Familias sudcalifornias: INICIEMOS EL AÑO FORTALECIENDO LOS VALORES FAMILIARES
Empezamos un año nuevo y, con esto, la oportunidad de proponernos nuevos retos, de cambiar hábitos, así como de abrir o cerrar ciclos y fortalecer lazos. En el artículo pasado les hablé sobre hacer partícipes a los niños y las niñas en las tradiciones y rituales familiares de fin de año. Y en esta ocasión me gustaría hablarles de lo importante que es fomentar los valores en la familia, fortalecer ese tesoro que a cada uno se nos otorgó.
Pero, ustedes se preguntarán qué son exactamente los valores, ¿existen valores sólo familiares? ¿Son diferentes en cada familia?: respecto a esta última pregunta, yo respondería que sí, que pueden variar según el contexto y cultura de cada familia, sin embargo podemos encontrar puntos en común; por ejemplo, a mí me gustaría definirlos como las virtudes, las ideas y tradiciones que nos remiten al establecimiento de comportamientos y actitudes, acciones, a los que se pone en un lugar prioritario.
Recordemos también que los valores son inculcados por los padres a los hijos a veces de forma explícita y a veces de forma inconsciente, a partir del ejemplo que se brinda. Para cualquier niño y niña esta trasferencia es de enorme importancia, por lo menos hasta que tenga edad como para decidir si los valores inculcados tienen fundamento o no.
Generalmente cuando llegamos a la edad de la adolescencia o adultez tendemos a poner en tela de juicio los valores que nos inculcaron en casa, empezando así a establecer valores y principios propios; pero aunque esto suceda, es de suma importancia que crezcamos en una familia con valores claros, ya que estos nos servirán siempre para crear un marco de referencia, una visión única del mundo y las relaciones sociales.
La responsabilidad principal de la comunicación de valores en una familia corresponde a los padres; pero sí por circunstancias vitales, éstos no están cerca, a veces las abuelas y los abuelos debemos encargarnos de ello. Lo importante es que nunca olvidemos la importancia de cultivar día a día principios éticos a nuestras niñas y niños.
La responsabilidad de los padres frente a la educación ética y cívica, es reconocida en tratados internacionales de gran importancia; de hecho, está sugerida en la “Declaración de Derechos Humanos”. Así, cabe a los padres el hecho de enseñar a sus hijos valores que consideren adecuados de forma prioritaria. La escuela u otras instituciones educativas a lo sumo podrán servir de auxiliares en esta tarea. Este reconocimiento hacía los padres se debe principalmente al hecho de que son estos los que generalmente tienen el mayor interés en el buen desarrollo del niño.