Familias sudcalifornias: EL NIDO VACÍO: CUANDO LOS HIJOS SE VAN DE CASA
Después de muchos años viviendo en familia, bajo el mismo techo, llega el momento en el que los hijos o hijas toman la decisión de irse de casa, tomar su propio camino e independizarse; y claro, sobrellevar la partida de los hijos no es algo fácil, a muchas madres o padres nos ha causado tristezas o preocupaciones.
¿A ustedes, ya les pasó?
Es importante que sepamos que estos sentimientos o malestares frente a la ausencia de los hijos son algo normal; sin embargo, también debemos mencionar que hay personas que se resienten más que otras, que sus procesos se viven con mayores dificultades, afectando no sólo su estabilidad emocional sino también su salud. Precisamente a estos casos se les llama “síndrome de nido vacío”, y sí, es más común de lo que se cree, sobre todo el aquellas personas, padres o madres, que creían que su único objetivo de vida es el cuidado y protección de los hijos.
¿Qué es el síndrome del Nido vacío? ¿Cómo podemos saber si lo padezco?
Ciertamente, el síndrome del Nido vacío no es una condición clínica, sino una forma de nombrar un conjunto de síntomas que experimentamos las madres o padres cuando sus hijos, se independizan por cualquier motivo y se despiden de casa.
Una manera sencilla, y compleja a la vez, de saber si estamos en esta condición es preguntarnos si creemos o sentimos que después de la independización de los hijos nuestra vida ha perdido el sentido; si la respuesta es positiva, déjame decirte que aunque sea una reflexión bastante difícil, vale la dicha empezar a trabajar en recuperar la alegría de vivir.
Es normal sentir tristeza de vez en cuando, pero si en lo único que piensas es que tu vida no vale la pena, hay que prestar atención ya que podrías estar experimentando este síndrome, y puede convertirse en una depresión. Los síntomas más comunes son: llanto y tristeza constante, aislamiento familiar, laboral y social, sentimientos de rechazo o culpa. Preocupación excesiva y constante por la hija o el hijo, estrés, ansiedad, desesperanza y agotamiento.
¿Qué debemos hacer para dejar de estar atrapadas en este síndrome?
Por experiencia puedo decir que lo primero es ser consciente de que la independencia de los hijos debe ser la pauta para la propia independencia como madre o padre; que comenzamos a vivir otra etapa y debemos aprovecharla.
Sea cual sea la circunstancia, cuando los hijos se van se abre una posibilidad inesperada para nosotros los padres; puede ser el momento perfecto para iniciar nuevos proyectos, para centrarnos en nosotras mismas, para responder o restablecer nuestras prioridades, es hora quizá, de retomar aquello que se había dejado de lado en el camino.
Además debes saber que, la percepción que los jóvenes tienen sobre la relación con sus padres difiere a lo largo del curso de la vida, los hijos que viven con sus padres tienden a manifestar mayores grados de conflicto y estrés en sus relaciones por el desgaste cotidiano, en cambio, la distancia proporciona una percepción más relajada en torno al ambiente familiar.
Es importante saber que la salida del hogar no es un fenómeno que ocurra una sola vez en la vida de una persona, es un proceso caracterizado por varias salidas y retornos.
Y por último, creo que la mejor forma de salir de este tipo de procesos difíciles y dolorosos es reconociéndolo y pidiendo ayuda, ya sea profesional o de la propia familia.