Los Cabos Vs Los Cabos
Para entender a plenitud la gravedad de lo que está ocurriendo en Los Cabos, Baja California Sur, tal vez haya que leer con cuidado a Alain Finkielkraut en La derrota del pensamiento, o recordar que en la mitología griega Cronos (Saturno) era el más joven de los Titanes, hijos de Gea y Urano (la tierra y el cielo) y que Urano, odiaba a sus hijos y los escondió de Gea causándole gran dolor.
Como venganza, fabricó una hoz para Cronos y le convenció de que diese muerte a su padre. Cuando cumplió sus deseos, se desposó con su hermana Rea, pero temeroso de que sus propios hijos se levantasen en su contra, se los tragaba en cuanto nacían: primero Hestia, luego a Deméter, Hera, Hades y Poseidón. Sin embargo, cuando Zeus, su sexto hijo, estaba por nacer, Rea lo alumbró en el silencio de la noche y lo confió a los cuidados de su madre, Gea, la Madre Tierra. En lugar de entregarle al bebé, le dio a Cronos una piedra para que se la comiera. Cuando Zeus creció, pidió ser el mesero o copero de Cronos, le preparó pues a su padre una poderosa sustancia que le hizo vomitar a la piedra y a sus otros cinco hijos mayores. Zeus, luego condujo a sus hermanos a la guerra contra los Titanes, a los que vencen y destierran al Tártro, en el mundo subterráneo. En adelante, Zeuz reinaría como el jefe supremo de los dioses.
Baja California Sur puede estar muy orgullosa de su historia desde aquel día en que se convirtió en estado “libre y soberano” en 1974, cuando le quedaban escasas ocho semanas como presidente de la República al licenciado Luis Echeverría Álvarez. Hace pues, cuarenta y cinco años que empezamos a ver como se realizaba el milagro del desarrollo en algunas de sus partes emblemáticas.
Fonatur realizó el gran esfuerzo, en apoyo de lo que se quería que fuera el punto brillante del turismo y anunció en 1976 que había logrado que Los Cabos fuera un Centro Integralmente Planeado (CIP), y era verdad, en ese momento. Fue un conjunto “integralmente planeado”. Desde entonces pareciera que Los Cabos se devora a sí mismo.
Recordemos el cuadro inmortal de Goya llamado Saturno o Cronos devorando a sus hijos, que se encuentra en el museo del Prado en Madrid. Su antecedente, de 1636, doscientos años antes, es el de Rubens, de origen Flamenco nacido en lo que hoy es Bélgica con el mismo título y concepto.
Así pareciera el caso de Los Cabos. Siempre devorándose a sí mismo, aunque obviamente es la fatalidad de todas las ciudades de la modernidad corroídas por la corrupción, el nepotismo, la impunidad y la ineficiencia, el protagonismo, la frivolidad y la simulación y el dispendio.
Devorar a lo anterior, para que surja un nueva realidad urbana, que puede ser hermosa, como en el caso de Bilbao o Berlín u horrenda donde las desigualdades sociales y la falta de servicios como el drenaje pluvial o sanitario, la carencia de agua potable, la ausencia de pavimentación o banquetas, la repugnante presencia de basureros al aire libre sin cumplir con las normas sanitarias o ambientales como la NOM 083 o la 052, la contumaz ausencia de luminarias o de parques y jardines, la insuficiencia de aulas, la saturación de vehículos contaminantes o sin documentación legal, el inocultable trato de personas de todas las edades y géneros en una prostitución ilegal y rampante con y sin disfraces masajísticos, el tráfico de cada vez más drogas de todo tipo.
La basura en las esquinas y en los lotes baldíos siempre descuidados, sin protección para los usuarios del transporte en las esquinas, sin nomenclatura en las calles, con un transporte público que no se ve ni en Zongolica o Chimalhuacán, donde miles de alumnos se quedan sin estudios por la insuficiencia de las aulas, donde caer en manos de una ambulancia saqueadora en caso de accidente, sólo es el preámbulo para ir a dar a un nosocomio en que no hay lo elemental para tratar una emergencia, son indicadores que se agolpan ante nuestras narices y, en la angustia por “el pan nuestro de cada día” las familias se acostumbran a esa sordidez y malignidad.
