¿POR QUÉ LOS ÚLTIMOS PUEDEN SER LOS PRIMEROS?
Hay un dicho que dice que “los últimos serán los primeros”. En política esto aplica pero hay una variante que me parece muy interesante “el tercero en discordia”. Rumbo a la recta final de todo gobierno inician las acciones pre-electorales y empiezan a mencionarse nombres de aspirantes, sin embargo, la teoría detrás de los dichos mencionados, a muchos les parece lógica pero a pocos gusta.
Inevitablemente rumbo a las elecciones se presentan acontecimientos que hacen que la percepción positiva o negativa de las personas cambie en un sentido u otro. Es decir, la imagen de un personaje puede mejorar o demeritarse. En el corredor político casi todo lo que ocurre beneficia o perjudica a los pretensos.
Esto es algo que explican muy bien los que saben de marketing, la imagen de los políticos, como la de los productos y servicios que ofrecen las empresas, tiene un tope de crecimiento o aceptación al que le sucede una caída. Los productos cumplen un ciclo por eso deben renovarse o sustituirse. Así pasa en el mundo de las ventas de autos, refrescos y también en la política. Esta es una forma de explicar lo que ocurre con algunas candidaturas cuando son iniciadas con excesiva antelación.
Tal como he comentado en otras ocasiones, en política el recurso más escaso y que debe administrarse de forma estratégica es el tiempo. Es difícil conservarse en los primeros lugares de las encuestas por más de dos o tres años. Para muchos, iniciar candidaturas anticipadas es una manera de asegurar un lugar en la boleta electoral, esa es una apuesta mayoritariamente equivocada.
En la lógica del marketing más rudimentaria existe también la creencia de que hacer muchos eventos, exposición en medios masivos de comunicación y materiales impresos ayudará a ganar simpatías, eso es sólo una posibilidad que depende de cuándo y por cuánto tiempo lo hagas. Existe algo que usted puede probar en su propia casa, que se denomina saturación de estímulos, imagine comer su comida favorita durante una semanas, seguramente, terminará rechazando la comida. Pues, eso pasa con los políticos que abusan de los medios para hacer campaña.
Cuando expongo estos argumentos para explicar la posibilidad de que, quienes tengan rating al inicio pueden terminar no siendo siquiera candidatos, a la mayoría les parece viable pero a ninguno le gustaría que sucediera. A unos porque ya han tomado partido y otros porque eso implica no conocer una pieza del ajedrez cosa que añade una fuerte dosis de incertidumbre con la que nadie quiere convivir.
¿Es posible iniciar temprano una candidatura, y conservar el rating durante más de dos años? Claro que sí, pero se necesitan mucho dinero, personas, y algo especialmente importante, un equipo técnico que analice cada coyuntura y sea capaz de proponer acciones efectivas para administrar los conflictos que se presentarán en el camino (y no serán pocos).
Así como sucede con los alimentos, cuando consumimos lo mismo, llega un momento donde esperamos comer algo diferentes. Las marcas internacionales se dedican a medir esos niveles y saben cuándo renovar su oferta. Cambian de empaque, añaden algo extra, hace un nuevo modelo. En contraparte, en política, la palabras renovarse o cambiar son consideradas un mito, lamentablemente.
Por eso, quienes ganan las primeras encuestas no siempre terminan ganando la elección. Porque no fueron capaces de administrar el tiempo y sólo se sobre-exhiben. Algo que pasa en las campañas tempranas, es que los aspirantes se vuelven prisioneros del rating y temerosos de realizar los cambios que necesitan para continuar creciendo o conservar la ventaja. Es lógico que piensen que si algo los puso a la cabeza seguramente volverá a catapultarlos; lastimosamente se equivocan.
Hay que verlo como un asunto de posibilidades. Concluiría asegurando que existen pocas posibilidades para una candidatura temprana y es muy probable que alguien, que no gozó de popularidad en un inicio, crezca. Una de las razones serán los vacíos que dejaron sus contrincantes y la incapacidad de cumplir las expectativas que crearon con tal de estar en el ánimo de los electores.
*Extracto de artículo publicado en la revista Análisis.