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Los pediches de la calle

Escrito por Maricela Chávez Gámez en Lunes, 05 Mayo 2014. Publicado en Opinión, Sociedad

Algunas de las cosas que como paceña me encabritan, es el deterioro irresponsable de mi ciudad, los basureros en vía pública, la cerrazón de la gente hacia el cuidado de los espacios que compartimos todos los lugareños, los que tiran latas o botellas de bebidas desde adentro del automóvil y todas esas actitudes infames que no deberían de ocurrir si en verdad amas esta tierra generosa, que además como la pongas, pero ¿te da de comer no?...

Otra cosa que de plano me recontrachoca son las amenazas callejeras... que gordos caen ¡eh!... de repente te salta un desconocido frente al coche y sin más te receta un chorro de agua en el parabrisas, por supuesto sin pedir autorización y menos imaginar que tal vez  no te dé la gana traer tu vidrio limpio... cada quien ¿no?.... ¡qué molesto es!  O la otra acechanza en el camino,  un fulano vestido a veces de payaso, casi siempre jóvenes, sanos (o al menos no se ve que les falte algo)  Tan aparentemente enteros que no puedes suponer que sufran de alguna incapacidad REAL exceptuando la del cerebro, pero en fin, les buscas algo a la vista que te indique que aquel pobre hombre padece una triste dolencia que le imposibilita trabajar de manera más aceptable...estas son las cosas que no nos hacen falta en La Paz… estamos de acuerdo en que tal vez el trabajo sea escaso, pero como ya los veo en su mismo centro de operaciones desde tiempo atrás me doy cuenta que no se ocupan en buscar trabajo.. ESA es su chamba....a muchos ciudadanos no nos gustan los maromeros, ni los come lumbre, ni los limpia vidrios a fuerza, ni los que piden "apoyo", ni los que traen una niñita dormida en brazos, ni los que no se respetan y exhiben sus incapacidades físicas buscando tu lástima, y muchos ejemplos por el estilo… Claro que siempre habrá personas que no entren en estas categorías pero son los menos frecuentes... una señora me pidió "apoyo" o sea,  dinero... yo le ofrecí trabajo en casa y la doñita me contestó bien molesta... "Oiga,  le estoy pidiendo apoyo, no trabajo..." ¡¡Plop!! ¿De qué te dan ganas?  En lo que cambia la luz del semáforo, personas así logran su objetivo a costa de los incautos que por lástima o fastidio terminan regalándoles una moneda.... qué feo caso,  y la justificación si es que te arriesgas a preguntar es que ¡En La Paz, no hay chamba!.. ¡Claro! nunca encontrarás chamba de esas padrísimas donde pagan mucho y no haces nada y menos todavía si no la buscas... ¿qué tal se hacen diputados en un golpe de suerte? pero al menos hay que afiliarse a un partido no? el mínimo esfuerzo de perdida. 

Vemos con admiración y respeto a las personas de la tercera edad que impecablemente vestidos asisten a la clientela de los supermercados con toda dignidad... a los que mencioné antes debería darles vergüenza… Los adultos mayores, esos para los que se cierran las puertas de las empresas o de la burocracia "porque ya están muy viejos" y que en un acto de extrema generosidad el gobierno o los candidatos les "regalan" programitas de tortibonos, depensas ordeñadas (porque me consta que les sacan las latas de atún y las botellitas de medio litro de aceite), lo de 70 y más, y otros programas oficiales que no digo que no sirvan, lo que sostengo es que ya ni la chiflan con lo que les dan; son gentes que le han servido al país por más de medio siglo de productividad, que siguen dando ejemplos de trabajo y esfuerzo pero que deberán conformarse con las regalías de miseria que los gobiernos les otorgan como reconocimiento a su larga vida de trabajo. Me encantaría ver qué haría un legislador con los mil ochocientos pesotes mensuales que recibe un pensionado del IMSS, por ejemplo.  A ver si es cierto que pueden sostener una familia, o pagarse sus medicamentos aunque sean del doctor Simi, o pagar renta, o comer pero de a deveras... ¡Viva México!

Eso de los pensionados realmente es todo un tema que merece mayor atención oficial, yo acudo a esos servicios con mi anciana madre y ahora que pronto cumpliré mis primeros sesenta, me asusta la posibilidad de buscar atención medica en el ISSSTE, el Seguro Popular, IMSS, o cualquier cosa gubernamental; me enternece que los viejitos deban levantarse a las 5 de la mañana para llegar al súper a empaquetarnos el mandado cuando deberían estar acostaditos en su casa, atendiendo sus dolencias y sin preocupaciones porque ya pagaron por adelantado durante toda su vida el derecho de morir tranquilos. ¿A poco no? Ojalá los jóvenes que afean las arterias de nuestra ciudad pedichando nuestras limosnas aprendieran que tirarse al piso a echar maromas o  hacerla de malabarista (y de pilón maleta) es para nada edificante, acérquense a los abuelos,  ellos pueden enseñarles a vivir con mayor dignidad.

 ¡Yo por eso no les doy ni un quinto!

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