Libro recomendado: LA CASA EN MANGO STREET
La casa en Mango Street es también una historia sobre una cultura —la de los chicanos o mexicoamericanos— que por mucho tiempo se ha visto a través de un velo de estereotipos degradantes y ha sido afectada por una ambivalencia interna. De algún modo se parece a las culturas inmigrantes que tus estudiantes pueden haber encontrado en obras como My Ántonia, The Jungle y Call It Sleep; pero a diferencia de los americanos de ascendencia eslava o judía, los chicanos han sido sistemáticamente excluidos de la cultura americana, en maneras que recuerdan la invisibilización a la que están sometidos los afroamericanos. Aunque Cisneros usa el lenguaje como una metáfora recurrente del abismo entre los mexicoamericanos y la cultura dominante, lo que mantiene a Esperanza Cordero, su familia y sus amigos atrapados en el barrio es algo más terco que el lenguaje: es una mezcla de racismo, pobreza y vergüenza. Durante el análisis de la obra podría ser de ayuda recordarles a los estudiantes que los antepasados de muchos chicanos no vinieron a Estados Unidos por elección propia, sino que se encontraron a sí mismos en un territorio extranjero como resultado de la política expansionista de Estados Unidos en una región que antes había sido mexicana.
Aunque la obra resulte particularmente de interés a los estudiantes hispanos —que tal vez nunca hayan encontrado un libro que exponga sus propias experiencias tan intencionadamente—, también captura el dolor de la otredad: lo que Cisneros —en la introducción de la edición del décimo aniversario (publicada por Knopf)— ha llamado “la vergüenza de ser pobre, de ser mujer, de no ser suficientemente buena”. Sugiere de dónde proviene esa otredad y muestra cómo puede convertirse en un motivo de celebración más que de vergüenza. Pocos estudiantes, independientemente de su origen o género, terminarán este libro sin la sensación de haber vislumbrado una parte secreta de ellos mismos. Porque, como Sandra Cisneros ha escrito, “Tú, lector, eres Esperanza…. No puedes olvidar quién eres”.