PACTO DE TODOS SANTOS

Aún y cuando la hora de la cita todavía no llegaba los vehículos empezaron a congregarse en el estacionamiento público localizado frente a la plaza de Todos Santos, mientras la gente que descendía de ellos y los cientos de peatones comenzaban a formar grandes hileras esperando su turno para firmar los documentos de repudio a la mina que se pretende instalar en la Sierra de la Laguna.
El calor de la tarde que agonizaba se convertía paulatinamente en un sofoco ocasionado por las personas que cada vez en mayor número se abarrotaban frente a las carpas blancas que recibirían sus firmas, en tanto que jóvenes y niños de distintas edades se quejaban de que ellos no podrían participar porque no tenían credencial de elector sintiéndose relegados de una lucha en la que íntimamente sentían comprometido su futuro.
La determinación de formar cuatro hileras; una del pacto, otra de inconformidad por las Playitas, una más repudio a la mina en la Sierra de Laguna y una última por los desarrollos que destruyen el medio ambiente, sembraron en un principio una raíz de confusión que fue superada con una sabía filosofía "había que firmar las cuatro".
Las personas eran a cada momento más numerosas ya que acudían familias enteras en respuesta a una convocatoria ciudadana que desquicio el tráfico y lleno de carros, cuadras y más cuadras a la redonda, provocando que una hora después de la cita más de mil quinientas gentes estuviesen reunidas para aportar su firma y esperar la lectura del Pacto de Todos Santos, como un compromiso a contraer por los habitantes principalmente del Sur de la Península para defender el agua que nos abastece y no permitir se contamine en perjuicio de los Sudcalifornianos y sus futuras generaciones.
El espíritu que prevalecía en el ánimo de los asistentes era investido del carácter de un guerrero dispuesto a defender sus más legítimos derechos en defensa de uno de los dones más preciados de la naturaleza: el agua, dispuestos incluso hasta las últimas consecuencias en aras de expulsar de esta tierra la amenaza de gente ambiciosa y sin escrúpulos que poco o nada les importa el medio ambiente, ni la gente que lo habita.
Finalmente el momento cumbre de la reunión llego justo con los últimos rayos de sol que trajeron alivio al bochorno de la tarde, la presencia en la tarima de un diputado panista levanto una ola de rumores e inconformidad, pues era bien sabido por la gente que los políticos tras de la autorización de la mina a Salinas Pliego de TV Azteca habían evitado pronunciarse por temor a enemistarse con tan poderoso señor y ahora que veían como crecía la ola de inconformidad y repudio decidían sumarse y enarbolar la bandera buscando -le quedaba claro a la ciudadanía- opciones de voto.
Activistas encolerizadas subieron intempestivamente a la tarima para increpar al político acusándolo de oportunista e invitándolo a luchar por la causa desde su trinchera y no buscar como "traer agua a su molino", en tiempos electorales. El diputado bajo un aluvión de abucheos difícilmente término su alocución y se retiró no sin que antes interviniera el Delegado de Todos Santos tratando de apaciguar los ánimos de una multitud enardecida que experimentaba con rechazo la posibilidad de politizar un movimiento, que se insistió, era genuinamente del pueblo.
Finalmente al retorno de aparente calma las personas reunidas lanzaron enérgicas consignas de defensa a la Sierra de Laguna, manifestando la disposición de defender este patrimonio "hasta las últimas consecuencias" y reiterando su compromiso de asistir al próximo evento en protesta contra la minería tóxica, que tendrá lugar este próximo día 28 de los corrientes en la playa del Tule en Cabo San Lucas dónde se espera la asistencia de diez mil gentes que formarán a la orilla de la playa un mensaje de SOS para evitar actividades de minería en la Sierra que contaminen nuestro principal aporte de agua y que destruyan además el único bosque con que contamos en Baja California Sur.