Familias Sudcalifornias: señales de alerta para cuidar la salud mental de tu familia
La familia no se desarrolla ni existe de manera aislada, se encuentra inmersa en la sociedad por lo que hay una serie de valores socioculturales que inciden en el desarrollo de la familia. Ésta se ve fuertemente influenciada por todo lo social que abarca un sistema económico de producción, tecnología, valores, creencias, etc. Así, una perspectiva psicosocial nos permite estudiar todos los factores que inciden en la familia cuando aparece la enfermedad y/o trastorno mental, con una perspectiva integral.
La familia es un sistema y si cada elemento no cumple con su función empezará a haber conductas disruptivas, este es el momento de pedir ayuda profesional. La comunicación es otro factor muy importante: el saber qué está pasando con cada miembro de la familia, saber decir las necesidades propias y sobre todo prevenir: ¿qué pasa cuando se empiezan a desarrollar las predisposiciones? o ¿qué hacer frente a una crisis? Las familias se pueden preparar para ello con atención preventiva.
Las mayorías de las personas creen que nunca padecerán de una condición de salud mental por eso cuando un ser querido es diagnosticado con algún tipo de afección los miembros de la familia se enfrentan a una serie de emociones conflictivas. Rápidamente, comienzan a sentirse vulnerables ante las opiniones y los juicios de los demás.
Los problemas de salud mental pueden surgir como consecuencia de un estrés excesivo provocado por alguna situación o evento particular (e.g. muerte de algún ser querido). También pueden ser causadas por una reacción al estrés ambiental, factores genéticos, desequilibrios bioquímicos o una combinación de todo esto.
Con la atención y el tratamiento adecuado, muchos personas aprenden a sobrellevar y recuperarse de una enfermedad mental.
Las siguientes son algunas señales que usted o algún ser querido puede querer hablar con un profesional de la salud mental. Preste especial atención a los cambios repentinos en el comportamiento y los pensamientos. Es importante que tome en cuenta que la aparición de varios de estos síntomas, y no cualquier cambio, deberá ser considerado como un indicador de que existe algún problema que debe ser evaluado por su médico o profesional de la salud mental.
Adultos y adolescentes
Pensamiento confuso
Depresión prolongada (tristeza o irritabilidad)
Sentimientos de altibajos extremos
Temores, preocupaciones y ansiedades excesivas.
Retiro social
Cambios dramáticos en los hábitos alimenticios o de sueño.
Fuertes sentimientos de ira
Pensamientos extraños (delirios)
Ver u oír cosas que no están allí (alucinaciones)
Incapacidad creciente para hacer frente a problemas y actividades diarias
Pensamientos suicidas
Numerosas dolencias físicas inexplicables
Uso de sustancias
Niños y preadolescentes
Uso de sustancias
Incapacidad para hacerle frente a problemas y actividades diarias.
Cambios en los hábitos de sueño y / o alimentación.
Excesivas quejas de dolencias físicas
Desafío a la autoridad, absentismo escolar, robo y / o vandalismo
Miedo intenso
Estado de ánimo negativo prolongado, a menudo acompañado de falta de apetito o pensamientos de muerte.
Estallidos frecuentes de ira
Cambios en el rendimiento escolar
Calificaciones bajas a pesar de los grandes esfuerzos
Excesiva preocupación o ansiedad (es decir, negarse a ir a la cama o a la escuela)
Hiperactividad
Pesadillas persistentes
Desobediencia o agresión persistente