¿Por qué no soy rica?
Uno de los lugares más entretenidos de los supermercados es la librería. Se pueden encontrar muy buenos títulos, generalmente en ediciones muy económicas, y eso es digno de considerarse cuando te pones a pensar, que actualmente si no presupuestas al menos unos trescientos pesos no puedes comprarte un buen libro. Pues les cuento que por la increíble cantidad de $39.00 pesos me compré un librito que llamó mi atención por el título pero que me convenció por el precio; “Mujeres Millonarias”. Tal vez hayan leído Chiquitas Cocoon que es otro libro de Bettina R. Flores y que habla sobre la mentalidad de las mujeres latinas con respecto al dinero, pues bien, en Mujeres Millonarias, Bettina escribe junto con Jennifer Bayse Sander, talentosa editora que se dedica principalmente a temas financieros. La obra es interesante, cuando terminas de leerla estás convencida de que la independencia económica está en tu futuro inmediato y de que si no eres rica es simplemente por miedosa.
Yo siempre he sostenido que las mujeres somos más intuitivas que los hombres (digo así para no ofender). Tenemos muchas ventajas como género, pero hemos sido educadas para ocupar un lugar secundario. Una mujer puede trabajar como burra y le reconocen el talento a su jefe. Puedes ser más brillante profesionalmente que tu vecino y le dan la chamba de mejor salario al cuate, compadre, pariente o secuaz del patrón, ejemplos como ése abundan en nuestro país, sobre todo en la política y nos resulta poco común, encontrar una gran empresa en donde las decisiones de nivel las tome una mujer o donde los ingresos fuertes los perciba una mujer ¿Por qué?
Según apreciaciones de mujeres exitosas, la mayoría de las latinas estamos culturalmente “echas” para la mediocridad financiera y/o para que nos mantenga el marido. Suena feo, pero es verdad. A las mujeres se nos mete en la cabeza desde chiquitas que debemos ponernos “abusadillas” para conseguir buen marido, léase esto como “hombre guapo y con dinero” pero no se nos enseña a reconocer los talentos que Dios te regala sólo por el hecho de ser mujer: nos hizo inteligentes, pasionales, tercas, aferradas, ambiciosas, observadoras, analíticas, brillantes, ocurrentes, encantadoras cuando queremos, y como dije en un principio, intuitivas. Por supuesto que faltan muchos otros atributos pero con estos poquitos que ahora se me ocurren tenemos las herramientas suficientes para conquistar el mundo financiero, más otros mundos al gusto, y ¿entonces? ¿Por qué seguimos siendo dependientes económicamente a pesar de todo lo malo que eso pueda ser?
Tengo amigas que no dejan su estatus de mujer casada aunque no soportan al marido ni la vida de “cuentachiles” que tienen, pero tienen miedo de empezar solas. Otras brillantes profesionistas que entierran para siempre sus ambiciones y aceptan la honorable medianía pero traen guardadas las ganas de botarse una lana sin remordimientos y sin descompletar el gasto o las colegiaturas … triste cuando en el fondo de tu corazoncito te sabes que puedes llegar mucho más lejos, pero no te atreves a arriesgar. El problema entonces es nuestra mentalidad. A lo mejor ya debemos educar de diferente manera a las hijas y romper los viejos esquemas educacionales, seguir el consejo de Flores y Bayse y perderle el miedo al dinero, mentalizarte como la mujer “pesuda” que hay en ti.
Es por eso, que aquí les voy a compartir un pedacito de este libro que les estoy platicando: ¿Por qué las mujeres nos colocamos solitas en segundo término? ¿Por qué nos inclinamos a compartir, dar y prodigar cosas a otras personas? Al respecto dice Olivia Mellan, oradora y escritora de Washington D.C., especializada en la psicología del dinero y ocupada en estudiar las raíces emocionales de las cuestiones de dinero: “Los mensajes que las mujeres recibimos durante nuestro crecimiento son: que no se supone que deba ponerme en primer término, se supone que debo cuidar a los demás y que el valor femenino consiste en ser complaciente, no competitiva”
Y por si fuera poco la autora te acaba de matar con otro rollo: “Piénsese en cuántas mujeres ayudan a su esposo a terminar su carrera y a enviar a sus hijos a escuelas privadas y acaban en un desastre financiero como viudas o divorciadas, o sin preparación por completo”. ¿A poco no es cierto? ¿Cuántas de esas conoces? ¿Un chorro verdad?.. te pasas la vida echándole ganas a ayudar a otros y trabajando para contribuir a los gastos de casa o como nos gusta decir, construyendo tu patrimonio, estos son planes que normalmente te llevan toda la vida y no te dan tiempo para pensar más en ti y solo en ti, ya cuando estás sexagenaria y achacosa, que se te acabó la energía y el ánimo conquistador, resulta que “nadie sabe para quien trabaja” o tus ahorros de la vida no te alcanzan para vivir a gusto y si te fue mal y te divorciaste, prácticamente estás fregada porque los maridos se van como llegan, sin hijos, y a la mujer le toca casi siempre cargar con las responsabilidades económicas de criar a sus retoños. El panorama puede verse tenebroso así es que mejor debemos vacunarnos contra esto porque si bien el dinero no es la felicidad, definitivamente se parece bastante.
Empecemos por reconocer una premisa “el dinero nos encanta”… (si hay alguna que no le guste identifíquese por favor).
Finalmente, les digo: Tomemos la decisión de buscar alternativas para aliviar nuestra situación económica y lograr la independencia financiera (aquí no cuenta las aportaciones del esposo) ¡Hagámoslo! En sus últimas páginas, Mujeres Millonarias dice: En Estados Unidos hay casi 500 000 mujeres millonarias. ¿Es Usted la siguiente? ¡Puede serlo, si emprende hoy mismo el viaje para pensar en grande ahora, y para saber y tener la convicción de que merece ser rica! No olvide tomarse en serio y descubrir la pasión que Dios le ha dado. Salga y trabaje duramente hasta “romperse el lomo” mientras lucha por alcanzar las estrellas.
¿Qué bonito no?
Comentarios (1)
Brizeida Real Lizardi
Di con este link x casualidad, pero al leerlo
volví a descubrir q nada es casualidad!! Me encanto, me identifique, me ubique y hasta casi lloro!! ( no lo hice porque estaba esperando en una clase a mis hijos).
De nuevo felicidades!!