Recomendación fílmica: LA DOBLE VIDA DE VERÓNICA
La Doble Vida de Verónica de Krzysztof Kieślowski es una película que, como todas las películas en la filmografía de este esplendido director polaco, hay una sensación de que uno no puede escapar de una cosa en esta vida: el destino.
Una película que nos mete en la trama por un pequeño detalle en el dedo de nuestra protagonista, que estando en soledad, y que lleva en su vida una gran pasión, siente que no está sola, y que al final el destino le revelará su final, y nos revela que muchas veces un alma no habita en sólo una persona. Una película hipnótica, que te atrapa, con una historia que parece más un cuento, una fábula, una anécdota, pero que este director nos muestra a la naturaleza humana de una manera tan pueril como hermosa, llena de sentimientos, de dolor, de vacío existencial, de búsqueda pero sin llegar al plano o el contexto religioso (al menos no en una primera impresión, sino en un contexto más metafórico) sino más bien desde el punto de vista metafísico, del dar por hecho que todo está de alguna manera conectado, y que en alguna parte de este ancho planeta hay una parte que nos conecta sin aun saber lo que es. En esta película, como en muchas del polaco, podemos ver su gran amor por la música de orquesta, su gran habilidad y gusto por filmar en espacios abiertos y con una paleta de colores en particular, ya sean rojizos como en esta, o con otros colores que predominan de cierta manera en la trama de esta. Irene Jacob tiene una actuación más que formidable, que en su estreno en Cannes la actriz fue galardonada como la mejor actriz.
Sin haber contado nada de la trama para no arruinarles la experiencia, sólo para finalizar les diré que, así como un pequeño detalle en su dedo hace que empiece en realidad la trama de película, este mismo detalle, en otro sitio, hace que la película termine.