Familias sudcalifornias: PREVENIR Y COMBATIR LAS ADICCIONES EN FAMILIA
Todas y todos, sin importar la edad, la clase social ni la escolaridad, corremos el riesgo de caer en las garras de las adicciones, ya se a productos legales como el alcohol, la comida chatarra o los juegos de apuestas, o a sustancias ilícitas que no sólo ponen en riesgo la salud física y mental de quien las consume, sino también su integridad y su seguridad al momento de adquirirlas, así como su patrimonio económico y el de los suyos.
Una adicción ocurre cuando una persona adquiere una dependencia al consumo de ciertas sustancias, cuyo deseo no puede controlar y que se vuelve algo central en sus ocupaciones, que afecta su calidad de vida, su productividad y su bienestar. Estos problemas no sólo afectan a quien las ingiere si no a todo su núcleo familiar, y es por eso que hoy te traemos algunas recomendaciones para detectar aspectos que hacen vulnerable a a una persona una a caer en las adicciones, así como algunos focos rojos que tienes que tener en cuenta para prevenirlas o bien, tratarlas.
La crianza ocupa un papel fundamental, pues el cariño, la atención, el respeto y el apoyo a los niños y niñas es esencial para la prevención de adicciones. Si los hijos, sobrinos o nietos, se sienten amados, pronto desarrollarán la confianza para comunicar sus problemas y angustias, pero sino, es probable que recurran a apoyos en amistades o círculos sociales que pueden ser dañinos, y que se refugien en las drogas.
Algunas señales frecuentes de que un menor está teniendo contacto con sustancias nocivas son: aislamiento y tendencia la soledad; cambios bruscos de conducta y humor, muchas veces de forma violenta y sin razones aparentes; imposibilidad o dificultad para responder a las responsabilidades y para asumir las consecuencias de sus acciones; bajo rendimiento escolar o laboral; desinterés por actividades que anteriormente le resultaban placenteras; malos hábitos de sueño; malos hábitos alimenticios; mentiras; pequeños hurtos en casa e incapacidad para manejar el dinero. Si observamos algunas de estas conductas, es imperativos acercarnos a la persona y preguntarle SIN SER AGRESIVOS y sin culpabilizarlo, cómo se siente y qué pensamientos ocupan su mente.
Lo mejor para salvarnos es prevenir. Acciones que podemos realizar que nos ayudan a evitar el consumo peligroso de drogas son: buscar que la familia esté integrada, en un ambiente que fomente la comunicación, la confianza y el respeto; buscar establecer lazos de afecto positivos, no sólo con familiares sino también con grupos de apoyo como compañeros de clase o de trabajo, vecinos y amigos; dar reconocimiento las habilidades y logros de esa persona, y apoyarlos; buscar crear hábitos saludables, más si se pueden compartir, como el de la lectura y el estudio, así como también compartir momentos de disfrute y ocio.
Algunas formas de hacer que un joven o niño mejore su autoestima y practique el autocuidado es demostrando interés en sus gustos y actividades; alentarlos y aceptarlos sin comprarlos con nadie; fomentar la confianza en sí mismos y la autovaloración; aprovechar el tiempo libre para hacer actividades con ellos que sean agradables; expresarles cariño y respeto.
Si la persona ya consume, es necesario que todo el tiempo se sienta apoyado, capaz de salir adelante, sin el pensamiento de que su adicción lo define y sin menospreciar su situación aligerándola o reprochándosela, y sobre todo, buscar ayuda profesional.
La salud de los y las niñas y jóvenes está en nuestras manos y es nuestra responsabilidad que crezcan en entornos seguros y llenos de amor, para que ellos mismos se sientan con la confianza de pedir ayuda.