Recomendación literaria: CELEBRANDO EL DÍA DEL LIBRO
El túnel
Reseña enviada por Patricia Valenzuela Lugo
Recuerdo que hacía frío, era ya el invierno del año 2012, cuando decidí tomar de mi librero y desempolvar por fin El túnel, de Ernesto Sábado.
Dicen que los libros eligen a sus lectores y no a la inversa, creo que a partir de esa vez lo empecé a creer. Después de haberlo terminado y hasta el momento, siempre que me preguntan por mi libro preferido digo sin dudarlo: “El túnel”. No importa cuánto me hayan gustado otros, este, ha sido por mucho, el que más me ha cimbrado y conmovido.
Es un libro pequeño, fácil y cómodo de llevar. También es una historia corta, sin embargo, profunda. ¿Policiaca? Psicoanalítica. Que hecha mano de los símiles y de las hipérboles, dándole un toque poético a algunas pequeñas partes de la prosa.
Me gustó su inicio. El protagonista, Juan Pablo Castel, preso en una cárcel, empieza a narrar su historia por el final, es decir, nos dice donde está y el motivo que lo llevó a terminar así. Lo hace sin el afán de justificarse, me dio la impresión que solo para desahogarse. Es una novela con pocos personajes, pero todos rodeados de un halo misterioso.
Castel: pintor, misántropo y con pocas aptitudes para comunicarse con los que lo rodean, sucumbe ante la presencia de una mujer que ha sido la única que ha prestado atención a una imagen especial dentro de una de sus pinturas, en la sala de exposición en la que se exhiben. A partir de ahí, se obsesiona con ella, con María, joven y bella mujer –a decir de él- que da la apariencia de tener dos relaciones más, al tiempo que conoce e inicia una relación con Pablo. Sin embargo, es el lector quien al final decide si esto en realidad fue o solo son apariencias. Apariencias que llevaron al protagonista al límite de los celos, cegándolo y conduciéndolo a tomar decisiones que lo recluyen en prisión.
Lo que me cautivó en particular, fue la personalidad del protagonista: complicado, difícil, obsesivo, habitado por la desesperanza. Ávido de sentirse querido. Tal vez por ello se aferró a una mujer a la que apenas conoció, solo porque ella percibió lo que nadie más pudo. Eso la hizo distinta, única ante sus ojos. ¿Cómo no amarla entonces?
Es la mente de Castel un túnel en el cual se encuentra atrapado. Un túnel largo y oscuro por el que transita.
Es la imagen del personaje en mi cabeza, sus emociones y pensamientos, los que me conmovieron al grado de cerrar el libro, para poder respirar profundo y dejar que poco a poco esa sensación de opresión se fuese disipando en mí. Para poder yo, ordenar mis propias emociones, mis propios sentimientos. Teníamos tantas cosas en común en ese entonces él y yo (excepto su acción final). De alguna forma lo idealicé.
Ahora creo que esas mismas cosas siguen siendo, siguen estado, aunque no tan acentuadas, pero vaya que sí.
Es por eso que El túnel, es y seguirá siendo mi libro favorito, es por eso que me animé a compartir con ustedes lo que su lectura provocó en mí y a recomendarla cien por ciento.
“…En todo caso, había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida.”