Familias sudcalifornias: UNA NAVIDAD AUSTERA

Por primera vez en la historia, muchas familias experimentaremos lo que es pasar una navidad en medio de una cuarentena mundial. Esto trae no sólo el desencanto para aquellos que no podremos convivir con nuestros seres queridos, sino que serán tiempos de reflexión y nostalgia para todos aquellos que han sufrido la pérdida de algún familiar a lo largo de este catastrófico y epidémico año. El impacto emocional que tiene la navidad cada año no sólo es producido por las vacaciones y las fiestas, pues el capitalismo se ha encargado de ofrecernos un segundo opio para distraernos de nuestra cotidianidad y embelesarnos con el espíritu navideño muy al estilo estadounidense: el consumismo.

            Dar regalos en estas fechas es un hermoso símbolo, porque representa el agradecimiento que le tenemos a esa persona por su amistad, su amor y su compañía. Sin embargo, en estos tiempos tiempos apretados, muchas personas nos vemos en la necesidad de demostrar esos sentimientos hacia alguien de otra forma, pues las condiciones económicas no son las adecuadas. Según datos de La Jornada, siete de cada 10 empleos en México fueron perdidos por la pandemia de COVID-19.

            Esta situación nos obliga a establecer prioridades sobre nuestros gastos y a resaltar el aspecto cualitativo que tienen las celebraciones y el tiempo en familia. Además, es un buen momento para aprender, junto con los más pequeños, la importancia de los valores emocionales que implica un regalo, más allá de sus valores económicos. De hecho, un estudio publicado por Carlos Mena en El Financiero, nos demuestra que la mayoría de los obsequios navideños no causan el impacto emocional correspondiente con su valor económico, es decir, que muchas veces la sola costumbres de conseguir regalos, o por el simple compromiso de no llegar con las manos vacías, nos hace gastar de forma inútil, pues la mayoría de los regalos no son valorados o aprovechados más allá del intercambio del 24 o 25 de diciembre. De hecho, este abogado economista, nos presenta datos muy concretos que reflejan esta situación:

Algunos estudios empíricos más recientes han estimado que el valor que les daban los receptores de regalos era en promedio de 71.5 centavos por cada dólar gastado, lo que es equivalente a restarle casi el 30% del valor al regalo. En esos trabajos, la menor pérdida se genera con los zapatos, por lo que regalar zapatos es la mejor opción, al acercarse a una valoración de 92 centavos por dólar, mientras que regalar utensilios de cocina es valorado en solo 77 centavos. Los libros son lo menos valorado, con solo 74 centavos por dólar gastado. Otro estudio encontró que los peores regalos, en términos de pérdida económica, son los que regalan los abuelos. (Mena, 2016) 

Entonces, ¿por qué insistir en estos gastos, y más en medio de una crisis social tan complicada?

            Muchas veces tomamos como excusa la inocencia de los más pequeños, como si estos se fueran a desilusionar o deprimir por no ver sus caprichos cumplidos en regalos, pero la realidad es que la fiebre de los niños por algún juguete u objeto de temporada, suele pasarse rápidamente, dejando en el abandono el objeto en cuestión. Así que estas navidades son un pretexto para pensar junto con los niños cuál es el valor verdadero de las fiestas, y la intrascendencia del consumismo y la materialidad.

            Naturalmente, es posible dar regalos fabricados a mano, o algún detalle sencillo pero bien pensado, que nos ayude a llenar el espacio de un obsequio costoso, sin embargo, aquí te dejamos una lista de otras cosas que regalamos todos cada año, los 365 días, pero que muchas veces nos cuesta trabajo apreciar, para incentivar el intercambio afectivo con tus seres queridos.

El agradecimiento

La víspera de navidad es un momento excelente para experimentar la gratitud. Hoy en día, el simple hecho de haber llegado a fin del año, es un mérito increíble si se tienen en cuenta todos los obstáculos que el 2020 nos ha hecho pasar. Además, agradecer la salud propia y de los demás, el tener una forma de ganarse la vida, y el poder seguir disfrutando acompañados,  es un ejercicio que debe volverse prioritario en todos los hogares.

El tiempo
En un mundo donde  el tiempo es dinero, regalar nuestras horas es algo sumamente valioso. El hecho de poder disfrutar de unas vacaciones, y de toda la víspera navideña para compartir el ocio acompañados de quienes más queremos, es algo invaluable y que muchas personas lamentablemente, y debido a la necesidad económica, ni siquiera pueden disfrutar, ya ni se diga compartir.

La unión

Todos aquellos vínculos que hayan permanecido desde marzo hasta diciembre, se merecen un aplauso. La situación nos ha puesto difícil el mantener nuestras relaciones sociales y de amistad, por lo que podemos estar seguros de que quienes se han quedado a lo largo de este recorrido son aquellos que vale la pena tener cerquita, bien apapachados, compartiendo tanto las buenas como las malas. 

Los alimentos

El tener comida en la mesa y tener buscar con quién compartirla, es uno de los tantos actos que nos hacen seres humanos. La estrechez económica no es un pretexto para pasar tiempo de calidad cocinando y compartiendo los alimentos con los que más amamos, sin importar si se trata de un ostentoso banquete, o de algo más sencillo: el buen sazón estará ahí si sabemos cocinar con el corazón.

Las decoraciones

Este es otro punto que pueden resolver nuestras aptitudes creativas y las manualidades. Si eres alguien que ha conservado y guardado sus adornos a lo largo de años,  este año, aunque la fecha no sea en grande, por favor no dejes de lado el placer y el detalle de cambiar nuestros espacios para sentirnos más a gusto en ellos, sobre todo ahora que debemos permanecer encerrados. Ya sea con adornos de años pasados, nuevas compras o manualidades, el manejo de la atmósfera y la calidez del espacio, es algo que podemos seguir disfrutando sin poner en peligro nuestras finanzas. Existen múltiples grupos de trueque en los que podemos intercambiar adornos que ya no queramos utilizar por algún otro diferente.

La enseñanza

Aprovechar estas circunstancias tan particulares para hablar con nuestros hijos, sobrinos y primos más jóvenes, son un buen momento para estimular la reflexión sobre lo que significan el amor y el afecto. Es bueno que desde pequeños sepamos que el verdadero valor de la vida radica en las acciones, en las experiencias compartidas y en la emotividad, por lo que no hay necesidad de gastar en cosas que lo demuestren: una acción dice más que mil regalos, y este aprendizaje es algo que los pequeñines atesorarán a lo largo de toda su vida, pues se trata de una enseñanza que verdaderamente les servirá para lidiar en el futuro con situaciones tan críticas como las que vivimos actualmente.

FUENTE: https://www.jornada.com.mx/ultimas/economia/2020/09/30/se-perdieron-7-de-cada-10-empleos-permanentes-por-covid-19-bbva-9680.html

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/carlos-mena/la-navidad-sin-regalos