Los baches, los topes, la arena y amontonada en las pocas guarniciones y banquetas, el caos de coordinación entre los órdenes de gobierno que en estos treinta años han enriquecido a muchos detentadores cráticos y empobrecido a las franjas populares de las colonias que crecen en los cerros sin las más elementales condiciones de salubridad o de integración social. Hay una discriminación no nada más por el color de la piel o las condiciones del vestuario o del arreglo personal, sino también por la forma de hablar o de peinarse, de tatuarse o de su gesticulación coloquial.
El alcoholismo y las adicciones han corroído sociedad, cultura y familias, incluso en estratos medios y de alto ingreso económico. Los piojos y las chinches, compiten con los alacranes o con la cantidad espantosa de moscas que aparecen ante un pedazo de carne asada o de pescado en casas y restaurantes y los mosquitos acarrean enfermedades por más que se fumiga matando todo tipo de fauna entomológica positiva como las abejas. La plaga de palomas, de perros callejeros y de gatos con su fecalismo patogénico también hacen su agosto.
Tenemos un regalo de la naturaleza con un Océano Pacífico bello y un Golfo de California único en el mundo por su oferta biodiversa, el pueblo de México ha financiado con un enorme sacrificio la infraestructura que poseemos como los aeropuertos, las carreteras, la energía eléctrica y los hospitales y universidades o tecnológicos, los canadienses y los estadounidenses al igual que los empresarios mexicanos y de otras nacionalidades como los españoles, los coreanos, los chinos y los árabes han realizado enormes inversiones en nuestro municipio confiando en que tendríamos la sensatez y solidez de irlo dotando de la infraestructura adecuada y cientos de miles de mexicanos humildes han venido a aportar su granote de arena como alarifes o como recamareras o como meseros o lo que sea para que este municipio tenga una grandeza turística que se nos está desmoronando en nuestras narices aunque se vean grandes y hermosas fachadas de hoteles o desarrollos habitacionales.
Urge corregir lo malo, arrancar la pústula de los gobiernos corruptos e ineficientes que llevan treinta años sangrando este patrimonio común y mancillando todo lo que tocan y trazar un plan emergencia de recuperación junto con los inversionistas, los académicos, los líderes sociales, las instituciones, los sindicatos y las iglesias, los padres de familia y los deportistas, los gremios de profesionistas y las agrupaciones independientes. Los Cabos tiene mucha gente buena, preparada y decente que no debe ya tolerar la bazofia cebada y alharaquienta, protagónica y mediática.
Vea usted las cifras de cáncer, vea las cifras de obesidad, las de hipertensión o las de diabetes, vea la violencia intra familiar, los robos a casa habitación, el deterioro de nuestros oasis o de nuestros cardones, observe nuestros camiones y sus pasajeros, entienda por qué cada vez que llueve, la Dra. Pulido de COEPRIS, tiene que decretar una veda hebdomadaria para
impedir que comamos esquites, burritos o Hot dogs o lo que sea en la calle por lo que flota en el “aire libre” que padecemos, además de la tremenda carga de PM10 que sufrimos.
Ojalá que el informe de Carlos Mendoza Davis nos traiga respuestas y propuestas en su informe de gobierno, porque por acá sólo vemos las cosas muy descompuestas. Se oyen los lamentos por doquier. Y me quedo corto para que no nos digan alarmistas, pero si quiere que le diga lo que está pasando en los hoteles, residencias administradas y en los tiempos compartidos, en las raterías de las asociaciones de condóminos o de vecinos, o en las dizque Airbnb y las sinvergüenzadas de los tiempos compartidos o las verdades tremendas de los cruceros, avíseme, hay espacio en las redes sociales y el día 11 participaremos en el foro de periodistas en La Paz.
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