Familias sudcalifornias: RECOMENDACIONES PARA GASTAR MENOS EN LA ALIMENTACIÓN FAMILIAR
La FAO calcula un índice del precio de los alimentos y ahora es el momento en el que es más caro comer, al menos desde que se tienen registros.
Eso lleva a una peor alimentación, y por consiguiente a mayores tasas de malnutrición e incluso hambre.
Entonces, en tiempos de alta inflación y con la subsiguiente subida del precio de los alimentos lo más sencillo puede ser cambiar por productos que son más baratos pero que no necesariamente son tan saludables ni tienen el equilibrio nutricional que requiere nuestro cuerpo.
omer bien y al mismo tiempo gastar menos es todo un desafío. Aquí te presentamos 7 acciones que puedes llevar a cabo para lograrlo.
1. Cocinar
Tal vez sea la más obvia, pero es esencial. Comprar comida afuera, en la calle o en un comercio, es muchas veces lo más rápido, pero no lo más conveniente para el bolsillo.
Además, cuando compramos comida hecha no sabemos cuál es la calidad de los ingredientes utilizados, o incluso qué ingredientes se utilizaron para su elaboración.
Lo mismo ocurre con la comida prefabricada que venden en el supermercado, productos conocidos como ultraprocesados. Estos contienen excesos de grasas malas, sodio y azúcares, entre otros componentes, que se añaden para darle mejor sabor pero que no contribuyen a la salud.
Cocinar en casa hace que sepamos exactamente qué estamos comiendo y que paguemos menos por ello.
2. Comer lo justo
Un alto porcentaje de las personas come más cantidad de alimentos que la que exige el organismo.
Reducir las porciones que nos servimos a las cantidades recomendadas para el funcionamiento humano ayuda al bolsillo y, al mismo tiempo, a sentirnos mejor físicamente.
Una dieta de entre 2.000 y 2.500 kilocalorías es un número adecuado de ingesta diaria.
3. Cambiar de recetas
Sustituir ingredientes o platos completos es una de las formas de abaratar el gasto en comida.
Determinados productos básicos como el aceite, el café, algunas frutas y verduras, la carne de vaca, el pan (y la harina de trigo en general), los huevos y algunas legumbres aumentaron de precio más que la suba promedio de alimentos y bebidas no alcohólicas en la mayoría de los países latinoamericanos, de acuerdo a la información publicada por instituciones oficiales que se encargan de medir la inflación.
4. Comprar de temporada
as frutas y verduras son intercambiables entre sí; lo importante es variar entre ellas.
"Aportan fibra, vitaminas y minerales que son muy difíciles de encontrar en otros alimentos", dice Balbanian.
Para achicar el costo de la alimentación, lo que aconsejan los expertos es comprar los productos de temporada o estación, dependiendo del país y su clima.
Intentar comer tomate fuera de temporada hace que sean más caros porque quienes los venden han recurrido a cadenas de frío para conservarlos durante meses o que los produzca en invernaderos, ambos sistemas que encarecen los alimentos.
Por el contrario, en temporada se encuentran los productos en abundancia, a precios bajos, y es cuando están más gustosos y nutritivos.
5. Aplicar técnicas de conservación:
Una alternativa es comprar cuando está barato y aplicar alguna técnica de conservación.
La más sencilla es poner los alimentos en el congelador. Pueden ser tanto carnes como la mayoría de los vegetales -siempre que no quieras comerlos crudos luego- y frutas.
Con los vegetales, la recomendación es que cuando se vayan a consumir se provoque un choque térmico, del frío al calor intenso, para que no pierda textura y sepa peor.
También se pueden cocinar mayores cantidades que las que vayas a comer de inmediato y guardar porciones en el congelador para más adelante, o cocinar ingredientes sueltos y congelarlos para utilizarlos más adelante en preparaciones.