LO QUE NOS DEJÓ ODILE
Después de haber vivido una de las peores catástrofes naturales en varias décadas, para los habitantes de Baja California Sur por fin la vida comienza a tomar su curso normal; una vez más cae la noche sin el temor a la profunda oscuridad, los autos circulan normalmente por las calles, los centros comerciales ofrecen al menos los productos de primera necesidad. Después de casi dos semana de caos y desesperación se vuelve a respirar cierta tranquilidad sin embargo los recuerdos y las pérdidas materiales que muchas familias sufrieron así como la falta de trabajo y la pérdida de la temporada de alta afluencia turística que todos esperaban causa aun angustia en gran parte de la población sudcaliforniana, sin embargo, ¿quién podría decir que no aprendió nada de esta prueba que a todos nos tomó por sorpresa? Es tiempo de reflexionar y rescatar las perlas del lodo.
Entre otras cosas aprendimos a valorar las cosas más sencillas y básicas como es el agua, la luz eléctrica y los medios de comunicación. Así mismo en la ausencia de estos recordamos el valor de la verdadera comunicación, esa que se da cara a cara con la gente que nos rodea, con quienes quizá hace mucho tiempo no conversábamos o convivíamos de verdad ¿Quién no conoció a nuevos vecinos o se reencontró con gente que no veía hace mucho tiempo?
Muchos descubrimos nuestra esencia, de lo que podemos llegar a ser capaces en momentos de crisis, nuestras fortalezas y debilidades de las cuales podemos aprender para ser mejores personas de ahora en adelante.
Aprendimos que lo material puede desaparecer en un segundo mientras que lo verdaderamente importante es lo que nos hace ricos, nuestros valores, familia y amigos.
Como dijera Albert Einstein: “La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países por que la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a si mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno… trabajemos duro, acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.
fotografía: Josafat de La Toba