Los Cabos, B.C.S., S.O.S.
¿Cuántas veces puede voltear la cabeza el hombre y fingir que no se da cuenta de lo que pasa? Yes, and how many times can a man turn his head. And pretend that he just doesn't see? esc19:55:03ribió el premio Nobel Bob Dylan (Robert Allen Zimmerman) en su angustiante canción de 1963 “Blowin’ in the Wind”. Así andamos en el centro turístico más importante del Pacífico mexicano, no nos queremos dar cuenta de lo que ocurre, rechazamos asumir la realidad del municipio de Los Cabos en la Baja California Sur y cuando alguien se atreve tratan de desollarlo en las redes, agravando el problema.
Cuatro son las espinas que nos atormentan. 1.- La pandemia que nos ha puesto en color rojo y que está causando más contagiados, más hospitalizados, más entubados y más muertos que en todo el año anterior, aunque tenemos más vacunados y cuando los hospitales privados cobran cifras estratosféricas y los nosocomios públicos se encuentran saturados y rebasando sus presupuestos exiguos. 2.- Una crisis económica, laboral, que afecta asfixiantemente al setenta por ciento de las familias o habitantes de este saqueado municipio. 3.- Una crisis política, donde los “malos conocidos” no se han ido y los “buenos por conocer” falta meses para que entren y empiecen a hacer milagros, suponiendo. 4.- No se ha logrado una integración social entre los ciudadanos trabajadores, los grandes empresarios, los medios de comunicación, la comunidad académica, los transportistas, los comerciantes, los prestadores de servicios, et al, mientras el Fantasma de la Rapiña de Odile ronda en esta época de huracanes y tormentas, incógnita como todas.
Los Cabos, con 3,451 kilómetros cuadrados de superficie, y casi medio millón de habitantes, 20 campos de golf y 20 mil cuartos de hotel, y corriendo, en donde el 80 por ciento de las utilidades de los hoteles, se van al extranjero, es un municipio del siglo XXI que no tiene drenaje, ni un relleno sanitario que cumpla la norma 083, con un problemón de falta de agua potable superior al cincuenta por ciento, con un caciquismo ruralón y rancio, juniorización, juanitización, nepotismo y corrupción, colusión e impunidad que han sido objeto de escándalos internacionales y de denuncias cada vez menos soterrables por los medios, que les hacemos el juego de que no hay que decir nada malo de lo que nos pasa para que no se asuste la clientela dolarizante o de piel canela.
La trata de personas, las salas de masajes, las "farmacias", el ambulantaje desbordado, la utilización de menores, la descarnada oferta de drogas en todo momento y lugar, los servicios de transporte público estrangulados, la falta de pavimento en setenta y tres por ciento del polvoriento municipio que respira partículas de características tales que, cuando llueve, la COEPRIS tiene que decretar una veda de una semana prohibiendo la venta y consumo total de alimentos al aire libre, no lo pongo más claro para que no suene escatológico pero así es, en este bello y amado terruño donde el alcoholismo se ha enseñoreado junto con la diabetes, la hipertensión y los primeros lugares nacionales en obesidad infantil y adulta.
Las playas están bloqueadas o “privatizadas” para los nacionales o locales, la discriminación es obvia, el tratamiento a los extranjeros es de una obsecuencia y permisividad plus quam malinchista que asombran. Lo que pasa en Cabos se queda en Cabos, decimos con una sonrisa quasi babeante, no tenemos siquiera derecho a pasos peatonales en los kilómetros de las carreteras que confluyen y devienen en avenidas urbanas de alta velocidad y mayor peligro, no tenemos mapas actualizados de riesgos, ni el POEL o programa de ordenamiento ecológico del territorio y el PDU está hecho a modo para que todo mundo se sirva con la cuchara grande y, así, no hay gran hotel o desarrollo residencial o campo de golf o amontonaderos departamentales, que cumpla estrictamente con las normas y ni quién le pueda reclamar al Umpire (Ampáyer) dirían los de Los Rupestres, el prestigiado equipo de beisbol de Los Cabos que nunca ha sido vencido dos veces por un mismo equipo.
En Los Cabos hay una población maravillosa de todo el mosaico nacional, gente muy trabajadora de todos los gentilicios, que aguanta el calorón o las jornadas excesivas indoors or outdoors como dijera el difunto Donald Mittelman uno de los judíos gringos que más ha amado a esta tierra. Tenemos tantos estudiantes, que las escuelas no se dan abasto, faltan aulas, de todos los niveles, faltan albercas y campos deportivos, faltan hospitales y banquetas, carecemos de 653 kilómetros de redes de distribución de agua potable y otras tantas de drenaje pluvial y doméstico, estamos endeudados como municipio a lo bobo, pues “contrataron” unos créditos para una desaladora carísima y a pagar diez mil millones de pesos en décadas, cuando el presupuesto de todo el año es de dos mil millones que sólo alcanza para pagar la nómina y contratar cientos de camionetas ostentosas con moche y sin reproche y pipas para agua de los propios funcionarios o ex funcionarios.
Nuestros queridos y humildes paisanos llegan con tres o cuatro años de primaria y nadie se ocupa de que se superen escolarmente y en las mujeres y madres solteras, que son el ochenta por ciento, está peor la cosa, pues aparte de desventuras y vejaciones sufren golpes y violencia. Tenemos una buena comunidad de canadienses y estadounidenses que rara vez arman lío porque son en su mayoría personas de segunda juventud. En fin, si los nuevos alcaldes o gobernantes, los nuevos diputados o regidores y síndicos, si los nuevos “funcionarios” y burócratas en general o los ciudadanos mandantes y meros petateros, no nos aplicamos y recibimos el apapacho necesario de allende el Golfo de California, seremos como las estirpes condenadas a cien años de soledad, no tendremos una segunda oportunidad sobre la tierra. Otro día le cuento cómo están el poder judicial y el Congreso local. O las moscas, alacranes, cucarachas y demás fauna nociva. Usted merece saberlo porque es inteligente y de buen corazón y para querer, no necesita una razón.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.