Recomendación fílmica: EL DESEO DE ANA
Ópera prima del director Emilio Santoyo, escrita por Gabriela Vidal y el mismo Emilio, quien ha tenido un recorrido por festivales más que importante desde el año pasado, recogiendo reconocimientos tanto de jurados como de crítica. En esta ocasión nos narra la historia de Ana (con una actuación de Laura Agorreca más que destacada), una mujer que vive con su hijo de manera muy tranquila, pero esa tranquilidad que nos presenta viene a ser trastocada con la aparición de Juan, el hermano de Ana (David Calderón es quien interpreta al personaje, con un trabajo también muy completo). No se nos dice mucho en sí, pero vemos cómo Ana evita de alguna manera profundizar la comunicación con su hermano, sólo atendiéndolo de manera cordial, pero conforme avanza la trama se van revelando detalles de la vida presente, y por el hecho de esta otra vez estar juntos, hace que se surja una necesidad en ambos de estar unidos de nuevo, como cuando eran niños; la naturaleza de la forma en que quieren estar juntos, se va soltando de a poco, entregándonos un final climático al que uno quisiera que muchas personas pudieran encontrarle la belleza que tiene, y esto lo digo tanto en su forma, como en su fondo.
Los valores y aciertos que tiene la película, y que son el resultado de la atinada dirección de Emilio, son muchísimos, y quizá podría empezar atendiendo el tono de la película, el cual hace que el desarrollo de esta sea pausado, detallista, íntimo; uno recuerda en su propuesta al cine de grandes maestro de este arte como Rohmer o Kieslowski, sobre todo al primero, y esto es en muchos niveles, no sólo por la meticulosidad con la que ejecuta planos y diálogos, sino también por la gran construcción que hace de los personajes, y la economía de recursos que nos vienen a comprobar que en el cine, la mayor parte del tiempo "menos es más".
Los tomas y secuencias en la película nos comunican mucho, tanto como los diálogos en los personajes, y esto que nos comunican es en total congruencia con toda la película. Lo referente al diseño de producción también es un campo muy atinado, vemos en las escenas que encuadran a detalles, como todos los elementos hablan, nos dan un total entendimiento de la situación tan compleja que vive cada personaje, así como de sus miedos, de sus deseos, y también nos ponen en perspectiva su pasado.
Debo decir de manera muy personal que, luego de verla tres veces, desde hace exactamente un año en que la vi por primera vez en el pasado Festival Internacional de Cine de Los Cabos, que esta película se posiciona cada vez más como una de mis películas favoritas del cine mexicano. Sin lugar a dudas es una película que desde su estreno en festivales, en la ciudad que se estrena, levanta tema de conversación, la pregunta es hacia dónde se encamina dicha conversación, si las personas se van por el camino fácil y atienden la línea de la primera lectura, la del prejuicio sin antes tratar de entender la naturaleza propia del amor; o se trata de dar al meollo del asunto, lo que para mí es la trama central de la película, que es la de la valentía y el riesgo que implica entregarse a un amor socialmente no aceptado, y que en la película se representa de una forma, pero que pudo haber sido representada de cualquier otra, o mejor dicho aún, la forma en que está representada en la película, da vitalidad y legitimidad a la película en sí, y rinde homenaje a todas las demás manifestaciones que tienen el deseo y el amor, ya sea que estas sean o no socialmente aceptadas.