Momo

La historia de Momo (Ed. Alfaguara) se refiere a una pequeña huérfana que es ayudada por la población de una pequeña ciudad y la instala en las ruinas de un viejo anfiteatro, la comunidad entera percibe una cualidad muy especial en ella y es que es una niña que sabe escuchar y al escuchar a la gente, independientemente su actividad y/o edad, cada uno da cuenta de su ingenio y capacidad para encontrar las respuestas e ideas dentro de sí, cualidad que desata todo un drama que permite al lector tomar la importancia que le damos al tiempo y cómo minimizamos la vida a causa de esta medida.

Como en toda historia, en el mundo de Momo y sus amigos también existen los villanos, en este caso denominados Hombres Grises que en resumen viven del tiempo que le roban a la gente bajo el argumento de ser representantes de la Caja de Ahorros de Tiempo:

“Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esa cosa es el tiempo.

“Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio pasa en un instante, depende de lo que hagamos en esa hora.

“Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón”.

Antes de que aparecieran los hombres grises en la vida de Momo, el anfiteatro donde la instalaran los vecinos, sus amigos, se convirtió en un centro de reunión donde los niños jugaban, los adultos iban a platicarle a Momo, todos se descubrían creativos, inteligentes y felices de ello, nunca nadie consideraba una pérdida inútil de tiempo cualquiera de las actividades que realizara en el anfiteatro, que valga decirlo, todos contribuyeron a habilitarlo como una vivienda para su Momo.

Cuando aparecen los Hombres Grises, todo cambia, la rutina de los adultos se vuelve rígida y todos, gracias a la oferta de dichos personajes de que ahorren tiempo, esto los aleja de “esas inutilidades de visitar a Momo” que no le producen nada benéfico, en cambio, ajustando toda su energía en su trabajo, se ahorra tiempo y se gana dinero, el tiempo que ahorran se va a la caja de ahorros de tiempo y así siempre tendrá, el ahorrador, tiempo que puede utilizar en cosas productivas. El efecto es que los niños ya no ven a sus padres que en compensación les obsequian juguetes costosos pero no divertidos y los convierten en gente robot con un solo objetivo, no contar con “tiempo propio” y por lo tanto no inventan juegos ni cuentos y les crean centros de educación permanente para “poder cuidarlos y enseñarles cosas que sirvan”.

Un Hombre Gris, al saber de Momo quiso “comprarla” y sucumbió al poder y capacidad de escuchar de la pequeña, con lo cual se desata una guerra frontal en su contra por parte de todo un ejército gris, pero Momo se encuentra con Casiopea, la tortuga del Maestro Hora, Segundo Minucia Hora que la conduce a la Casa de Ninguna parte en la calle Jamás. Ahí el maestro le muestra la importancia del tiempo, pero Momo debe descubrirlo al descifrar el siguiente acertijo: “tres hermanos viven en una casa: son de veras diferentes; si quieres distinguirlos, los tres se parecen. El primero no está: ha de venir. El segundo no está, ya se fue. Sólo está el tercero, menor de todos; sin él, no existirían los otros. Aún así, el tercero sólo existe porque en el segundo se convierte el primero. Si quieres mirarlo no ves más que a sus hermanos. Dime pues: ¿los tres son uno?, ¿o sólo dos?, ¿o ninguno? Si sabes como se llaman reconocerás a tres soberanos. Juntos reinan un país que ellos son. En eso son iguales”.

En tanto Momo descifra el acertijo, conoce sus “flores horarias”, los Hombres Grises se apoderan del tiempo real en su ciudad y por ende de sus amigos, cambian toda forma de vida y la restringen al uso “óptimo de tiempo” con lo que ellos se fortalecen. Cuando Momo regresa a su casa a buscar a sus amigos y platicarles del Maestro Hora y Casiopea, las flores horarias y como combatir a los hombres grises se encuentra con que nadie tiene tiempo para ello, lo consideran inútil. Momo, con la ayuda de Casiopea y siguiendo las instrucciones del Maestro Hora los combate y lo logra. ¿Cómo?

Primero, estimada lectora, estimado lector, te dejo de tarea el acertijo, es la base para saber como Momo vence a los hombres grises y les devuelve su tiempo a los hombres, pero la narrativa de este dramaturgo y escritor alemán te llevará más allá del anfiteatro y el desconocimiento del tiempo que posiblemente les estás dando a los hombres grises por confundir tiempo libre y propio con improductivo. Yo por eso, no sin antes agradecer a Gerardo Molíns por prestarme su libro, me doy el tiempo de seguir siendo un pobre loco peligroso, irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que es el que el tiempo te domine; yo me despido con parte del epílogo, donde el autor sostuvo una plática con un viejo joven o viceversa que al término de su plática le dijo:

“Le he contado todo esto, como si ya hubiera ocurrido. También hubiera podido contarla como si fuera a ocurrir en el futuro. Para mí, no hay demasiada diferencia”.

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