Recomendación fílmica: LA DELGADA LÍNEA ROJA
Quizá la película que más disfruto de Terrence Malick es de la que estoy a punto de escribir, de hecho, quizá la única.
La Delgada Línea Roja es una película que va siendo narrada a la vez que vemos a un grupo de soldados estadounidenses por su paso en el campo de batalla en la amazónica selva de una de las islas niponas, y mientras somos capaces de escuchar sus inquietudes mortales y no mortales, así como ver los pensamientos de estos testigos de tan atroz suceso, nos situamos dentro de esa misma selva en su propia guerra interna entre el ser y no ser.
Quizá esta sea la única película que he visto hasta el momento de Malick que su argumento filosófico en realidad está bien planteado, para mí el gran error de Malick, como de otros directores influenciados por el cine de Tarkovski, es que si bien sus ideas no son malas, hay una sobreexplotación de recursos visuales y las ideas sólo quedan lanzadas al aire provocando que el espectador sólo pueda ver cómo caen dispersas; me explico, y lo haré con una metáfora, no te dan una red para ir atrapando mariposa por mariposa.
Con esta película Malick utiliza el conflicto bélico como pretexto para hablar de existencialismo y religión, y lo hace correctamente, este es un director al que le gusta irse por las ramas, darle vueltas y vueltas a la narración para que el espectador esté como tal y no tan participé, pero acá sus planteamientos y dudas filosóficas, incluso metafísicas, sí son bien llevadas por las imágenes que estamos viendo del entorno en el que estos personajes están teniendo estos cuestionamientos, y uno las puede incluso aprobar, creyendo que uno posiblemente tendría los mismos planteamientos y conjeturas. Vemos a diferentes tipos de personajes, todos con ideales y todos respetándolos a pesar de las consecuencias, siempre pensando en el amigo, o en las personas que los esperan en casa, y esto no se ve en películas como El Árbol de la Vida (la cual es una película que siempre que tenga ocasión hablaré mal de ella).
Entre los planteamientos que nos propone está la existencia de otro mundo, el que se puede deducir en su propia tesis, está en este y lo estamos invadiendo, atacando y despedazando, también nos plantea la muerte como renacimiento. Otro de los sellos inequívocos del cine de Malick es la utilidad que le da a los flashbacks para no tener una línea de pasado, presente y futuro, a él le gusta jugar todo el tiempo con estos tres elementos, y lo hace bien, sin arriesgarse como otros directores, logra llevar la trama y su desarrollo.
Técnicamente es impecable y si en cierta medida funciona, como ya lo dije, es porque el guion ahora sí va de la mano con las imágenes que podemos ver en el conjunto, el entorno y los pensamientos, y eso es gracias a la magistral fotografía de John Toll, la música de Hans Zimmer también es potente, a la altura de las circunstancias, y un cast por demás estelar, cuenta con muchos de los mejores actores de aquel entonces.
El único pero que yo le pondría, es que en el desarrollo de las batallas, que aunque son muy buenas y de primerísimo nivel, rompen un poco el hilo y el argumento existencial de la película, pues aunque muy dinámicas las escenas, realmente hay en algunas nulo sustento del argumento inicial, pero son cosas menores.
Sin duda alguna, una película bélica que redefine un poco el género y reivindica a un director que no acaba de ser aceptado por algunos cinéfilos como su servidor.