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Familias sudcalifornias: QUÉ HACER CUANDO LAS Y LOS NIÑOS DICEN PALABROTAS

Escrito por Mi Nana en Viernes, 27 Julio 2018. Publicado en Cultura, Familia., Familias Sudcalifornias., Sociedad

La llegada de un bebé es una de las etapas más bellas que puede existir, y sin duda cuando esos bebés comienzan a hablar y hacer sus travesuras, son la atracción de toda la familia, el sólo verlos nos forma una gran sonrisa, nos provoca felicidad y sorpresa, todo debido a la curiosidad que despiden cada minuto al ir descubriendo el mundo.

Como todos sabemos los niños y niñas son buenísimas para imitar, sobre todo cuando empiezan a hablar, repiten todo lo que escuchan de las y los adultos. Y claro, nos causa gracia la manera en que pronuncian, se comen algunas letras, o le cambian el nombre a las cosas, así empezamos todos.

Cuando el niño o la niña repiten las palabras que escuchan, siempre tendemos a celebrarles pues nos parece algo increíble y maravilloso, es común que a manera de juego los adultos comencemos a imitarles a ellos o a enseñarles otras palabras que los pequeños aún desconocen; obviamente además de la palabra papá y mamá, las y los niños empiezan a conocer más palabras en relación al mundo que van descubriendo, tal vez sus palabras más importantes, además de papá y mamá o su propio nombre, suelen ser caca, pipí, agua, e incluso alguna grosería, que esta última no es que lo hagan de ninguna forma con malicia, ya que a esa edad todo es inocente, pero no falta el pariente que le enseñe esas palabras como parte de un juego brusco con los niños y los adultos que le rodean.

Y cuál es nuestra reacción cuando de repente escuchamos una “palabrota” en nuestros pequeños, quizá primero le volteamos a ver como para confirmar si el niño lo dijo o no, quizá después nos cuestionamos dónde aprendió o escucho dicha palabra. Obviamente el niño no sabe el significado de las palabrotas aunque sean expresiones vulgares, el niño solo escucha y repite analizando la reacción de las personas al pronunciarla.

Al escuchar una palabrota del niño, nuestra reacción es tal vez sonrojarnos, reír, enojarnos o quedarnos desconcertados, puede ser de muchas maneras, lo que si es cierto, es que es nuestra obligación corregir el vocabulario del niño. Alrededor de los tres años el niño conocerá alrededor de mil palabras y buscará a manera de juego aquellas que causen gracia para los demás, por lo que tal vez haga sus primeros pininos en el mundo de las palabrotas. Después de los cuatro o cinco años algunas palabras relacionadas con sus necesidades básicas o sus genitales le causarán gracia, todo esto es normal.

Los niños pueden adoptar las palabrotas de muchos lados, especialmente de nosotros, por lo que habrá que moderar su vocabulario delante de ellos, pero también las pueden aprender de la televisión, amigos u otros adultos amigos o familiares. Lo más sano es supervisar sus programas de televisión y pedirle a los visitantes que se abstengan de decir groserías delante de los niños, ya todo lo repetirán aun desconociendo el significado real de ellas, sin el ánimo de ofender.

Si queremos que ésta etapa sea pasajera en el niño no hay que dramatizar la situación, recordemos que son niños y buscan llamar la atención, por lo que no podemos evitar que digan de vez en cuando palabras malsonantes, pero si podemos evitar escandalizarnos y que se refuercen evitando reírnos o festejarles, así esto pasará desapercibido y como no haremos fiesta dejarán de decirlas, de lo contrario la pronunciarán en el momento menos indicado, por ejemplo cuando hay visitas.

Por otro lado hay que analizar en el niño la fuerza expresiva con la que dice la palabra malsonante, si lo dice con la intención de herir a alguien o palabras muy fuertes, en este caso hay que hablar con él de manera firme y de preferencia en privado, indicándole que eso no es admisible, ya que debe conocer que existen ciertas reglas y respetarlas.

Fuera de todo este proceso se considera como una etapa normal dentro del proceso de crecimiento del niño, que aunque no se considera algo grave, si hay que poner atención cuando las palabras malsonantes van asociadas con muecas o movimiento anormales, ya que existe el Síndrome de Guilles de la Tourette o mejor conocido como Síndrome de Tourette, que puede estar ligado a problemas en ciertas áreas del cerebro y que combina palabras malsonantes sin mala intención con movimientos o sonidos rápidos y repetitivos que la persona no pueden controlar (muecas, carraspeos, movimientos de brazos y/o piernas).

En el caso de este síntoma el médico tendrá que realizar una serie de exámenes para determinarlo, puede ser heredado, inicia con un tic facial inicial y se desarrolla entre los 7 y los 10 años de edad.

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