Familias sudcalifornias: ¿CÓMO ALIMENTARSE DE FORMA SALUDABLE EN FAMILIA?
Uno de los principales retos al inicio de año es bajar esos kilitos de más que nos ganamos en todas las comilonas que son tradicionales del Guadalupe-Reyes, ¡y eso está muy bien! Hay tiempo para disfrutar sin culpa y hay tiempo para medirnos y cuidarnos. Todo es cuestión de mantener un equilibrio: la dualidad del Gym y el Ñam… o mejor, de una alimentación saludable.
Uno de los principales errores que cometemos como adultos es pensar que los niños son inmunes a las enfermedades ocasionadas por el sobre peso, pero la realidad es que no. Los tiempos han cambiado: vivimos en una época de confinamiento y sedentarismo, y si a eso sumamos la gran cantidad de horas libres y tiempo de juegos que los pequeños pasan frente a una pantalla, y no corriendo al aire libre, junto con todos los alimentos procesados e hipercalóricos que abarrotan los supermercados, tenemos una verdadera problemática.
Es importante que desde jóvenes adquiramos buenos hábitos de autocuidado para no arrastrar con problemas dietas dañinas y malas costumbres que nos perjudiquen más adelante, y que entre más años tengamos se vuelvan más difíciles de quitar. Como dicen: no le quieras enseñar trucos nuevos a un perro viejo, así que lo mejor es educar con un buen ejemplo.
En esta ocasión te traemos algunos consejitos que puedes poner en práctica para integrar a los pequeños y grandes en el mundo de la alimentación, porque conocer cómo afecta a nuestro cuerpo lo que ponemos en nuestra boca es importante, pero saber comprarlo, encontrarle placer a cocinarlo y a compartirlo como un gesto de amor, hacen la experiencia más fácil siginificativa.
Consejos de cocina:
—Asegúrate de tener bien abastecido tu refri de verduras y frutas. Por lógica, siempre se consumirá lo que haya.
—Busca forma creativas de consumir snacks saludables. No todo es ensalada y caldo de verduras: unos pepinos con tajín y limón, una manzana con mantequilla de cacahuate o unas uvas congeladas son deliciosos refrigerios o postres que cualquiera puede comer con gusto.
—Opta por comprar carnes blancas y desgrasadas para obtener proteínas: pescado, pechuga de pollo, huevos y setas son excelentes para satisfacer el apetito y otorgar la dosis de hierro y proteína necesaria sin recurrir a altas cantidades de grasa y colesterol, además, ¡es bueno buscar la variedad! No todo en el mundo son bisteces.
—¡Acostúmbrense al agua! Antes de cualquier otro líquido azucarado, el agua natural es lo que más debe beberse. Te recomendamos evitar a toda costa las bebidas procesadas y altas en azúcares en el día a día. Enséñense a comer con aguas frescas o natural: sus carteras y riñones lo agradecerán.
—Opta por lo asado, lo cocinado al vapor o lo cocido, en lugar de lo frito.
—Elige las harinas integrales por encima de las blancas, así como las tortillas de maíz por encima de las de harina (¡sabemos que son deliciosas! Pero tienen un gran contenido de manteca).
Consejos de convivencia:
—Establezcan horarios para comer juntos. ¡La rutina es indispensable! Esto puede ser complicado pero procura que exista por lo menos una comida al día para compartir. Aunque suene difícil de creer, la conversación y la convivencia puede ayudarnos a comer más lentamente, además de otorgarle un valor emocional positivo al tiempo compartido comiendo.
—No obligues a los más pequeños a terminarse todo el plato, así pueden conocer sus límites y no comer en exceso. Incítalos a comerse primero lo más saludable y dejar a lo último su parte favorita.
—Permite que los adolescentes y niños traigan gente a comer a la casa.
—Involúcrense todos en la elaboración de la comida. Así no sólo será más equitativo y satisfactorio el acto de cocinar y la recompensa del alimento, sino que los más chicos aprenderán los procesos de cocción y a cómo utilizar los instrumentos de cocina para cuando sean independientes o quieran cocinar para sus padres.
—No sobornes con comida y evita utilizarla como una muestra de amor. Claro que es lo mejor festejar una fecha importante con una comida deliciosa, pero no es bueno llenar vacíos emocionales con alimentos, y hay que enseñar a los niños a no comer para calmar la ansiedad y buscar otras formas de sentirse mejor.
—Dejen los sermones, temas delicados y discusiones para una hora que no sea la de la comida.
Ahora que tienes estos consejitos, es momento de activarnos y optar por una vida más saludable: porque cuidarnos entre todos también significa querernos. ¡A empezar el año con todo!