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PROBLEMÁTICA Y REFLEXIÓN SOBRE LA IMPORTANCIA DE ESTUDIAR HISTORIA

Escrito por José Samir A. Quiñones en Lunes, 26 Enero 2015. Publicado en Educación, Historia, Opinión

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Bien sabemos que la Historia es trascendente, cronológica, fundamental y muy amplia en cuanto al estudio global se refiere. La Historia es antiquísima pues desde que nació la escritura y/o simbología, dio origen y permitió plasmar hechos y sucesos que aun en nuestro presente son tema de análisis, estudio e investigación y no simplemente las letras o símbolos como tal son historia, si caminamos en retroceso miles de años atrás nos encontramos con las expresiones rupestres, las más antiguas descubiertas en España y Francia que datan de la transición del Paleolítico al Neolítico, esto hace ya unos  40,000 años aproximadamente.

Nuestros antepasados tenían creencias míticas acerca de la naturaleza, era tanto el respeto que le tenían a esta, pues de ella obtenían sus herramientas y alimentos de subsistencia y es por ello que adoraban al sol, la lluvia, el agua, entre otros. Esto nos habla que sin duda alguna es importante estudiarla, leerla y analizarla. Después del mito, de los nigromantes y de todo este pasado oscuro e incierto, la Filosofía buscó dar una verdad absoluta de las cosas, lo podemos ver en las obras que nos dejaron esos grandes filósofos como lo son Platón, Aristóteles, entre otros pensadores. Desde que apareció la Historia, se ha justificado culturalmente las creencias, la política, la existencia del hombre en el planeta, instituciones, propósitos comunitarios, etc., todo esto desde un presente. Tengamos en cuenta de que la Historia también necesita el apoyo de otras ciencias para valerse, como lo son: La Arqueología, Antropología, Biología, Economía, Numismática, Heráldica, etc.

Es importante mencionar que uno de los primeros personajes en crear historia fue, Heródoto de Alicarnasso, considerado por ello como “El padre de la Historia”, pues antes de la existencia de Cristo, realizo un recorrido por todo el Mediterráneo y la antigua Grecia cuestionando a los lugareños acerca de sus costumbres, creencias, tradiciones, quehaceres y sobre todo recopilo datos y descripciones relevantes acerca de las llamadas “Guerras Medicas” (serie de conflictos entre el Imperio aqueménida de Persia y las ciudades-estado del mundo helénico que comenzaron en 499 a. C. y se extendieron hasta 449 a. C.) y basado en su investigación personal nos deja su gran obra “Historias” de Heródoto  en las que nos narra este suceso.

“Heródoto de Alicarnasso presenta aquí los resultados de su investigación para que el tiempo no abata el recuerdo de las acciones humanas y que las grandes empresas acometidas, ya sea por los griegos, ya sea por los barbaros, no caigan en olvido; da también razón del conflicto que enfrentó a estos dos pueblos”. (Heródoto de Alicarnasso, 440 a.C.)

También no podemos desacreditar a, Tucídides, personaje histórico, militar e historiador al que se le hace referencia como el padre de la “historiografía Científica”, esto por hacer evidencia en sus análisis de termino efecto-causa en su más grande obra “Historia de la guerra del Peloponeso” en la que no hace mención alguna de acerca de dioses o seres mitológicos. Así podríamos hacer mención de muchos personajes y de alguna manera darle el sentido requerido para transportarse al pasado, traer a esos grandes personajes y mencionar su gran relevancia y participación en lo que es la Historia. Ahora, que se está hablando de los griegos, hablemos un poco de Literatura, ¿Quién no ha leído o escuchado sobre algún mito griego? verdaderamente fascinantes, en lo personal me encantan.

Historias narrativas como “La Odisea” y “La Ilíada” de, Homero, que en sí, no se sabe verdaderamente si fue un personaje real o ficticio, se dice también que era ciego y que él no fue quien escribió dichas obras. Narrativas como “La Eneida” de, Virgilio, son ejemplos de narrativas históricas y, ¿Por qué digo históricas?, porque estas obras míticas llenas de misterio e incertidumbre, referidos a su tiempo o a uno anterior o a través de una anticipación de algo que podía ser a futuro, sin duda que cualquiera de estas opciones las hizo desde su presente.

La Historia no solo nos deja ver el pasado, no solo nos transporta a través del tiempo y nos hace volar nuestra imaginación, esto va más allá de lo que podemos percibir simplemente al leer un buen libro, sino que es como si algo de nosotros se desprendiera de nuestro cuerpo, como si se separara para formar dos seres; uno se queda tendido o sentado en este planeta y el otro ser revive en otro tiempo, otro espacio desconocido. 

