Flora y fauna sudcalifornia: EL PEZ PERICO
Toda la vida en el planeta es importante por el simple hecho de formar parte de esas estructuras complejos que llamamos ecosistemas. Al alterar una pieza de los rompecabezas de la naturaleza corremos el riesgo de dañar de forma irreparable el equilibrio de los organismos que lo habitan, pues muchas veces ni siquiera podemos dimensionar la importancia de cada especie. Sin embargo, dependiendo de los hábitos, las características, las funciones y la cantidad de ejemplares de cada animal, así como del uso que los humanos hacen de éste, es la atención que debemos poner a su conservación.
Existe un animal muy valioso para la construcción de los ecosistemas marinos que se conoce en nuestro estado como pez perico, aunque en otros estados de la república es comúnmente también llamado pez loro. Su nombre científico es scaridae y los biólogos marinos que lo estudian lo han apodado cariñosamente “jardineros de los arrecifes”, pues es uno de los encargados de controlar las cantidades de microalga que se encuentran en los corales. El nombre popular viene de los llamativos colores que tienen sus escamas, que asemejan a los plumajes de estas aves y que son, lamentablemente, una de las causas por la que llama la atención de sus depredadores humanos. Se han identificado a más de 80 especies diferentes de peces perico (por eso también su confusión con los peces loro), y un ejemplar puede llegar a medir desde los 30 a los 120 centímetros. En algunos países, como Indonesia, se le considera un alimento precioso, digno sólo de las clases reales.
En nuestra península todavía es posible encontrar peces perico en los arrecifes que existen en el Golfo de California. Tristemente, debido a la muerte progresiva de sus hábitats naturales por la contaminación y la destrucción humana, así como su pesca excesiva, han llevado a esta especie a estar en peligro de desaparecer. Desde el año 2005 un grupo de investigadores del Departamento Académico de Ciencias Marinas y Costeras de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), se ha dedicado a estudiar las condiciones de los arrecifes de coral de la Isla Espíritu Santo, ecosistema natural de esta importante especie, con el fin de evitar su extinción y proteger su casa marina. La Isla Espíritu Santo es considerada desde el año 2005 como Patrimonio Natural Mundial de la Humanidad por la UNESCO, y desde el 2007, como Parte Nacional, así como Área Natural Protegida. Estas acciones han ayudado a eliminar la pesca ilegal que se realizaba en esta zona y que lamentablemente causaba muchos daños a los arrecifes de coral, llevándose especies animales a su paso.
En el año 2019, después de ocho años sin actualizarse, la NOM-059, dedicada al cuidado de especies protegidas del país, incluyó en su listado a esta especie, pues las condiciones del coral mexicano son críticas a nivel nacional, y la presencia de este pez es crucial para su cuidado.
El proceso de la prohibición de la pesca o el consumo de determinada especie es muy complicado en nuestro estado costero, pues muchas veces esto afecta directamente a las familias de pescadores. Sin embargo, mediante la concientización podemos advertir a la población a no buscar consumir a este precioso animal del cual hay mucha necesidad en los mares. Los propios restaurantes locales se han sumado a diversas campañas para concientizar a la población de su importancia, y las regulaciones gubernamentales respecto a las técnicas y métodos de pesca que son muy agresivos con el entorno, han ayudado a asegurar la presencia de estos peces jardineros que son una pieza clave en la conservación de la vida y la belleza de nuestros arrecifes mexicanos.