Familias sudcalifornias: CÓMO ADAPTARSE A LOS CAMBIOS Y MUDANZAS
A lo largo de nuestra vida es probable que hayamos tenido la experiencia de mudarnos de casa, incluso mudarnos a otra ciudad, esto es en la actualidad más frecuente que antes, debido a la actividad de los negocios donde se aperturan nuevas sucursales o se presentan buenas oportunidades de superación para la vida económica y familiar; oportunidades que muchas de las veces requieren un cambio de residencia, de ciudad o en algunas ocasiones de país. Si pensamos en alguna de estas situaciones, como adultos nos podemos dar cuenta que no es una decisión fácil, implica evaluar la situación y como todo, tiene un riesgo probar si funciona, porque no hay nada seguro en esta vida. Ahora imaginen si para nosotros como adultos presenta cierto tipo de estrés y ansiedad, la reacción de un niño indefenso, que a su corta edad e inexperiencia tiene que “dejar todo” para ir a un lugar desconocido, es un cambio tan brusco que puede reflejarse claramente en sus comportamientos, ya que “nadie le preguntó si quería hacerlo”.
Si entre los padres aún hay diferencias sobre la mudanza, hay que evitar este tipo de comentarios o discusiones delante del niño, como padres somos el espejo de los hijos y debemos de tener cuidado de no transmitirles el estrés que nos provoca la mudanza, a veces es difícil evitarlo, sobre todo cuando el tiempo es demasiado corto, pero la buena comunicación con tus hijos ayudará a disminuirlo, recuerden que la unión hace la fuerza.
Debido a que la mudanza es un proceso difícil de asimilar para un niño, es posible que muestre cierto tipo de enojo contra las figuras de autoridad, así como estrés o angustia para afrontar la situación, la cual nosotros como adultos podemos ir disminuyendo, comentándole por qué nos mudamos, a dónde vamos a ir, tratar de “venderle la idea” de que la mudanza será algo mejor para ellos, que no dejará lo que tiene, ni su ropa, ni sus juguetes, incluso que sus amigos los podrá visitar cuando quieran y puedan. Es importante hacer mención de los atractivos del lugar a donde se mudará, si hay un bonito parque, una escuela que tiene algo especial más que en la que se encuentra; ahora tendrá aparte de los amigos que ya tiene, unos nuevos, un cuarto para él solo, incluso si es posible se puede hacer un recorrido por el nuevo lugar para que su incertidumbre e imaginación aterrice en algo concreto.
Si nosotros nos enfocamos a nosotros mismos y no le explicamos a nuestros niños la situación de cambio, tal vez observemos ciertos gestos de infantilización, actitudes en retroceso que ya se habían superado, rebeldía, chantaje emocional, tristeza, incluso llanto, ya que si su lenguaje no es muy fluido la única forma de sacar lo que tienen dentro de sí, es su llanto, nerviosismo, insomnio falta de apetito o silencios prolongados.
Una buena idea para presentar estos cambios a nuestros hijos, es que los padres realicen –previamente- una lista de ventajas de la nueva zona, para que tengan argumentos suficientes para explicarle, incluso planear una fiesta de “open house” sería genial.
Dependiendo de la edad del niño puedes pedirle que te ayude a la mudanza, de manera que esto lo hará participe del cambio, lo puedes hacer con sus juguetes o algo que no sea peligroso. En caso de que sea muy pequeño todavía lo más efectivo es que durante los días previos a la mudanza permanezca en casa de los abuelos o de los tíos, donde estará tranquilo y bien cuidado, así no se verá afectado por las prisas o los agobios de los adultos, o por los imprevistos que pudieran surgir.
Ante una mudanza, el niño se sentirá todavía más contento y seguro si puede conservar a algunos de sus muebles u objetos favoritos para utilizarlos en su nuevo hogar; así sentirá que el cambio es menor.