Para leer “Sal de Mangle”
“Natalia es una bruja, dicen los que le temen; loca, quienes no se explican que sea diferente a nosotros, los que nacimos en El Jaral. Pero son más los que están convencidos de que es una bruja loca, peligrosa…”
“Natalia llegó mucho antes de que yo naciera. Acompañaba a su esposo, el único médico que aceptó la invitación del gobierno. Desde siempre la recuerdo vieja, con el cuerpo nervudo y el rostro parco. Si no fuera por el modo con que habla, como si se burlara de nosotros, y por la forma extraña que curvea hacia arriba la comisura izquierda de los labios, me asustaría más…”
“Cuando ya nadie en El Jaral esperaba que regresara, lo hizo tres años después, con el maletín de médico de su esposo como único equipaje. Sin saludar a nadie atravesó el pueblo rumbo al manglar y se instaló en la casa como si jamás hubiera estado ausente…”
“Me inquietó la mirada de Natalia, como si supiera lo que he hecho cada instante de mi vida y lo que voy a hacer aun el día de mi muerte…”
Son fragmentos del cuento “Sal de mangle” del libro de cuentos del mismo nombre, de Edith Villavicencio. La obra, recién publicada, obtuvo el Premio Estatal de Cuento Ciudad de La Paz en el año 2011.
Los diez cuentos que integran el libro están ambientados e inspirados en la cotidianidad de la sociedad sudcaliforniana de un pueblo costero al pie de la sierra. Según la propia autora están ordenados temporalmente desde la llegada de los primeros misioneros con el cuento “Bajo la sombra del naranjo” hasta “El arroyo de Arce” que podría ser intemporal a no ser por una brevísima referencia que lo ubica avanzado el siglo XX. Publicado bajo el sello del Instituto Sudcaliforniano de Cultura “Sal de mangle” se lee de un jalón.