Mitos, cuentos y leyendas Sudcalifornias: LEYENDA DEL PANTEÓN DE LOS SAN JUANES
Durante el año de 1883 la soprano Ángela Peralta, más bien conocida como “la ruiseñor mexicano” visitó La Paz, Baja California Sur para ofrecer un concierto privado a las familias más adineradas de la región dentro de la entonces Casa de Gobierno ubicada frente a la Plaza de Armas, actualmente conocido como Jardín Velasco.
La decisión de que la soprano mexicana que había conquistado los escenarios más importantes de Europa se presentara solamente para las familias más ricas de la ciudad indignó a la población, por eso decenas de ciudadanos se reunieron en el Jardín Velasco para alcanzar a escuchar la inigualable voz de la cantante.
Ángela Peralta.
Este concierto estuvo enriquecido con 8 integrantes de la Ópera Italiana, donde participó con su violín la músico Gertrudis Deschant, quien residía en El Triunfo. Al finalizar el concierto exclusivo para las personas más poderosas de la ciudad, la soprano Ángela cruzó la calle para cantarle a los ciudadanos que se reunieron con la esperanza de escucharla, este acto convirtió a la noche en un momento inolvidable para todos los paceños no sólo por disfrutar de tan magnífico talento, sino por lo que les esperaría después.
Resulta que Ángela e integrantes de la ópera murieron camino a Mazatlán a causa de la fiebre amarilla, misma que esparció a la comunidad paceña, entre ellos a la violinista Gertrudis. En su lecho de muerte la músico pidió a su familia ser enterrada con su violín para poder seguir tocando en el más allá.
Complaciendo el último deseo, la familia de Gertrudis la enterró junto a su violín en el Panteón de los San Juanes, mismo que inició sus operaciones en el año de 1883, pero no fue hasta 1894 que se inauguró oficialmente con el nombre de San Juanes por los primeros sepultados que tenían como nombre Juan y Juana.
Cuenta la leyenda que tanto albañiles, visitantes y trabajadores que laboran en el panteón han escuchado la melodía de un violín que recorre las tumbas, muchos aseguran que este dulce sonido proviene de Gertrudis que toca el violín desde el más allá para llevar serenata a sus seres queridos y a quienes descansan en paz en el Panteón de los San Juanes.