Familias sudcalifornias: ¿PADRES ESTRICTOS, HIJOS REBELDES?
A veces pensamos que es el exceso de permisividad lo que resulta en adolescentes rebeldes y retadores; sin embargo, es a la inversa, entre más autoritarios y estrictos son los padres y su estilo de crianza, más necesidad sentirá el adolescente de rebelarse y oponerse a las reglas de familia.
Tomemos en cuenta que nuestra infancia, y la relación que tenemos con nuestros padres, marca nuestra personalidad en la adultez. Así que, a pesar de creer que están haciendo lo correcto, unos padres restrictivos en exceso pueden conducir a sus hijos a la rebeldía, aunque unos padres que no sepan poner límites, podrían ocasionar, también, resultados indeseables.
¿Cómo es ser un padre o madre estricta?
Recordemos que existen diversos estilos de crianza, los cuales varían en cuanto al grado de exigencia y de afecto. El estilo autoritario que ponen en marcha los padres estrictos se caracteriza por altos niveles de exigencia, control y disciplina, y baja presencia de afecto y expresión emocional.
En este estilo de crianza se utilizan la disciplina, el castigo y la amenaza como método habitual de educación. Imponen castigos duros ante las conductas que conciben como inadecuadas en sus hijos, pero sin dar una explicación del motivo. Estos padres están centrados en extinguir ese comportamiento incorrecto y opinan que el diálogo no es necesario; solo importa la obediencia. Además, estos padres, suelen imponer sus reglas sin lugar a discusión. No permiten la expresión de opiniones de sus hijos y no están abiertos a la negociación.
En el estilo de crianza autoritario, los padres exigen obediencia y respeto, ejercen un excesivo control, buscando lograr en sus hijos una buena conducta. Sin embargo, sin saberlo, quizás estén criando jóvenes reprimidos que verán en la insumisión el único modo de respuesta.
¿Cómo identificamos a los hijos rebeldes?
Se suele creer que los padres que educan con mano firme consiguen niños de conducta recta, sin embargo, comúnmente estos adolescentes toman dos caminos diferentes pero igualmente insanos: algunos acaban convirtiéndose en jóvenes apocados y faltos de autoestima. Otros, encuentran en la rebeldía la válvula de escape para defenderse de esa situación injusta.
Tengamos en cuenta que todos los seres humanos tenemos el deseo y la necesidad de desarrollar nuestra individualidad y expresarla. Todos, desde pequeños, ansiamos ser escuchados, amados y reconocidos por nuestros mayores.
Es el deber de todo padre y madre otorgar a sus hijos un ambiente seguro en el que poder ir descubriendo y gestando su personalidad de manera sana. Cuando los padres son muy restrictivos, los hijos no encuentran lugar para su voz; y esto genera un ambiente familiar lleno de estrés y falto de afecto que deriva en una gran infelicidad. Y aquellos niños que se han visto acallados toda su vida lucharán en la adolescencia por hacerse oír.
¿Qué es lo más adecuado?
Lograr un equilibro en la crianza. Y para lograrlo, es necesario que acudamos a personas expertas en estos temas; quizá no tenemos para ir con una psicóloga o pedagoga, pero seguramente tenemos acceso a revistas y periódicos virtuales especialistas en el tema. También podemos consultar a las y los profesores de nuestros adolescentes, quizá puedan darnos un norte sobre la crianza correcta, o sobre el momento preciso que viven nuestros hijos e hijas.