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"Mujeres de letras libres". Más allá de la radio

Escrito por Patricia Valenzuela Lugo en Martes, 11 Febrero 2020. Publicado en Columnistas, Columnistas BCS , Cultura, Educación, Literatura, Sociedad

Ser  mujer no es nada fácil. En ningún momento de la historia lo ha sido. Desde el génesis fuimos subyugadas. La historia se conoce de sobra, así que no tengo porqué repetirlo escribiéndolo ahora. 
Sin embargo lo que también es cierto, es que de un tiempo a la fecha, en la historia se han venido sucediendo una serie de  acontecimientos relevantes, cuyas protagonistas somos ahora las mujeres. 

A pesar de eso, todos los días hay algo que me recuerda lo mucho que falta por hacer, por andar, para que podamos ver y sentir que en el mundo, la justicia y la igualdad se hicieron para que la humanidad  entera disfrute de ellas, no sólo los hombres. 
 
Hace un par de meses inicié un proyecto de radio llamado "Mujeres de letras libres". La idea principal es hablar de las grandes mujeres que han hecho historia y con ese legado nosotras las de hoy,  contar con herramientas que nos ayuden a poder darle un nuevo significado a nuestras vidas. Además de leer poesía y compartir sugerencias literarias, en el programa también comento acontecimientos actuales donde la mujer es el punto central, especial e importante. Por otro lado, lo utilizo como espacio para denunciar y protestar por todas las atrocidades de las que somos víctimas en México y en el resto del mundo. 
Quiero convertirme un poco en la voz que grite y represente a muchas otras mujeres, voces y gritos, en especial de las que no pueden o no se atreven a hacerlo. 
 
El proyecto sigue ahí, ahora en pausa por asuntos técnicos de la radio. 
 
A pesar de esto que les cuento, siento que no ha sido suficiente, que no he hecho lo necesario para ayudar tanto aquí en la comunidad como en las del resto del municipio, a combatir este problema,
 
¿Saben por qué? Porque conozco de cerca a mujeres que dejan de hacer lo que más les gusta, por ejemplo, formar parte de un grupo de lectura y hacer fomento, debido a la dominación que sus parejas tienen sobre ellas, hasta el punto de aislarlas, prácticamente. A otras que prefieren callar y llorar cada noche cuando  sus maridos ejerciendo  presión sobre ellas, las obligan a tener relaciones sexuales cuando éstas no lo desean. Otras más, las que tienen que soportar que sus esposos les cuestionen en qué gastan el dinero que ellas mismas se ganan trabajando. O  estas otras, que son víctimas de los chismes de sus allegadas, por relacionarse por cuestiones de trabajo con hombres  y son tachadas de putas roba maridos. Un ejemplo más,  el hombre “molesto” porque su pareja le pide el divorcio y este para desquitarse deja correr el chisme de que es lesbiana, que lo dejó por una mujer. Conozco mujeres manipuladas a tal grado por sus parejas, que es imposible hacerles ver su realidad. Mujeres muy cercanas que necesitan ayuda profesional porque quieren más a su pareja que lo que se quieren ellas mismas. Es triste cada una de estas historias y muchas más que sin duda alguna, ustedes que me están leyendo deben conocer.  
 
Esto por desgracia no es todo. Es terrible en el ejercicio de mi profesión, recibir a recién nacidos hijos de niñas de 12 años sometidas a cesárea. Niñas-mujeres-mamás, cuyas parejas en ocasiones les doblan la edad. Niñas que a partir de ese momento tendrán que dedicarse a atender además de a su pareja, al  bebé. Niñas que no saben que hacer con esa pequeña vida en sus brazos, mas que mirarla atónitas. Niñas que no estudiarán, que las oportunidades para una vida mejor no existen ni existirán. Porque además sus parejas por lo regular son jornaleros de la comunidad de Vizcaíno, y por más que trabajen el salario que reciben apenas les alcanza. Porque su nivel de escolaridad con dificultad es la primaria o en algunos pocos secundaria.  Porque los dueños de los campos agrícolas son personas que están por encima de las leyes y las autoridades se hacen de la vista gorda. Sólo los toman en cuenta en tiempos de campaña electoral. Porque  por una razón que desconozco todos estos trabajadores y sus familias no están afiliados al IMSS, cuando es un derecho que los patrones deberían de respetar y proporcionarles. 
 
Qué rabia, indignación, desconsuelo.  
 
Mujeres jóvenes ya con dos o tres hijos, viviendo en condiciones deplorables, hacinadas, con los servicios básicos en lo que apenas podría llamarse casa. 
Mujeres que tienen que pedir autorización del esposo o pareja para decidir si el ginecólogo les liga las trompas y, sólo así dejar de estar pariendo año tras año,  niños y niñas que nacerán marcados por la desventaja, por la falta de oportunidades, que nacerán, crecerán y morirán pobres si es que no se mueren antes de los cinco años de diarrea o neumonía. Pacientes pediátricos que reingresan por la misma enfermedad,  porque se los llevaron de alta voluntaria -sin completar su tratamiento- a petición de la mamá que tiene que ir a atender a los otros dos o tres que dejó encargados, o por falta de cuidados necesarios al egresar del hospital.  
 
