La Influencia de Nuestro Cerebro en Nuestros Nuevos Propósitos (cuarta parte y final)
Estoy segura que en algún momento, han escuchado el concepto “afirmaciones”. Muchas veces lo relacionamos con términos esotéricos sin darnos cuenta que no tiene nada que ver con ello. Una afirmación es una oración o frase positiva o con connotación negativa, que a base de repetirla y sentirla genera nuevas conexiones en nuestro cerebro y esto da como resultado una nueva manera de comprender nuestra vida, cambiando creencias, condicionamientos, paradigmas, programaciones que, desde mi punto de vista, tienen el mismo origen.
Ya con el antecedente de saber el funcionamiento de cerebro, su plasticidad, la influencia del entorno en el aprendizaje, ahora tendremos oportunidad de contactar con esos aspectos que en la mayoría de las ocasiones no nos damos cuenta, sin embargo, determinan en un altísimo porcentaje la definición de nuestra personalidad y todo lo que de ello se deriva.
¿Qué son las afirmaciones?…
Las afirmaciones son proclamaciones que a base de repetirlas con frecuencia, ya sea mentalmente, a través de la escritura o verbalizando, generan hábitos mentales que rigen nuestra vida. Podríamos considerarlas como un mecanismo efectivo para establecer nuevas formas o cambios de percepción e interpretación.
Estas frases de las que hablamos son muy poderosas, de ellas depende la formación de nuestras creencias y paradigmas. El bestseller “Los Cuatro Acuerdos” del Dr. Miguel Ruiz, lo menciona: “El Poder de las Palabras”.
Dependiendo de la intención y la fuerza con las que se repitan, podemos considerarlas como edificantes o destructivas. Por consiguiente, las afirmaciones hacen las dos funciones, es muy importante observarlo para darnos cuenta de ello. Una manera es poner atención a los vocablos que emitimos, recordando que ellos direccionan nuestros pensamientos.
En nuestro día a día vivimos por largas horas dominados por el estrés y no advertimos que a base de estar manifestando frases originadas por nuestro desespero, este se convierte en un móvil con el que vamos creando momento a momento nuestra realidad, a través de acciones automatizadas y con un sentimiento de insatisfacción.
No olvidemos que somos seres libres, por lo tanto, en todo momento estamos eligiendo. Junto con esa libertad, está ligada la responsabilidad que nos salva del victimismo.
Con la repetición, tenemos la facultad de alimentar nuestra mente con los pensamientos que nos lleven a crear nuevas creencias para alcanzar nuestras metas. Por ejemplo: Cada vez que decimos “no puedo”, “es muy difícil”, “etc., y lo repetimos continuamente, lo reforzamos una y otra vez. Esto lo podemos revertir, reemplazando la creencia establecida, por pensamientos o expresiones opuestas. Por ejemplo: “Sí puedo”, “Sé que soy capaz de hacerlo”.
Usando y repitiendo las afirmaciones programaremos nuevamente nuestra mente “grabando” los cambios y corrigiendo progresivamente el patrón de pensamiento antiguo con la oportunidad de ver los resultados manifestados en nuestra vida.