Hay muchos tipos de Historia pero siempre con el mismo objetivo, como por ejemplo; la Historia de México da un giro tremendo a partir de la llegada de los españoles y su conquista, hay muchas fuentes en las que se plasmo ese hecho histórico, ya sea con los soldados cronistas españoles que a su llegada y en su recorrido por someter a una raza, escribieron de una forma narrada y descriptiva lo que en su caminar iban mirando, viviendo, escuchando y haciendo; aunque se puede pensar que quizás hubo escritos en los que narraba de una forma un tanto exagerada, pues, al leer estas fuentes bélicas, investigarlas, analizarlas y compararlas… nos da primeramente por mera intuición algo excesivo. Los documentos escritos por los frailes, que una vez sometidos los pueblo indígenas, estos, al igual que esclavos africanos, fueron obligados a construir capillas ceremoniales (misiones) para impartir la doctrina católica en las californias, alta y baja; proceso de aculturación que México acogió desde ese época hasta nuestros días.

Cada individuo hace Historia, si bien unos coherentes otros inconscientemente, pero lo más básico e importante que debemos de tener en mente todos sobre él porque es indispensable estudiarla es: en primer lugar, para conocer el pasado, para saber de dónde venimos. Esto es lo que nos va a permitir saber a dónde vamos. En segundo lugar, nos ayuda a entender lo que nos está pasando ahora, porque el presente es el resultado de nuestro pasado. En tercer lugar, nos sirve para no volver cometer los mismos errores que se cometieron en el pasado y para recordar (del latín, re-cordi = volver a pasar por el corazón) las situaciones buenas y malas que fueron formando la cultura, la forma de ser, la Historia de nuestro país. Ese pasado no ha muerto; permanece presente en el mundo que nos rodea; nos pertenece a todos y, por lo tanto, tenemos todo el derecho de conocerlo. Ya sea Historia de nuestras raíces o Historia universal.

Historia es sinónimo de tiempo, pasado-presente, pues todo lo acontecido desde que el humano tiene conciencia, todo está en un cierto tiempo, en un cierto pasado en el que desde nuestro presente le hacemos énfasis y atribución, siempre justificando el trabajo realizado por el historiador. Estos estudios que se hacen de Historia por autores tomando como referencia a otros autores; estas teorías y estos criterios, parten con algún sentido aunque de igual manera no pudiera serlo así y eso daría parte a realizar una investigación y un análisis minucioso acerca de estos detalles para así arrojar una investigación más explícita, completa, veraz y fundamentada. Pero esto también pareciera fomentar la competencia entre los historiadores y podría pensarse que es una manera egoísta, egocéntrica de imposición de ideas o resultados, pues hay demasiados principiantes en esta materia o personas que ignoran totalmente esto, es decir, pareciera que los historiadores escriben para otros historiadores y no para un público ajeno o novato en el tema.

2.- “Las situaciones presentes que tratamos de explicar con la historia nos remite a un contexto que nos trasciende como individuos. Si escribo estas páginas tengo en mente a las personas que podrían leerlas; detrás de ellas están las ideas de otros muchos hombres; al publicarse, estas líneas formaran parte de un complejo colectivo de relaciones económicas, sociales, culturales. Lo que escribo puede ser objeto de historia en la medida en que se pone en relación con estos contextos sociales que lo abarcan y le prestan sentido”. (Luis Villoro, 1992-2014)

Esto repercute en nuestro interés por la Historia, llevando esto una simbiosis entre la palabra pésimo y educación mexicana, pues sin duda alguna la educación humanística impartida en nuestras escuelas comenzando con: primaria, secundaria y preparatoria. Es son en estos niveles escolares en los que se debería de hacer completo  énfasis, pues, sinceramente la manera con la que se imparte Historia es totalmente desagradable; en preparatoria el gusto e interés por esta materia es casi nulo y es en este peldaño en el que se debería de tener gusto, suponiendo que la misma palabra “preparatoria”, “prepare” a los alumnos, dándoles técnicas, y métodos historiográficos para enfrentar el siguiente escalón que es el nivel superior. Sin embargo esto no es así, el método de enseñanza es aburrido y obsoleto. Triste es escuchar estudiantes decir que no existe un gusto por la Historia y menos por la lectura, que es solo una materia más la cual aprobar para no entorpecer el avance su avance escolar, no hay valorización ni ímpetu hacia esta.

Hace falta mucha difusión cultural, y mucho empeño y verdadera vocación en los docentes. La secretaria de Educación Pública (SEP), necesita cambiar métodos de enseñanza, darle el verdadero valor que las materias de humanidades merecen y reconocer que son relevantes para fomentar la lectura, abrir nuevos horizontes mentales y retroalimentar para revolucionar mentes. 

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