Recomendación fílmica: EL BAILE DE LOS 41
Por allá en el 2015 se suscitó un hecho interesante con la película "Las elegidas", segundo largometraje del director mexicano David Pablos. Mientras su película era bien acogida por la crítica en Cannes, donde fue exhibida en la sección "Un certain regard", en México cierto sector de la crítica la atacó duramente por su tratamiento al exponer un tema tan complicado en México (sobre todo en la parte norte del país, donde se ubica la trama de la misma) de una manera tan distante y fría, esto no afectó en la percepción que muchos de los que la vimos un par de años después ya en su exhibición tanto comercial como alternativa, no nos afectó para entender las formas en que Pablos mostraba de una manera tan atinada y propositiva un tema duro que lo alejaba de los convencionalismos y los vicios sensacionalistas en los que un director "de oficio" hubiera caído, mucho menos afectó para que en su momento fuera acreedora al Ariel por Mejor Película.
El año pasado el propio Pablos estrenó en el marco inaugural del Festival Internacional de Cine de Morelia su tercer largometraje: "El baile de los 41", cuyo tema central ronda en el hecho verídico suscitado en el año de 1901 cuando en una redada policial a una fiesta se descubre que en esta sólo hay hombres, 21 vestidos de mujeres y 21 vestidos de hombres, la película muestra el por qué sólo se condenan a 41 de ellos, en una época en la que por supuesto era discriminada y condenada cualquier manifestación amorosa que no fuera entre un hombre y una mujer.
Hay desde mi punto de vista un reconocimiento en el trabajo del director no sólo por la historia que retrata, sino por su valentía de hacerlo de una manera en la que la estética se apremia, pero dicho lo anterior, es quizá una película que comparada con lo logrado en "Las elegidas", muestra un decrecimiento en la narrativa confeccionada por el director.
Dentro de los tecnicismos del cine industrial, es innegable que hay un trabajo más meticuloso y más perfeccionista, esto se deja ver tanto en el diseño de producción como en los efectos visuales que se utilizan para recrear la época, y no sólo hablando en el sentido o punto de vista grandilocuente, incluso de maneras muy simples en el buen sentido de la palabra, o austeras, se puede apreciar por ejemplo en la escena en la que Evaristo va por primera vez a la reunión de este grupo clandestino.
La atmósfera creada por Pablos, a través de la estética por los elementos ya comentado, es utilizada como un canal en el que se transmite de manera correcta y perfecta la situación del misterio que se oculta en la vida del integrante 42 del baile, y la época (esto se nota incluso en la jerga utilizada por los personajes); aun cuando algunos personajes parecieran más actores de teatro que personajes reales, pero teniendo el contexto de la época y del sector de la sociedad que retrata, algunos podrían pasar por alto este detalle.
Quizá los puntos débiles de la película vienen del hecho proveniente de la misma historia como de la importancia de los personajes principales. En primer lugar, al ser un hecho verídico, y saber el desenlace de la historia, hace que el desarrollo de la película sea lo meramente importante, y si bien hay lapsos en que la película tiene un desarrollo y algunas escenas y secuencias desbordan el talento conocido de Pablos a través del lenguaje que crea con la cámara a través de la estética, tiene muchos altibajos, por momentos más que un conflicto, nos muestra un melodrama digno de una mediocre novela de época de la plataforma de streaming más famosa del mundo, incluso escenas donde es molesto el trabajo del fotógrafo, en preciso: la escena donde Ignacio le quita la llave a Amada, o incluso en el punto espacial que la cámara propone en algunas escenas, sólo porque estéticamente aparentemente ofrecía mucho, o se veía bonito.
A mi parecer un personaje por demás rico es el de Amada, interpretada de manera formidable por Mabel Cadena, pero por largos lapsos se le olvida y uno simplemente se queda con las ganas de ver explorado aún más su lugar en la historia, que seguramente lo tuvo, pero claramente la historia, tanto la de la película como la de la realidad, giró en torno a Ignacio de la Torre y Mier.
Sigue habiendo algo en el trabajo de Pablos que es interesante de manera visual, eso es innegable, pero ya sea por la narrativa, por el desarrollo de los personajes, o porque simplemente la anécdota no dio para más; se siente una película incompleta, aún con sus grandes virtudes, o quizá algunos directores en el momento en el que se les resuelven muchas dificultades a través del presupuesto, hace que su creatividad no se desenvuelva al cien por ciento, ya sea porque responden a terceros, o porque simplemente es una película de encargo.