La grosera impuntualidad
Entre más fodonga, irresponsable y patanesca es una persona, más se distingue por su impuntualidad. El impuntual no sólo ofende y molesta a la víctima de su desajuste mental e indisciplina, sino que se lastima a si mismo porque genera distorsiones en su ritmo existencial y pierde prestigio en la sociedad. El impuntual, si es gobernante,repugna y si es un particular, es también ofensivo. La impuntualidad en un gobernante refleja soberbia, desprecio y talantes autoritarios y antidemocráticos. Una autoridad impuntual revela a un funcionario zafio o vicioso.
No se necesita haber estudiado o aprendido el Manual de Carreño para saber que una de las peores faltas de respeto a la convivencia civilizada, es la impuntualidad. Las naciones más exitosas y más integradas, atienden las cuestiones de la puntualidad o de los horarios pactados, con una acuciosidad que evidencia cultura, educación y sensibilidad.Hay una parte en el Quijote en donde Miguel de Cervantes Saavedra pone en boca del Quijote esta frase cuando Sancho le informa que el diablo ha llegado tarde a una cita: “El diablo, amigo Sancho, es un ignorante y un grandísimo bellaco …”.
Teóricamente, en las escuelas nos enseñan a ser apegados a los horarios de entradas, recreos, salidas o clases, sin embargo, es obvio que aquí muchos encumbrados, empresarios o gobernantes no aprendieron que sólo puede haber orden si existe el acatamiento de los pactos escritos o tácitos relacionados con las horas definidas en todos los casos. Puntualidad significa llegar o empezar en punto y de ello depende la gran cadena de la organización humana civilizatoria. El universo se rige con puntualidad, si todos los días, en cualquier mes, pudiera soltarse un frío tremendo o un calor asfixiante, una nevada o una lluvia pertinaz no sabríamos qué ropa usar o de qué manera precavernos. Si esto fuera arbitrario en el cosmos y el Sol saliera a las dos de la madrugada o si a las tres de la tarde obscureciera de repente, no podríamos adaptar nuestros ciclos biológicos al descanso o a la planeación de actividades.
La mujer o el hombre impuntuales en el siglo XXI no son más que primates no evolucionados, puesto que le faltan el respeto al resto de la gente con la que tienen que tratar o desquician la actividad económica, social o política. Todos los alcohólicos son impuntuales. No hay tonto que no sea impuntual. Y a la impuntualidad siempre sigue, como la cola al perro, la excusa, la coartada,o el justificante agreste, pedestre, campestre o rupestre. Jamás el reconocimiento íntegro o vertical que diga: acepte mi disculpa soy un patán o un borrachín o un flojo o acomplejado con desórdenes de conducta.
Hasta hace poco a muchas mujeres les parecía simpático o pizpireto ser impuntuales. Llegaban tarde a las citas con mil chistoretes y sonrisitas de una bobera simplona. Ello dejó muy mala imagen a las mujeres del siglo XX. Hoy ya no se puede, si una mujer llega tarde a su trabajo o a una cita de negocios, paga las consecuencias prácticamente igual que los varones. "Procuro ser siempre muy puntual, pues he observado que los defectos de una persona se reflejan muy vivamente en la memoria de quien la espera", dijo Nicolas Boileau (1636-1711) Poeta y crítico literario francés. "La informalidad en atender una cita es un claro acto de deshonestidad. Igual puedes robar el dinero de una persona si robas su tiempo" señaló Horace Mann (1796-1859) Educador estadounidense.
Si los jefes llegan tarde, el aparato público se corrompe. Si los jefes llegan tarde, las empresas se debilitan. Si los maestros llegan tarde, reina el caos en el salón. Si los albañiles llegan tarde, la construcción no se terminará a tiempo, etc. La impuntualidad debe ser la excepción, no la constante en el gobierno o en la familia. El pueblo es impuntual solo si el gobierno es impuntual o si los directivos empresariales lo son, si el alcohol y la francachela determinan el ritmo de la función pública, peor.