural, puesto que, en la convivencia de los miembros de un núcleo familiar, con diferentes edades, pensamientos y formas de ver la vida el conflicto es algo inevitable. No obstante, lo fundamental no es evitar el conflicto a toda costa, puesto que eso es imposible, sino evitar la escalada de agresividad y manejarlo de forma asertiva.
Cualquier clase de conflicto o crisis familiar requiere de la cooperación de todos los integrantes, así como de una comunicación efectiva, transformación y adaptación a una nueva situación; puesto que durante una disputa familiar las reglas impuestas en el contexto familiar se vuelven inciertas y es necesario volver a trabajar en ellas reafirmarlas o cambiarlas.
Conflictos de pareja
Es inevitable que surjan disputas o crisis en el contexto de pareja, sin embargo, si las personas son capaces de manejarlos de manera adecuada estos conflictos pueden servir para favorecer el refuerzo del vínculo de pareja. Casi siempre hablamos de problemas de comunicación o malentendidos, por lo cual es importante que haya una comunicación real y efectiva.
Conflictos entre padres e hijos
Según la etapa en la que se encuentre cada una de las partes implicadas en el conflicto se pueden subdividir en tres categorías:
Etapa infantil: los conflictos suelen girar en torno al desarrollo de la autonomía del niño. En estas situaciones o bien los padres no tiene claro cómo conceder esa autonomía, o bien no creen que el hijo se esté orientando hacia la dirección que ellos creen correcta. Es muy recomendable buscar ayuda profesional, quizá pedir consejos a una psicóloga educativa, o incluso buscar libros y revistas especializadas en estos temas y etapas.
Adolescencia: es la etapa en la que mayor número de conflictos surgen. Estos aparecen cuando los hijos tienen entre 12 y 18 años y vienen dados por las fluctuaciones o altibajos emocionales propios de este período. También es recomendable tomar terapia de familia, quizá canalizar a nuestros adolescentes. También recomiendo que apoyen y escuchen a nuestros jóvenes, y que de ser posible les impulsen a tener actividades recreativas, deportivas, para que ellos puedan desahogar sus energías y mantenerse mental y emocionalmente más sanos.
Hijos adultos: cuando los hijos alcanzan la mayoría de edad supone el comienzo de la convivencia entre personas ya adultas. Las cuales suelen tener diversas maneras de pensar y de entender cómo vivir u organizar su vida, por lo que esta época también es susceptible de provocar algunos conflictos familiares.
Conflictos entre hermanos
Este tipo de conflictos son de los más habituales y los que más pueden durar, independientemente de la etapa vital en la que se encuentren cada uno de ellos. Estos pleitos suelen mantenerse durante muy poco tiempo y la mayoría de las veces no es obligatoria la intromisión de los padres. A menos que veamos que es algo sumamente grave.
La cara positiva de este tipo de problemas es que constituyen un preludio de los conflictos que pueden aparecer en la edad adulta, y por lo tanto sirven de iniciación y aprendizaje para la vida futura.