Familias sudcalifornias: Aprender a decir NO
En ocasiones, nos vemos envueltos en situaciones que no queremos, nos dejamos llevar por otros, incluso hacemos cosas que no nos agradan simplemente por no saber decir “NO”. Pero… ¿por qué resulta tan difícil negarnos a las peticiones de los demás? Hay diversos factores que influyen en nuestra capacidad para poner límites, usualmente se trata de “ideas irracionales” que impiden mantener una comunicación asertiva, por ejemplo:
-Priorizamos las necesidades de los demás sobre las nuestras y nos sentimos culpables si decimos que NO ante una petición de otra persona. No se trata de ser egoístas y ponernos por encima de los demás, pero tampoco ponernos por debajo, es una cuestión de equilibrio.
-Solemos hacernos responsables de tareas y obligaciones que les corresponden a otros; a veces los amigos o conocidos pueden abusar de nuestro sentido de la responsabilidad demandándonos ayuda en cosas que no nos competen, incluso aunque ellos estén capacitados para hacerlas, de este modo evaden su propia responsabilidad y nosotros nos sobrecargamos. Está bien “echar una mano”, o enseñar al otro a hacer mejor las cosas, pero no “hacerlas por ellos”.
-Estar pendientes de lo que opinen los demás, querer quedar bien todo el tiempo o que no “piensen mal” de nosotros, son ideas que puede ocasionar que jamás digamos “NO”. Sin embargo, no podemos evitar siempre el conflicto o agradarle a todo el mundo; es normal que nos afecte la opinión de las personas que nos importan, pero no podemos condicionar nuestras decisiones por miedo al qué dirán. Podemos ser empáticos y respetuosos con los demás, y también saber escucharnos y respetarnos a nosotros mismos, teniendo la autoconfianza suficiente para decir que NO a pesar de que podamos disgustar a otros.
5 pasos para aprender a decir NO:
1. Aclarar la petición: En primer lugar, es importante que aclaremos con nuestra interlocutora o interlocutor cuál es exactamente la petición o invitación que nos están haciendo. A veces algo tan obvio como el hecho de no saber con exactitud lo que te están pidiendo de favor, puede causar malinterpretaciones y otros problemas en la comunicación.
2. Analizar las consecuencias: Seguidamente, tenemos que pensar en las consecuencias que puede tener aceptar o rechazar esa petición. Podemos decirle a la persona que nos deje un segundo para pensarlo o que todavía no estamos seguros, mientras hacemos ese análisis.
3. No decidas con incertidumbre: Antes de responder, piénsalo bien. No tienes por qué responder en ese momento. A lo mejor tienes que consultarlo con alguien más, mirar en tu agenda, o cerrar un plan previamente previsto que aún está en el aire, antes de decir si quieres o no.
4. Expresar la negativa de forma asertiva: Solemos sentirnos incómodos al decir NO y esto nos conduce a poner excusas poco claras, hay que ser asertivos y amables al rechazar la petición. Algunos ejemplos son: “me gustaría decirte que sí, pero realmente tengo mucho trabajo”, “me encantaría acompañarte, pero necesito llegar temprano a casa”, “entiendo que quieras que te preste mi coche, sin embargo, lo necesito para esta tarde”.
5. Emplear la técnica del sándwich: Esta técnica consiste en expresar algo positivo antes y después de decir NO. Por ejemplo: “me encantaría ayudarte, pero en este momento tengo un poco de prisa porque debo llegar al trabajo, si quieres mañana temprano paso a buscarte”, “gracias por contar conmigo, pero hoy me resulta imposible, si quieres quedamos otro día para tomar una café”.
Ser capaces de decir NO sin sentirnos culpables por ello, es una actitud que puede ayudarnos a sentirnos bien con nosotros mismos, mejorar nuestra autoestima e incluso, evitarnos problemas en las relaciones personales. Saber marcar límites, es la base para mantener vínculos saludables.