Familias Sudcalifornias: 8 ACTIVIDADES PARA PROPICIAR LA CALMA EN EL HOGAR
El ajetreado ritmo de vida que llevamos los adultos (y que en muchas ocasiones obligamos a llevar a los niños) suele acabar generando cierto estado de nerviosismo, inquietud e incluso ansiedad. El querer llegar a todo, el exceso de actividades o el convertirnos en prisioneros de "la inmediatez del momento" hace que olvidemos lo esencial de la vida: conectar con quienes tenemos al lado.
Esa falta de conexión y ese ruido mental que nos acompaña a cada instante puede acabar haciendo que nuestro hogar se aleje de la calma, paz y armonía que todos deseamos.
Un hogar en calma favorece el desarrollo de la inteligencia emocional y cognitiva, y como consecuencia repercute en la felicidad. Además, estar calmados ayuda a los niños a disminuir las conductas impulsivas o reactivas, aumenta el grado de atención, observación y concentración, Propicia un mejor aprendizaje, posibilitando un estado de mayor disfrute de las cosas, posibilita un mayor desarrollo de la creatividad y la expresión potenciando las habilidades individuales de cada persona, favorece la gestión de las emociones y los pensamientos, mejora la comunicación, la empatía y la escucha, fomenta la aparición de actitudes de colaboración y de comprensión.
Por eso aquí te platicamos algunas recomendaciones, que la articulista Silvia Díaz, de la revista Bebés y más comparte para practicar la calma en tu hogar:
1) Atender a nuestras sensaciones. Toda la información del mundo que nos rodea nos llega a través de los sentidos, y una buena forma de lograr esa calma y conexión con el cuerpo es atendiendo a nuestras sensaciones.
Si tenemos bebés o niños muy pequeños podemos ayudarles a conectar con sus sensaciones a través del tacto y las caricias mediante un masaje pleno y consciente. Así, con toda nuestra atención puesta en lo que hacemos, deberemos observar los gestos de nuestro bebé, respirar conjuntamente y asegurarnos de que disfruta con lo que estamos haciendo.
En el caso de niños más mayores podemos realizar otro tipo de ejercicios que les ayuden a centrar la atención en las sensaciones que les llegan a través de todos los sentidos, animándoles a respirar profundamente al tiempo que perciben esos estímulos.
2) Atender al sonido. Otra buena forma de introducir la calma es poniendo toda nuestra atención en los sonidos que nos rodean, o bien discriminar algún sonido específico en el que queramos centrarnos. En este sentido, Ana Asensio nos propone jugar con los niños a esconder en algún rincón de la casa una caja musical y agudizar el oído para encontrarla, o escuchar una canción con diferentes instrumentos y pedirles que los identifiquen.
3) Atender a la respiración. Algo que nos ayuda a estar muy presentes y nos lleva a un estado de calma es la respiración. Respirar profunda y conscientemente es un maravilloso ejercicio que podemos enseñar a nuestros hijos desde muy pequeños, primero a través de nuestro ejemplo y después acompañándoles en una actitud de respiración consciente y atención en presencia plena a lo que están realizando.
4) Atender a nuestras emociones. Otra buena forma de alcanzar la calma es conectando plenamente con nuestros hijos a través de la mirada, pues mirarnos profundamente a los ojos favorece la relajación y ayuda a ambas partes a percibir más intensamente sus propias emociones y las de la persona que tenemos en frente.
5) Incorporar el silencio consciente y voluntario. Podemos disfrutar en compañía de nuestros hijos de algunas actividades que requieran de concentración y silencio, como hacer un puzzle o leer, por ejemplo. Incluso en los momentos de comida podemos incorporar silencios voluntarios desde una actitud presente y consciente, respirando y compartiendo el momento desde la calma que nos aporta el silencio.
6) Atender a nuestro cuerpo. Los juegos corporales como por ejemplo bailar, saltar, cambiar de ritmo o paso al caminar, o dejarnos llevar por la música, son una excelente forma de "escuchar" cómo reacciona nuestro cuerpo. De esta forma, podemos enseñar a los niños a prestar especial atención a su corazón, al calor que desprende su cuerpo o a las sensaciones que le transmiten estas actividades.
7) Atender a la curiosidad. Una actividad fabulosa que podemos llevar a cabo con nuestros hijos pequeños es la creación de un "cesto de los tesoros", que llenaremos de objetos que permitan al niño su exploración, estimulando su desarrollo, atención y curiosidad.
8) Dejar espacio para "no hacer nada". Y ya por último, otro de los consejos que nos ofrece los especialistas a la hora de introducir la calma y bajar el ritmo de actividad es agendar un momento del día para no hacer nada: solo ser y estar en compañía de nuestros hijos, disfrutar plenamente de ese momento con la mente y el corazón, en sintonía con nosotros y con ellos.