Niñas pariendo más niñas. 
 
Qué les puedo decir sobre cómo me siento cuando por las redes sociales, por la televisión o por otro medio, me entero casi todos los días de la desaparición de niñas y mujeres jóvenes que después son encontradas asesinadas tras haber sido violadas por los machos que pululan en las calles a plena luz del día sin inmutarse, seguros de que las leyes hechas por nuestro sistema patriarcal los protege. 
Cuando por las redes sociales somos buenos para publicar y compartir todo tipo de información, excepto aquella para ayudar a localizar a una mujer, niña o joven desaparecida.
 
Esta realidad es la que muchas veces me rebasa. Entonces  salgo o vuelvo a casa indignada con el gobierno, con las autoridades, con la iglesia, con los hombres. Indignada hasta las lágrimas. Indignada y dolida. Indignada y triste. Indignada y con pocas esperanzas. Y sí, dejo que el llanto aflore, que las lágrimas fluyan, porque sólo así siento un poco de sosiego, de descanso ante un panorama tan desalentador para nosotras las mujeres. Y ya que la tormenta emocional cesa, vuelvo a preguntarme, a replantearme qué es lo que puedo hacer para ayudar a cambiar mi entorno y por qué no, mi país. 
 
Por eso decidí iniciar un proyecto que traía en mente desde hace más de un año, pero  que por ciertas circunstancias no había podido arrancar. Un proyecto que va más allá de mi voz a través de un micrófono. 
 
El proyecto tiene el mismo nombre que mi programa de radio, "Mujeres de letras libres". Está dirigido obviamente a las mujeres. El objetivo, empoderarlas. Ofrecerles nuevas herramientas para que se desarrollen. Herramientas que les ayuden a reconocerse como personas libres, inteligentes, con la capacidad de decidir lo que sea mejor para cada una de ellas. Tejer una red municipal de mujeres autónomas y autosuficientes. Libres de todo yugo impuesto por el hombre. 
 
¿Cómo lograr esto? A través de la impartición de pláticas sobre temas de violencia de género, género y sexualidad, derechos humanos de las mujeres, talleres de educación feminista, de lectura y escritura, por mencionar algunos. 
Si, nada nuevo, lo sé. Sin embargo, todo importante. 
 
Pero bueno, esto no podría hacerlo yo sola, es por eso que solicité el apoyo de algunas personas de la comunidad así como de Fundación Hagamos Más (FHM), que de manera inmediata y solidaria han dicho que si al proyecto. 
Iniciaremos el 27 de agosto y durará una semana, con la visión de que se repita mínimo cada dos meses con diferentes ponentes. 
Mi primera invitada vendrá de la ciudad de La Paz. Es Psicóloga, Antropóloga y feminista, con amplia experiencia en la impartición de los temas que anteriormente les comenté.  
En la comunidad de Guerrero Negro, me apoyará Casa Grande. 
 
Sé que el camino es largo y arduo, que los buenos resultados no serán inmediatos, que necesitaré más apoyo, más disponibilidad de tiempo. Por eso me gustaría que mujeres de la comunidad se interesaran en participar. Claro, es un trabajo no redituable, no hay paga y no les miento, en este tipo de actividades muchas veces toca poner del propio bolsillo. 
El esfuerzo es grande mas no tengo dudas que lo vale. 
 
Invito pues, a que se sumen con un donativo por la cantidad que ustedes deseen, lo que quieran, de verdad. Nada sobra.
Y sobre este punto quiero comentarles algo muy importante, cada persona que ha colaborado y que colabore económicamente, recibirá un resumen de los gastos  que comprobaré debidamente ante FHM y aquellos que requieran recibo deducible de impuestos lo podrán obtener, ya que FHM también apoyará con eso. 
 
No podemos sentir indignación y permanecer inmóviles. La acción va incrustada en la definición de la palabra. Es por eso, porque me siento indignada,  que nace este proyecto. 
 
De verdad les digo, no deseo otra cosa que poder ver  grandes y buenos resultados. Sueño con tejer una  gran y resistente red de mujeres sororas, fuertes, libres, felices.
 
 
"Ser responsable de ti misma significa rechazar que otros piensen por ti, hablen por ti. Significa aprender a respetar y a usar tu propio cerebro y tus propios instintos."  Adrienne Rich.
 
Lectura recomendada: La creación del patriarcado, de Gerda Lerner.
 
 
Imagen de: Edgardo Maya Martínez, LDI ( Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. ).

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