Grandes personajes de nuestra era: Virgen de Guadalupe (La morenita)
Nuestra Señora de Guadalupe, es una advocación de la Iglesia católica, cuya imagen tiene su principal centro de culto en la Basílica de Guadalupe, en el norte de la ciudad de México.
De acuerdo a la tradición mexicana, la Virgen María se apareció cuatro veces a san Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac. Según la historia guadalupana, conocida como Nican mopohua, tras una cuarta aparición, la Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga. Juan Diego llevó en su ayate unas rosas ―flores que no son nativas de México y que tampoco prosperan en la aridez del territorio― que cortó en el Tepeyac, siguiendo los mandatos de la Virgen.
Cuando Juan Diego llegó con el Obispo, desplegó su ayate, dejando al descubierto la imagen de la Virgen María, morena y con rasgos mestizos.
Según la tradición católica, el santo Juan Diego Cuauhtlatoatzin, nació en 1474 en Cuauhtitlán, entonces reino de Texcoco, perteneciente a la etnia de los chichimecas.
Ya adulto y padre de familia, atraído por la doctrina de los padres franciscanos ―llegados a México en 1524―, recibió el bautismo, donde recibió el nombre de Juan Diego, y su esposa se llamó María Lucía. Se celebró también el matrimonio cristiano. Su esposa falleció en 1529.
El sábado 9 de diciembre de 1531, mientras se dirigía a pie a Tlatelolco, en un lugar denominado Tepeyac, tuvo una aparición de la Virgen María, que se le presentó como “La perfecta siempre virgen santa María, madre del verdadero Dios”. La Virgen le encargó que en su nombre pidiese al obispo capitalino ―el franciscano Juan de Zumárraga― la construcción de una iglesia en el lugar de la aparición. Como el obispo no aceptó la idea, la Virgen le pidió persistiera. Al día siguiente, domingo, Cuauhtlatoatzin volvió a encontrar al Obispo, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas en confirmación del milagro.
El 12 de diciembre de 1531, mientras Cuauhtlatoatzin se dirigía de nuevo a la ciudad, la Virgen se le volvió a presentar y le consoló, invitándole a subir hasta la cima de la colina de Tepeyac para recoger flores y traérselas a ella. No obstante la fría estación invernal y la aridez del lugar, Cuauhtlatoatzin encontró unas flores muy hermosas. Una vez recogidas se las llevó a la Virgen, que le mandó presentarlas al obispo como prueba de veracidad. Una vez ante el obispo el santo abrió su delantal y dejó caer las flores mientras que en el tejido apareció, inexplicablemente impresa, la imagen de la Virgen de Guadalupe, que desde aquel momento se convirtió en el corazón espiritual de la Iglesia en México.
A continuación les compartimos el documental “Guadalupe: Una imagen viva” de History Channel, el cual recopila alguna pruebas históricas y científicas, sobre el hallazgo, o la historia de Nuestra Señora de Guadalupe.
¡Compártelo!