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Recomendación fílmica: EL SUEÑO DE CARLOTTA

Escrito por Johnny Antu-Hap en Jueves, 09 Septiembre 2021. Publicado en Arte, Cine, Recomendación Cinefila, Recomendación fílmica por Johnny Antu-Hap, Recomendaciones

Si bien hace unos meses, cuando escribí sobre Ricardo sin cabeza, mediometraje y trabajo más reciente de la realizadora Deniss Barreto, expresaba que a mi parecer en este había encontrado su tope artístico y la conjunción de formas y fondos, he de decir que aún con eso, creo que me parece que su trabajo más importante y significativo es El ensueño de Carlotta.
 
 
El cortometraje nos muestra a Carlotta, una jovencita que está entrando a la adolescencia y los cambios que esto conlleva. Su lucha contra estos no está sólo por los cambios en sí, sino por la presencia de sus hermanas, por un lado está la menor, que le recuerda lo que fue y ya no será, y como su presencia e hiperactividad la molestan, y su hermana mayor, que de manera burlona le recuerda los cambios por los que está pasando y le muestra la mujer que será, y cómo sus pláticas se tornaran completamente en trivialidades que aún no comprende. Es entonces que Carlotta, sin nadie a quien recurrir más que a sus silencios por el tabú que aún hoy día prevalece en la mayoría de hogares mexicanos cuando se trata de hablar de la sexualidad con los adolescentes, empieza a liberar la fatiga que le produce el crecer, el no querer hacerse aún más mortal, sus pensamientos y sus sueños le van sugiriendo lo que debe de hacer, cómo combatir estos cambios, lo cruel que es ver a un pajarito encerrado en su jaula. Al final Carlotta encuentra una forma en que se puede detener la agonía, el sufrimiento de no ser escuchada. Hay un acto de liberación en el que intenta evadir y atentar contra la realidad que le duele y no quiere vivir, al que le prosigue otro acto. No lo sabemos con certeza, pero seguramente al final el pájaro abandonó la jaula.
 
 
Cuando menciono que para mí este trabajo es el más importante en la obra de Deniss, es porque tiene una relevancia más que destacada por el tema y el discurso tan importante que atiende, y por la perfección en su hechura.
 
Deniss plasma una historia detallista e intimista como sólo habría podido hacerlo una mujer que llevó de una manera tan intensa y profunda esta etapa de su vida, de ahí que me parece que el trabajo en el guion es tan notorio, se siente incluso una conexión personal en la historia, más que autoral, y eso hace en consecuencia que incluso se puede ver identificado un hombre.
 
En cuanto a la realización, hay un dominio total de las herramientas técnicas y narrativas, Deniss logra con cada plano, con cada movimiento de cámara y con cada encuadre, una armonía. Es un trabajo preciso en el que su lenguaje se enriquece, la historia y lo que transmite, siempre van en ascenso. Hay un trabajo a nivel estético más que importante, y por supuesto todo complementado por unas brillantes actuaciones, destacando por supuesto a la joven Regina González, quien personifica a Carlotta.
 
Deniss muestra de manera perfecta no sólo a través del guion y su dirección, sino a través del característico tono frío de la fotografía en la mayoría de sus trabajos y la atmósfera que crea a partir de lo que encomienda al departamento de diseño de producción (el homenaje a Ofelia de Millais y toda la parte del bosque es excepcional), lo duro que es crecer para una mujer y los cambios que en su cuerpo y su mente se suscitan, algo que si bien ya ha sido expuesto en el cine, me parece que Deniss logra mucho más que muchas de las películas que ustedes me pudieran citar, ya que Deniss logra mostrar de una manera tan profunda, esta transición, dando realmente todo el peso y el valor al personaje, y a partir de este construir toda la historia, y no al revés.
 
La intención de querer dejar de ser, buscando desestabilizar el entorno a través de nuestros actos hacia los demás es una forma de combatir lo que no se puede combatir. Y en el acto de perder, o creer que perdemos algo, casi siempre se encuentran sentimientos, emociones, y quizá, nos encontramos a nosotros mismos. ¿Quién dice que no podemos ser ese pájaro muerto que observamos entre nuestras manos?
 

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