Festejarnos, dolernos...
Para siempre…. esa fue la premisa…. ¿el resultado? Para siempre, como sea y como seas y como yo sea. Ver a alguien a quien amas con la distancia del pasado es como volver a amarlo, con todos los detalles, con todas las manos, con todas las peleas, con todos los silencios, con todas las despedidas. Como dice Josean “hoy deberíamos dolernos o festejarnos” pero simplemente nos quedó un recorrido en auto, la premura, el beso amistoso de la despedida. Sin extrañarnos más allá de lo políticamente correcto, porque sabemos que “por ahí andamos”, rondándonos, pensándonos, amándonos de alguna manera, de la mejor manera: esa en la que somos constantes, cómplices, comunes. Por eso cuando cerré la puerta del auto no miré atrás, porque iba a encontrarte de alguna manera, en el café que me tomé sola, en los poemas que le leí a la silla vacía, en el silencio que se hizo cuando la radio dijo “que maldigan, si no han probado la noche en sus brazos de sol”.
JD