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Parejas emocionalmente inteligentes

Escrito por Yarozlavy Bañuelos Ceseña en Lunes, 16 Febrero 2015. Publicado en Amor, Cultura, Salud

“Una relación esencial en la que hay un compromiso es como un molino de piedra: o te muele o te pule”

 

Mantener una relación de pareja sana es uno de los más grandes retos emocionales, ya que no es fácil liberarnos de los mitos del amor romántico y  crear un vínculo libre de apegos, sobre todo cuando se trata de una relación permeada constantemente de sentimientos tan intensos como los celos, la ira, el rencor y el deseo. No obstante, existen algunos elementos claves que abren el camino hacia una relación de pareja sana y feliz, esto a través de los principios de la inteligencia emocional, la cual se puede definir como la capacidad de comprender y expresar las propias emociones, motivaciones y deseos, entender los sentimientos de los demás y utilizar toda esa información para orientar nuestro comportamiento, por lo que desarrollar estás habilidades emocionales hacen que la probabilidad de sentirse satisfecho con la vida de pareja sea mayor.

Algunos de estos  elementos son:

  • El amor pleno: Se basa en la capacidad de brindar alegría a la persona amada través de acciones que benefician la convivencia mutua, a veces los simples actos de amabilidad suelen ser los más apreciados. Otra cualidad del amor pleno es sentir constantemente el deseo de aliviar el sufrimiento de la pareja así como anhelar su felicidad y bienestar, evitando así el lastimar al otro de forma intencional. Cuando en una relación predomina el malestar y dolor no se puede hablar de amor pleno.

 

  • Aceptación incondicional: Se refiere a la capacidad de aceptar a la pareja de manera íntegra como ser humano, buscando comprender el motivo de sus acciones sin juzgarle ni despreciarle. Esto no es lo mismo que justificar comportamientos dañinos para ambos, sino tener la madurez de no confundir una conducta que a nosotros nos parezca motivo de rechazo con la persona en su totalidad.

 

  • Comunicación asertiva: La crítica hiriente, el desprecio, la actitud defensiva y la evasión son los principales comportamientos que llevan a que una relación fracase y a que se generen sentimientos como el rencor e incluso el odio, sin embargo, al desarrollar la asertividad como forma de comunicación, nos permite expresar de manera clara, congruente, respetuosa y oportuna aquello que pensamos y sentimos, por lo que la comunicación se vuelve eficiente y enriquecedora.

 

  • Amistad: Las aventuras, los retos, el compañerismo y la complicidad son los mejores incentivos para mantener una actitud optimista y el buen humor en la relación.

 

  • Responsabilidad emocional: Significa gestionar las propias emociones y dejar de culpabilizar a la pareja de nuestros sentimientos y decisiones, por ejemplo, la frase “Me haces enojar” habla de la incapacidad de hacerse cargo de lo que se siente, por el contrarío la frase “Me siento enojada” o “Me siento molesto” nos acerca más a la responsabilidad emocional. Esto implica reconocer las emociones o sentimientos que nos provoca determinada situación y ser capaz de hablar asertivamente de ello.

 

  • Desapego: La codependencia y los vínculos obsesivos que genera el apego provocan que la relación se transforme en un vínculo patológico en donde la fuente de la felicidad es únicamente el ser amado; en cambio el desapego permite relacionarnos de forma en que respetemos la libertad del otro y también podamos ser libres nosotros mismos. Frases como “No podría vivir sin ti”, “Si me dejas yo moriría” o “Eres lo que más necesito” son ejemplos de una fuerte tendencia al apego disfrazado de romanticismo. El desapego no implica un distanciamiento afectivo, sino superar los lazos de dependencia, dejar de lado las expectativas irracionales y asumir que las perdidas y los cambios ocurren y son inevitables.  Es amar desde la libertad.

 

  • Cooperación: Consiste superar los intereses egoístas para empezar a trabajar y crecer como equipo, estar en una relación es ser parte de una alianza, esto requiere de compromiso y de acciones que mantengan un sentido de comunidad, de esta forma las ni necesidades del ser amado ni las propias son aplastadas, sino que se procura el bienestar de ambos.

 

Tomar consciencia de las propias emociones, requiere de un esfuerzo constante, sin embargo, el resultado que trae consigo el desarrollo de la inteligencia emocional en la relación de pareja es invaluable. Por último, habría que tener siempre en cuenta que una pareja feliz se constituye por dos individuos felices, por lo que todo crecimiento personal mejorará indudablemente la relación. 

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